Capítulo 3 - La casa Slytherin

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Me miran. Aun no he descubierto si es con curiosidad, ira o desprecio, pero estoy seguro que es con alguna de esas emociones la que se reflejada en sus ojos. Es raro, ¿por qué no me han recibido como los demás que han entrado en esta casa? Tantos aplausos y tantos gritos que les han dado. Que yo sepa también soy un mago, por lo que no me diferencio en nada con ellos. ¡Solo soy nuevo y un poquito más mayor de la cuenta! ¿Será por eso? Aunque, pensándolo mejor, también puede haber alguna cosa de la cual yo no esté al corriente. Debo tener en cuenta que aun no se mucho de este mundo.

El director, un hombre con bastantes años en su pellejo, con una enorme barba y una vestimenta bastante llamativa, da paso a la cena muy cordialmente. Escucho su voz de fondo pero yo lo único en lo que puedo pensar es en poder llegar a mi nueva habitación y que el día de mañana llegue, trayendo mejores noticias y eventos. Luego, una enorme cantidad de comida aparece delante de mis narices. No puedo negar el hecho de que parece bastante apetitosa pero creo se me han quitado todas las ganas de comer. Estoy sentado al lado de los de primer año que han "entrado" a la misma vez que yo e incluso hasta ellos me miran raro. ¿Qué es lo que he hecho mal? Ahora mismo me gustaría no estar en mi pellejo para no vivir esta agonía de no saber nada.

-Vuélvete a tu casa, maldito sangre sucia-dice alguien con veneno en sus palabras. Realmente no se si va para mi o no hasta que veo que todas las cabezas de la mesa se giran hacia donde yo estoy. Intento tragar saliva, mas no puedo. Tengo la boca completamente seca. ¿A qué vendrá lo de sangre sucia? Tengo que preguntárselo a Luna.-Te vas arrepentir de haber entrado en nuestra pura casa-El comentario me achanta y el corazón me pega un vuelco. No entiendo qué quieren decir con la pureza de su casa, pero me da a mi que pronto lo averiguaré, aunque espero que no sea por las malas. Los de mi antiguo colegio tenían unas formas de decir las cosas no bastante apetitosas y espero que los magos no sean así. Los veo más nobles y no tan preocupados por estas tonterías.

Acto seguido, después de este agresivo comentario, algunos murmullos de aceptación y risitas llenan el ambiente que me rodea. Intento solo mirar hacia el plato que tengo delante, con el desesperado propósito de pasar de ellos y hacer oídos sordos a lo que me están diciendo. No puedo venirme abajo, al menos no en mi primer día de escuela. He ansiado tanto este momento (no el de ser mago, si no que se produzca un enorme cambio en mi vida) que no lo voy a dejar por nada del mundo. No quiero volver a mi antigua y aburrida vida. Yo ya no soy más ese chico que se tiraba las horas muertas (que era casi todo el día) en el ordenador. Me abriré paso como pueda entre mis nuevos compañeros y haré que me respeten. Puede existir la posibilidad de que, al ser nuevo y algo más raro, todos se hayan puesto de acuerdo para atacarme a la vez. Puede...

-¡Qué los nuevos me sigan!-dice una voz en la lejanía, imponente, y hace que todos mis pensamientos se borren rápidamente de mi mente. "Hey, que yo soy nuevo" digo para mi mismo, recordándome lo obvio. 

Espero a que los de primer curso se levanten para hacer yo lo mismo y seguirles desde atrás. Como he estado mirando el plato no se a quien debo imitar y bueno, si no aprovecho esta oportunidad, estoy más que seguro que me voy a quedar a dormir esta noche en este enorme comedor. ¿Y por qué lo digo? Creo que puedo sacar la conclusión que con esta cálida bienvenida nadie tiene la idea de ayudarme en su cabeza.

Las miradas me siguen en todo mi recorrido hasta que salgo por una gigantesca puerta. Según parece, me voy a tener que acostumbrar a ellas o si no la llevo clara. Nunca en mi vida había sido tan observado.

El castillo parece realmente antiguo. Hay bastantes cuadros que se mueven, en los cuales me quedo maravillado porque aun no me acostumbro a ellos. Estoy atendiendo al camino que estamos cogiendo pero ni aun así consigo acordarme por dónde hemos girado antes de volver a girar por otro pasillo y haber bajado escaleras. Lo único que puedo notar es que estamos en una zona más sombría y fría de lo habitual. Después de unos minutos más caminando, nos topamos con un fantasma. Evidentemente, yo me asusto. ¿Quién ha visto un fantasma en su vida? Pues si, al parecer todos ellos menos yo. Él único tonto que pega un chillido y los demás empiezan a reírse a carcajadas. No estoy empezando con muy buen pie pero quién lo haría sin tener nada que lo guíe. Ojalá me hubieran puesto con Luna, al menos ella me podría ayudar a no hacer tanto el tonto. Ahora mismo parezco una rata en un laberinto buscando el queso.

Encendiéndome (Erótico/Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora