¿Acaso existe el amor?

¿Estuviste llorando?.

EN MULTIMEDIA: Matthew Paltrow.

Me quedé mas de cuatro horas mirando el mar, con mi mente haciendo un recuerdo de todos los momentos compartidos con mis padres. Era duro de asimilar todo lo que estaba pasando.

Tenia mi cabeza enterrada en mis rodillas, con mis brazos rodeando mis pies. Parecía una niña indefensa de 10 años, como lo había sido 9 años atrás.

Un chico venia trotando cerca de la orilla del mar de la playa, este se me quedó viendo, se sacó los audífonos y se acercó a mi.

-Que casualidad encontrarte aquí Camelia.- su voz era profunda, lo mire atentamente y me di cuenta que era Matthew.

-Lo mismo digo.- dije suspirando sin ganas, Matthew se sentó a mi lado mirando cada facción de mi cara para luego fijar su vista al frente. Estuvo asi unos segundos, hasta que decidió hablar.

-¿Estuviste llorando?.- sus ojos se conectaron con los mios, agache la cabeza y empecé a jugar con los granos de arena.

-No te interesa.- dije, era cierto no le interesaba y no iba a ir divulgando mis problemas por ahí. Matt suspiró.

-Tienes razón, no me interesa. Nos vemos en la universidad.- se fue trotando hacia la misma dirección en la cual vino. Mire mi reloj de mano eran las 05:45, el sol en cualquier momento aparecería y yo necesitaba darme un buen baño y prepararme para el largo día que me esperaba.

Llegué a casa subiendo las escaleras sin ganas, tire mis llaves en la cama y fui al baño.
El agua fría recorría mi espalda dando un gran alivio a esta, no había dormido, mis ojeras estaban presentes debajo de mis ojos. Mis ojos estaban hinchados de tanto llorar, cogí mi ropa y me la puse.
Baje a la cocina para tomar un jugo de naranja y un boul con cereales. Me senté en la mesada de la cocina, mire a los lados imaginándome como sería todo a partir de ahora, y mas que nada como le contaría a Aaron. Mire la hora que marcaba el reloj, se me hacia tarde para la universidad. Subi corriendo las escaleras, cogí mi bolso, mi móvil y las llaves.

Llegue justo a tiempo a la universidad, permitiéndome asi no cruzarme con los chicos. Me coloque unos lentes de sol para que no se notasen mis ojos hinchados. Entre a clase de sociología, dirigiendome al fondo cerca de la ventana. A mi lado se encontraba el chico que supuestamente los Paltrow habían torturado, pues, parece que era cierto el chico tenía varios puntos en las cejas y el labio inferior roto.

Desvíe mis vista al ver a la profesora de sociología entrar al salón, esta clase se me hacia demasiado aburrida así que solo me dedicaba a hacer garabatos en mi cuadernola.
Después de 10 minutos llegó Antonella toda sudada, parecía que había corrido un maratón, en su cara sobresalía una hermosa sonrisa, una sonrisa que era mas grande que ella.
Cuando se sentó a mi lado, cogí mi móvil y teclee.

De: Camelia
Para: Cerda

"¿Se puede saber que te pasa? Parece que estas por vomitar arco iris."

De: Antonella
Para: Cochina

"Ja ja ja muy graciosa resultaste ser, dejame contarte querida amiga, que tu bello hermano esta soltero ;)."

¿Aaron soltero? Llego tarde un día y me pierdo de todo, ahora mi mejor amiga tenia el camino libre. Mas tarde me enteraría porque mi hermano y su ex novia cortaron. Nunca me había llevado con su ex novia, se sentaba aveces con nosotros en el almuerzo y venía a casa pero nada mas. La pobre ni hablaba en el almuerzo por el acoso de las miradas de odio por parte de Antonella, era realmente incomodo.

La profesora de sociología me obligo a quitarme los lentes de sol, asi que no tuve mas remedio que quitarmelos. Antonella al verme negó la cabeza y tecleo algo en su celular mientras lo escondía debajo de la mesa.

De: Antonella
Para: Cochina

"Salimos de clase y me cuentas, ¿entendido?."

De: Camelia
Para: Cerda

"Sí, capitán."

La campana sonó, indicando que era la hora del almuerzo, junte mis cosas y me dirigi afuera de la universidad con Antonella.
Prendí un cigarrillo y empecé a fumar de este, me recoste en la pared mirando hacia el cielo.

-Mi madre ha decidido irse.- suspire y cerré los ojos, no quería llorar.- dejó una carta debajo de su almohada diciendo que se iba nada más.-Antonella suspiro e imito mi pose, se recostó en la pared y miro hacia el cielo.

-Si necesitas algo me lo dices.-volteo a verme.- y no voy a profundizar en el tema porque se que no te gusta, pero en serio si necesitas algo solo me llamas, ¿si?.

-Si, muchas gracias cerda.- la abrace con todas mis fuerzas. La amaba tanto. Me conocía a la perfección.
Apague mi cigarro con el pie y fuimos directo a la cafetería. Nos sentamos con los chicos, no pude evitar ver a Aaron y ponerme mal, necesitaba contarle.

-Hermanito necesito hablar contigo, ¿podemos salir afuera?.- Aaron no contestó, solo se digno a seguirme hacia la entrada de la universidad.
Una vez afuera le entregue el sobre, nos sentamos en los escalones. Luego de unos minutos Aaron se paro furioso y rompió la carta en mil pedazos.

-¿POR QUE?! DIME ¿POR QUE?!.- Aaron estaba fuera de sí, golpeó la pared que tenía a su lado, las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos.
Solo corrí hacia él y lo abrace, su cuerpo estaba tenso pero luego de varios segundos me correspondió el abrazo. Nos necesitábamos mutuamente, mas ahora que antes.

Entramos a la universidad, Aaron estaba enfadado pero mas que nada dolido.
Faltaba mas de 3 horas para podernos ir a casa, una gran tortura.

Me tocaba la clase de arte, desgraciadamente, no la compartía con Antonella así que debía estar sola.
La profesora Giacassio mando hacer una pintura en grupo, la debíamos entregar la semana que viene sin falta.
Muchos de mis compañeros se enviaban miradas cómplices entre ellos, lástima que la señorita Giacassio dijo que ella misma arreglaría las parejas.

-Bien, por último están la señorita Camelia Heaton y el señor Matthew Paltrow.- la profesora cerro su libreta y empezó a escribir el trabajo detalladamente en la pizarra.

Rodee los ojos, lo único que me faltaba, el señor bipolar estaba conmigo en un trabajo.

-Hola compañera.- Matthew se sentó a mi lado, mostrándome su perfecta dentadura blanca.
Le sonreí de la manera más falsa que pude, no me gustaban para nada sus cambios de acitutud.
La clase transcurrió tranquila, pero bastante incómoda para mi.
El timbre sonó indicando el fin de clase.

-Nos vemos en tu casa, el sábado a las 17hs Camelia.- dijo Matt con un tono de pocos amigos yéndose de clase.

Él no sabía donde vivía, ¿o si?.