Capítulo 6: Un viaje al pasado

40 3 0
                                    

Atrás de una fachada siempre hay una historia, algo que nunca hay que dudar.

Porque así fue como Ross conoció a nuestra amada Serena. Y la abandonó.

Entre ríos, Concordia.

3 años atrás.

Eran 14 los años que poseía cuando conocí a un chico tan... amable. Mentira. Ross era un idiota y siempre lo había sido.

Me gustaba desde que lo conocí pero el... quería a otra chica. Sarah. Mi mejor amiga.

Ella era confiada, bonita, pequeña, menuda, amable... ¿perfecta? Si.

No sé si era fea, pero si pones a un sol junto a una estrella... solo ven al sol.

Y por supuesto yo era la estrella... y aunque suene lindo es como digo; junto a un sol ni siquiera existo.

Pero para Sarah yo era tan bonita como ella podía serlo.

Si, cualquiera podía pero mi nivel de confianza nunca se elevaría tanto. Junto al de ella incluso se iba para abajo., aunque era confiada también era muy tímida con las personas. Lo sé, una extraña combinación. ¿Cómo puedes ser confiada para actuar y no para hablar con las personas?

Pero todo cambio.

Porque estaba equivocada. Ross no quería a Sarah. Tan solo le parecía ¿Sexi? Y eso no llegaba a ser realmente amor, aunque ¿que digo?... Ross no es la clase de chico que ama.

O eso pensaba yo.

Aula 366, Escuela San Francisco XIII.

3°Año División C.

Cuando tu círculo de amistades solo incluye a una niña llamada Sarah con problemas de timidez, casi tirando a una actitud de niña de 3 años cuando en realidad tenemos 15 años... no esperas mucho de la vida.

Simplemente te conformas y eres feliz como puedes porque al fin y al cabo ¿no es a eso a lo que la vida se resume? A ser feliz con lo que la vida nos da.

Y la verdad es que no siento que la vida me lo haya puesto difícil, hasta que conocí a Ross.

Entre a mi salón después del primer recreo esperando a encontrar a Sarah sentada en nuestro banco leyendo pero me la encontré sentada en el banco del profesor rodeada de los chicos de 5 Año. Chicos y chicas le hacían preguntas y le acariciaban el cabello de forma aduladora.

Ella parecía muy feliz, y me dispuse a no molestarla y a sentarme en nuestro banco. Para su suerte teníamos hora libre y parece que los de 5to también porque no parecían preocupados por irse.

Ellos tenían otros horarios, el fin de un recreo nuestro era un fin de su hora, y viceversa para nosotros.

Me senté tranquila y saque mis auriculares pero en eso note algo que me sorprendió bastante. Entre los alumnos que le hablaban a Sarah estaba Ross.

No era el más popular, en realidad eso no existe, simplemente sabíamos su nombre porque bueno el conoce mucha gente y le gusta mucho ir de fiesta y ya saben.

No sabía porque rodeaban a Sarah pero había escuchado por ahí que... a Ross le gustaba Sarah. Ella era... perfecta. Aunque por suerte en cuanto le comente a Sarah el rumor, ella me aseguro que no le gustaba, es más, siempre le había parecido un chico irrespetuoso y arrogante.

No estaba equivocada pero tampoco era tan malo, digo, por algo es popular o algo así.

Mientras todos esos pensamiento cruzaban por mi mente estaba observando el fondo de pantalla de mi teléfono, pero un grupo irrumpió en mis pensamientos. Mi nombre había resonado por algún lado.

-Ella es mi amiga, Serena. ¡Serena! ¡Ven! – Grito Sarah.

Me quite rápidamente el único auricular que traía y me acerque. Los salude a todos y de pronto una dulce y grave voz inundo mis oídos.

-¿Así que eres la chica que logro poner de malhumor a la profesora de arte? – Pregunto acercándose a mí... demasiado, y luego río.- Te agradezco mucho, nunca me quiso y siempre me trato mal con su falsa alegría. Siempre sonríe sin razón, es realmente una mujer falsa e irritante. Lo siento, no te dije mi nombre; soy Ross.

Waw, ¿Así se sentía enamorarse? ¿Así se sentían esas nauseabundas mariposas? ¿Era normal que no supiese que contestar habiendo sacado un diez en literatura y gramática?

-Yo s-soy S-Serena.- Le dije algo aturdida.

-Lo sé, bonito nombre. Bueno Serena, Sarah, un placer conocerlas. Sigamos en contacto ¿sí? Nos vemos pronto. – Dicho esto se marchó junto a su grupo del aula y yo aún estaba aturdida.

-¿C-como hi-hiciste p-pa p-para hablarles? – Pregunte volteando lentamente para verla. Aún estaba sentada en el escritorio.

- Vino con su grupo de amigos a pedir una calculadora. Le preste también la tuya y vi que traían una carpeta de Arte en la mano e hice un comentario acerca de lo que habías dicho para que la profesora Adams no sonriera hoy y se sorprendieron y se acercaron a hablarme. Resulta que la tienen después que nosotros.

Y la abrace por no haberse comportado tímida en ese momento.

Por haber hecho aquel comentario yo había hablado con... Ross.

-----------------------

Mil disculpas que la hice esperar tanto, pero no me da el tiempo ni la imaginación.

PDT: Os recomiendo ver El viaje de Chihiro y Totoro. Realmente me encanta y escuchen la canción del vídeo mientras leen si quieren.

¿Por qué nosotras no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora