Capitulo 5: Plan fallido... Otra vez

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Yuno y Yukiteru siguieron con su plan de formar una alianza con los demás portadores de diarios, sin hacer caso a las palabras de Aika. Bueno, eso por parte de Gasai, ya que Amano estaba realmente asustado. Como no, iba a matarle y salió viva del encuentro con Yuno, y todo eso sin que él hiciera nada, o eso pensaba, ya que no sabía el por qué la rubia quería matarle. Estaba acostumbrado a que una loca le amase y quisiera estar con él de por vida, y por ese motivo protegerle, pero eso de que una loca le quisiera matar era algo nuevo para el pobre Yukiteru.

Para Akise también era algo nuevo tener una Yuno versión 2.0 acosándole. Ya ni salía a la calle sin comprobar antes que no le seguía, pero no, ella no estaba, se ve que lo de "Os dejaré en paz" también iba por él. Cosa que le alegraba.

Mientras los días pasaban y la peli-rosa, junto con Yukki, comenzaban su elaborado plan de hacer alianza con el resto de portadores de diario, Aika pensaba formas de acabar con Yuno de una vez por todas, esta vez lo tenía claro. La iba a matar de una vez por todas.

Cuando ya tuvieron la alianza formada, todos atacaron al alcalde, también un portador de diario. Y, tal y como tenían previsto, Yuno y Yukiteru traicionaron a su propio equipo para ganar en el juego de supervivencia. El alcalde iba a raptar a la niñera para hacerse con su diario y poder crear más sub-diarios, lo tenía todo pensado. Hasta que una inesperada Yandere atacó a la niñera con una flecha, clavándosela directamente en el corazón y matándola.

—No es Yuno pero... A mi me sirve —comentó la culpable del atroz asesinato de la niñera, Aika—. Mi Hobby desde siempre es arruinar planes, y te ha tocado , señor alcalde. Además me viene muy bien para mi plan, creo... Que me quedaré con tu diario.

El coche del alcalde arrancó velozmente, Aika ni se molestó en seguirle, era el alcalde, sabía perfectamente donde vivía y donde estaría en todo momento. Pero cuando quiso irse tranquilamente Yukiteru la frenó desde lo lejos.

—¡Aika! —la nombrada se giró—. ¿Por qué nos has ayudado?

—¿Ayudaros? Solo me estoy ayudando a mi misma. Pero os hice una promesa: No mataros hasta que seáis los últimos en el juego. Así que... Cuando rapte al alcalde, iré a por vosotros.

—Te dije que no saldrías viva de nuestro encuentro —recordó Yuno—. ¿Tienes miedo de morir aquí y ahora?

—No te tengo miedo, Yuno. Tendrás instintos asesinos y habrás matado a mucha gente, pero no dejas de ser una humana, no es imposible matarte. Y claro, como todo humano tienes secretos, ¿no? ¿Qué hará tu querido Yukki cuando se entere? Te odiará.

—Tú... ¡¿Qué es lo que sabes?!

—Todo. No se me escapa ni una. Y... Akise no tardará en darse cuenta, primera Yuno.

Yuno no podía creérselo, ¿cómo lo supo? ¡No dejó pruebas! O eso pensaba ella, ya que como había predicho Aika, Akise no tardó nada en saber la verdad, gracias a las pruebas de ADN del tercer cadáver, que coincidían 100% con las de Yuno.

—¿"Primera Yuno"? ¿A qué se refería Aika? ¿Por qué te debería odiar?

—No es nada, Yukki. Aika lo que quiere es ponerte en mi contra, no le hagas caso —mintió. No le gustaba mentir a su querido Yukki, pero si quería que la amase por siempre debía de guardar el secreto de que se mató a si misma para volver a estar con él, y también debía guardar el secreto de que no se puede revivir a la gente, eso le destrozaría.

***

"Capturar alcalde, amar Akise, capturar alcalde, amar Akise", eso era lo que pensaba felizmente nuestra protagonista Aika, quien, obviamente también felizmente, iba jugueteando con su querida navaja. Llegó al "escondite" del alcalde, repleto de guardias y cámaras, lo que ya se esperaba. ¿Cómo podría entrar? Se guardó la navaja, algo que raramente hacía, y se dispuso a entrar como si nada.

—Perdone, señorita, pero en estos momentos el alcalde a prohibido la entrada a cualquiera habitante.

—¡Pero soy su hija! ¡Deben dejarme entrar! —mintió. Si, quizá quería matar a Yuno con un plan muy elaborado y eso, pero no pensó en como entrar y eso era lo que se le ocurrió en esos momentos.

—Pero el alcalde no tiene hijas, es imposible que tu seas su hija, aparte de que no te pareces en nada a él.

—¡Eso usted no lo sabe! ¿Acaso le ha preguntado? Hasta los alcaldes tienen secretos.

—¿Me está diciendo que el alcalde tiene una hija de la cual nadie sabe?

—Tiene un pasado oscuro, compréndele,  todos cometemos errores, y yo soy su error.

—¿Y no te sientes mal al decir eso?

—Eeehh... Si, estoy muy, muy triste. ¿Me dejas entrar?

—Antes debo preguntárselo a mis superiores.

—Me aburres. Creo que lo haré fácil.

—¿Perdona?

—No te perdono —dijo sacando su navaja y clavándosela en la garganta antes de que este pudiera reaccionar, le rajó hasta que su cuerpo inerte que cayó al suelo, ante tal acto los demás guardias se dieron cuenta de lo ocurrido. Habían matado a alguien en sus narices, se tenían que dar cuenta si o si.

—Os juro que no era mi intención.

Esas palabras de disculpas no sirvieron para nada, aun disculpándose, los guardias iban a por ella, cosa que le parecía muy mal, ¡se había disculpado! ¿Qué más querían? ¿Qué le devolviera la vida?

No lo había hecho de la forma que tenía "planeada" pero lo había conseguido, ya estaba dentro. Le seguían y le disparaban, pero estaba dentro, que era lo que importaba. Al menos a ella. Aika era feliz en esos momentos, felicidad que solo ella podía entender, ya que una bala le consiguió dar en el hombro, pero todo lo hacía por Akise, y eso le reconfortaba. Se paró en una esquina, ya harta de que la siguieran, y se escondió allí sabiendo perfectamente que la iban a seguir, cuando los guardias llegaron a su posición, ella salió de su escondite y los fue matando uno a uno con las dos pistolas que llevaba escondidas en el pantalón. Eran muchos y se la gastaron las balas de las dos pistolas, así que se dispuso a usar algo que tenía guardado en caso de emergencia en la chaqueta blanca que llevaba puesta en esos momentos: Una granada. La tenía para Yuno, pero la necesitaba ahora.

Los guardias quisieron matarla mientras cogía la granada y la lanzaba, pero no les fue posible, no esperaron que hubiera alguien más. Cosa que para Aika también fue una sorpresa. Aquel individuo desconocido no era nada más y nada menos que la Novena, quien acabó con todos los guardias restantes.

—¿Por qué me ayudas, Novena?

—No te estoy ayudando, yo también soy una portadora de diario, así que lo que quiero es terminar de una vez por todas con el alcalde.

—De eso nada, yo me haré con su diario y ganaré este juego.

—Ni siquiera sabes si eso es posible.

—Si mato a todos los portadores y no hay ni un solo diario... Me escogerá a mí.

—Je, buena suerte.

La Novena siguió su camino, en busca de la muerte del alcalde. Aika corrió hasta su escondite, debía proteger al alcalde. Al menos... Ahora.

Más guardias se interpusieron en su camino, pero solo mató a los que de verdad eran una molestia, al resto los dejó vivos. Llegó al último piso, y se dio cuenta de que la Novena no estaba ahí, se alegró, hasta que lo vio. Vio como el cuerpo del alcalde estaba sentado en la silla, pero sin vida. Ni siquiera estaba lo que buscaba: Su diario. Había hecho todo esto para nada.

—¿Cómo? ¿Por qué? Maldita Novena... 

—No a sido la Novena —secundó Yuno con un cuchillo en la mano—. Mi Hobby desde siempre es arruinar planes, y te ha tocado , señora Aika —se burló de ella con la misma frase que le había formulado al alcalde. Yuno se fue de allí dejando a Aika ver como el cuerpo del alcalde se desvanecía.              

Daría un mundo por ti... Porque te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora