Capitulo 7

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Eran casi las cuatro y media de la tarde cuando ______ llegó por fin a casa. Agotada después de pasar el día de un sitio para otro, estaba muerta de hambre, le dolía la cabeza, y lo único que quería era quitarse la ropa, ponerse el pijama, y desplomarse en el sofá para no hacer absolutamente nada.
La casa estaba relativamente en silencio, pero se podían oír las voces de Dani y las niñas a través de los conductos de ventilación, y ______ supo que estaban en el sótano haciendo algo.
—Ya estoy en casa— gritó, acercándose a la puerta del sótano.
Al no obtener respuesta, continuó descargando el coche y dejó que las niñas y Dani siguieran con lo que estaban haciendo.
Cuando estaba dejando la última bolsa de comida en la encimera de la cocina, sonó el timbre de la puerta. ______ fue a abrir.
— ¿Señora Fernández? — preguntó el joven uniformado que acababa de llamar. —Traigo algo para la señora _____ Fernández—
—Yo soy _______ Fernández— El joven sonrió y le entregó una caja blanca alargada.
—Necesito que me firme esto— dijo el joven entregándole un cuaderno.
________ frunció el ceño. Era la caja de una floristería, y no tenía ni idea de quién podía enviarle flores.
— ¿Estás seguro de que son para mí? — preguntó, mirando la tarjeta de nuevo.
—Sí, señora. Esta es la dirección, y esto es para usted. Si quiere firmar, por favor—
—Claro— _______ le sonrió, firmó y buscó una propina en el bolsillo del pantalón.
Encontró un billete de un dólar, que entregó al joven dándole las gracias. Después cerró la puerta. Nadie le había enviado flores desde que estaba en el instituto.
Cuando llegó a la cocina, ______ dejó la caja en la mesa y abrió la tarjeta.
"_______, estoy impaciente por que llegue esta noche. Pasaré a recogerte a las seis. Tenemos mesa reservada para las siete. Dani Fernández."
— ¿Mesa reservada? — musitó _______, mirando la tarjeta.
Eso significaba un buen restaurante, nada que ver con los garitos de comida rápida a los que estaba acostumbrada a ir con las niñas, y para los que nunca se hacía una reserva. Además un buen restaurante significaba que se tenía que arreglar. Aunque hacía años que no había estado en un restaurante elegante, sabía que no podía ir en vaqueros y camiseta.
_______ levantó la tapa de la caja y se quedó boquiabierta.
—Oh, cielos— susurró, mirando la docena de rosas blancas que había en su interior.
Una docena perfecta. Tomó una rosa por el tallo, aspiró su fragancia y la apretó contra el pecho. Ni siquiera era capaz de recordar cuando había sido la última vez que alguien le había regalado rosas blancas, sus favoritas.
Y Dani había recordado, al cabo de tantos años, que una vez ella le comentó que sus flores favoritas eran las rosas blancas, las flores que ella consideraba las más románticas.
Que Dani se hubiera acordado de algo tan insignificante le llegó al corazón.
Aún con la hermosa rosa junto a su corazón, ______ sintió que se le llenaban los ojos de lágrimas. Era el detalle más dulce y romántico de su vida. Al oler la rosa de nuevo, se dio cuenta de que si Dani se había molestado tanto para que su primera cita fuera especial, lo mínimo que podía hacer ella era arreglarse.
Eran casi las cuatro y media, y Dani decía en la nota que la recogería a las seis. Si quería estar lista, iba a necesitar un poco de ayuda.
Corriendo sacó un jarrón del armario, lo llenó de agua fría, y colocó la docena de rosas blancas en él. Después lo dejó en la mesa delante de la ventana, y salió corriendo a la habitación de su madre.
— ¿Mamá? — llamó suavemente, y abrió la puerta.
—Por fin has vuelto— dijo su madre sonriendo, dejando el libro que estaba leyendo encima de la cama.
—Sí, les he traído las películas, y les he dicho a las niñas que podéis encargar la pizza— _______ titubeó un momento antes de continuar. —Mamá ¿puedes dejarme un vestido o algo de ropa para esta noche? — preguntó, entrando en el dormitorio. — ¿Y ayudarme a hacer algo con este pelo? — añadió, sujetando un mechón de pelo negro con la mano.
—Querida, creía que nunca me lo pedirías— Carm se levantó de la cama y tomó la mano de su hija. —Ven, querida. Entre las dos te dejaremos irresistible— ______ suspiró y dio gracias por poder contar con la ayuda de su madre.


Solo Para Él (Dani Fernandez y tu) AdaptadaWhere stories live. Discover now