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Louis se sentó en el extremo de la desordenada mesa del desayuno el sábado por la mañana, solo y al borde. A su alrededor todo lo que había eran recipientes de cereal y vasos medio vacíos de jugo de naranja. Se acabó su primer tazón de Trix y se sirvió un segundo, luego tomó la taza y se dirigió a su habitación. Hoy parecía un buen día para esconderse.

-¡Buenos días, Louis! – dijo Anne alegremente mientras entraba en la habitación – ¿Vas a alguna parte?

Louis se detuvo, a mitad de su silla.

-En realidad, sólo iba a llevar esto a mi habitación.

Anne tomó la jarra de café y se detuvo.

-Oh. Espero que no me estés evitando por lo que pasó anoche.

La cara de Louis ardió al recordar la escena. Él y Harry sentados en esta mesa. Las expresiones de decepción de Des y Anne. Y esas palabras. Están castigados.

Palabras que nunca habían sido dirigidas antes a Louis. Los Styles habían apreciado el hecho de que Louis llegara tarde porque había actuado como el conductor designado, pero habían dicho que no podían hacer excepciones a la regla. Así que Louis y Harry estaban sin televisión, videojuegos y funciones sociales por una semana. Por suerte, Louis no era de los que estaban pendientes de la televisión o los videojuegos, y había renunciado a las funciones sociales para el futuro inmediato. Sin embargo, el hecho de que hubiera sido castigado lo carcomía.

Había sido castigado.

Nunca había pensado que fuera posible.

-No te estoy evitando – dijo Louis finalmente. Estoy evitando a todos los demásSólo tengo un poco de tarea que hacer.

-Bien, bueno, antes de que te pongas en eso, tenía la esperanza de que pudiéramos hablar – Anne se acercó a la mesa con una taza de café humeante. Louis miró a la puerta, a la libertad.

Había estado tan cerca.

-¿Sobre qué? – le preguntó Louis.

Anne lo miró con los ojos entornados, pensativa.

-Ya sabes, te veías muy bien anoche. Deberías usar más a menudo el color azul.

-Uh... gracias – dijo Louis.

-Bueno, de todos modos, estaba pensando que tú y yo deberíamos pasar más tiempo juntos – dijo Anne con una sonrisa – Sólo nosotros dos.

-Oh – dijo Louis – Está bien. podemos hacer eso en algún momento.

-El próximo sábado – dijo Anne.

Louis pestañeó.

-He hecho citas para nosotros en este genial pequeño centro de spa diario – Anne tomó un sorbo de su café – Vamos a tener los distintos tratamientos. Un facial, un masaje, manicura y pedicura. Sólo he estado ahí una vez, pero fue increíblemente relajante.

Los músculos de los hombros de Louis se enrollaron en nudos. ¿Faciales, masajes y manicuras? Eso sonó como una gran cantidad de mantenerse senado. Sentado quieto mientras lo tocaban extraños al azar. La idea misma hizo que Louis se sintiese estresado.

Además, el próximo sábado el equipo tenía una sesión de práctica durante todo el día, la última antes de su primer partido. Se suponía que iban a elegir a un capitán. Estaba más allá de lo importante.

-¿Qué piensas? – preguntó Anne con ansiedad.

-Oh... uh... - Louis se miró las uñas roidas – En realidad, creo que...

Louis' Guide to the Styles Boys [larry/lilo au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora