El Azul Siempre fue mi Color Favorito [NathAlexy] CDM ♥

7. Único e Inigualable

Capítulo 7:
Único e Inigualable

—¿Que hiciste qué?

—No, que no hice eso.

—¡Armin, debíamos tomar clases hoy!

Arms debío registrarnos ayer, y por jugar con su PSP, se le olvidó.

—¡No se me olvidó, sólo que no pude!

—¡Rayos! ¿Qué haremos ahora?

Armin me sonrió, mirándome de manera pícara...
Esto no es nada bueno.

—Bueno, pues... Un tío que es Delegado, él te ayudará.

—"Nos"...

—Sí, sí, claro. —Lo miré en silencio... ¿Qué tramaba?— Me dio una lista de papeluchos que debemos llevar.

Me alcanzó una lista, que estaba escrita con una letra que me resultó muy familiar...
En fin, decía:

"Fotografía, matrícula de inscripción y dinero de inscripción ($25)"

—¡Hey, no estaba tan difícil! —Lo empujé, haciéndole trastabillar— Bueno, vamos a sacarnos las fotos.

—¿No crees que deberíamos ir al Insti antes? Tal vez... No sé... ¡PUEDA RECUPERAR A EMILY!

—¿Qué?

—Mi preciosa... Mi preciosa...

—Debes dejar las películas, Arms.

—¡Mira quién habla, Alxs! —Reímos.

—Luego salvaremos a tu princesa Emily, ¿vale?

—¡Vale!

Después de perdernos unas 5 veces (seguidas), encontramos un bazar (Con un viejito muy majo, cabe decir) donde, finalmente, tomamos las fotografías.

—¿Viste, Armin? —reprendí, saliendo de ahí—. Hasta en las fotos estoy mejor que tú.

—Lo que no sabes, querido Alxs, -Sonrió, mirándome- es que somos iguales.

—¡Ni tanto, eh!

—¿Por qué lo hiciste? —Volteó a verme, curioso. Me quedé pensando un momento.

—Siempre lo quise —expliqué—. Sólo que... Me di cuenta de que ya era el momento. Anda, Arms, que ya podemos ir al Insti.

—Vale. —Levantó las comisuras de los labios en una amplia sonrisa.

Caminamos por un rato, pues estábamos relativamente cerca.

—Aún es temprano, ¿no?

—Sí, ¿por qué lo dices?

—Todos están saliendo...

—¿Ah?

Volteé a ver, y era cierto: Vi que habían muchas personas saliendo. Algunas chicas nos miraban, curiosas.

—¿Tan temprano los dejan salir?

—Así parec... ¡Ah! —Estaba tan distraído, que no me fijé cuando empujé a una chica de cabello violeta— ¡Discúlpame!

—... N-No hay problema.

—¡Claro que sí! —Observé que se le había caído su pizarra de dibujar, así que se le pasé— ¡Ten!

—G-Gracias... Eh... ¿Eres nuevo aquí?

—¡Sí! Mi hermano y yo... —Volteé, buscando a Armin.