FORMAS PARTE DE MI ❤

La cena

Saludé a Carlos, a Thomas y a Mar y ellos me saludaron a mí.
En tonces salí de casa y entré en el coche.
-¿Has hecho lo que te dije?- comenté refiriendome a Thomas.
Y él señaló su camisa de cuadros azul y sus pantalones largos y negros.
-Estás perfecta, Yenifer- susurró Thomas mientras me miraba de arriba a abajo -¡lo siento! Tengo la costumbre de pensar en alto-
Yo me sorojé y le dije:
-No pasa nada, tu también vas estupendo-
Thomas y yo nos quedamos mirándonos, tenia unos ojos verdes preciosos, eran perfectos.
-¡Ejemm!- dijo Mar intentando llamar la atención.
-Lo siento Mar, tu tambien vas genial- dijimos Thomas y yo al mismo tiempo y nos reímos.
Carlos por fin arrancó el conche.
Yo me había puesto mi vestido blanco a juego con los tacones y los pendientes y también me alisé el pelo con la plancha.
Mar iba con su vestido celeste por un poco encima de las rodillas (como yo) también a juego con los tacones y los pendientes dorados, se onduló el pelo con la plancha... Iba perfecta.
Carlos (que también iba vestido como Thomas) aparcó el coche en la entrada y salimos.
Cuando entramos al restaurante fuimos a nuestra mesa y Thomas echó una silla de aquellas para atrás y me dijo que me sentase , yo por supuesto accedí. Carlos se copió de nosotros e hizo lo mismo con Mar, pero ella, en vez de acceder hizo un signo de asco y se sentó al lado mía.
Aquel sitio era bastante grande, pero con pocas personas, podíamos decir que casi el restaurante entero era para nosotros a parte de diez u once personas.
-¿Que desean tomar?- dijo el camarero de aquel sitio.
-Para los hombres panga con caviar y a las mujeres...- dijo Carlos mirándonos.
-El especial de espaguetis- dijimos Mar y yo.
El camarero lo apuntó todo en un papel y se fue.
En la mesa estuvimos contando chistes, no muy buenos, pero aun así nos reíamos.
La mesa era rectangular, Mar y yo en un lado y Thomas y Carlos enfrente de nosotras. Yo estaba delante de Thomas, y mientras todos se reían de lo malos que eran los chistes, yo dejé las manos en la mesa al alcance de las de Thomas. No hizo nada, hasta unos minutos que las iba arrastrando hacia las mias, estaba nerviosa, pero hice como si nada, yo seguía riendome mientras sus dedos rozaban los mios. Me hacían cosquillas, yo me reía, pero nadie lo notaba porque parecía que era por los chistes malos.
En una hora vino el pesado del camarero y me llevé las manos al pelo disimuladamente.
-Aquí tienen- dijo entregándonos los platos.
Valió la pena esperar, porque es que estaban deliciosos, no había probado unos espaguetis así en mi vida, Mar pensaba lo mismo por la forma que los miraba como si fuese magia y se los llevaba a la boca.
Cuando terminamos de comer, Thomas pidió la cuenta.
-¿Cuanto es?- dije.
-Eso no se cuenta- dijo Thomas guiñandome el ojo.
Yo en tonces me reí y él sacó la cartera.
-La proxima vez, si es que hay próxima, pagaré yo, ¿vale?- dije riendome de Thomas.
Cuando le pagó salimos del restaurante y entramos en el coche, no dijimos nada en un par de segundos hasta que yo dije:
-Oye podríamos ver una peli en tu casa Thomas-
Y entonces nos dirigimos allá, por supuesto nuestras madres nos dejaron ir.
Cuando llegamos bajamos a su sótano porque la tele de alli también era muy grande y nos sentamos Mar y yo en un extremo y Thomas y Carlos en el otro extremo del sofa.
Bajó la madre de Thomas y dijo que la madre de Carlos había llamado.
-Adiós- dijo él.
Al rato de la película alguien llamó al timbre dos veces seguidas.
-Es mi madre- dijo Mar -¡No me contéis el final!
Y se fue, Thomas y yo nos quedamos viendo la peli hasta el final, no dijimos nada. Hasta que terminó hubo un rato de silencio, pero Thomas preguntó algo:
-Bueno, cuentame, ¿qué se te da bien?-
Me quedé un rato pensativa, no podía dejar de pensar que estábamos solos, que qué iría a pasar, estaba nerviosa.
-Bueno, se me da bien la moda dije al fin.
-¿solo eso?- dijo hacercándose aun más a mi.
Estaba nerviosa, no sabia que decir.
-Si bueno, también me gusta cantar-
-¿Algo más?- dijo acercándose poco a poco.
Entonces pensé y dije aun más nerviosa:
-Bueno, no beso del todo mal...-