Ananda estaba contenta, creía haber empezado una "relación" con Álex. Ananda estuvo toda la tarde jugando con los niños. Como era fin de semana se llevó a unos cuantos al parque. Al volver, Matilde estaba arreglada para salir y había dejado a medio preparar la cena.
-Ananda, tu sube a bañar a los niños, que yo termino la cena y hablo con Álex.
-Vale. Oye, ¿porque tienes que hablar con Álex?
-Tengo que asegurarme de que no mete la pata esta noche.
-Tía, se está portando muy bien...
-Por si acaso.
-Está bien, le diré que baje.
Ananda subió las escaleras, preparó el baño y puso a los niños en ella. La bañera era muy amplia, así que cómo los niños ocupaban poco, podían caber hasta cuatro si querían. Cuando estaban entretenidos con las esponjas, patitos y demás, se decidió a abrir la puerta, que casualmente estaba cerca de la suya.
-¿Álex? ¿Se puede?
-¿Qué quieres?
-Soy yo, soy Ananda.
-Lo sé, ¿qué quieres?
Ananda se hartó del tonito y entró en la habitación. Estaba tirado en la cama, jugando con una pelotita en sus manos.
-Oye, ¿Que te ocurre? Creía que tu odio hacia mí se había terminado.-dijo con una sonrisa tímida.
-Mira niña, no te creas que me has seducido ni nada por el estilo, te lo repito, no me interesas.-susurró con una sonrisa amarga.-Solo me porto bien contigo porque tenemos que convivir.
-Pe, pero...
-Pe, pero...-dijo imitando el tono de Ananda-¿Pero qué? ¿Creías que por tener una conversación lo nuestro era amor? Que inocente y tonta eres. Todo lo que hago aquí bien, es por los niños que te quede claro.
-¿Desde cuándo te importan a ti los niños?
-Desde que pueden ser mi vía de escape para no ir a la cárcel.
Ananda comprendió entonces, de que el tiempo pasado con él, había sido un engaño. Solo se intentaba portar bien con ella algunas veces para ganarse su acuerdo con la policía. En fin, mejor saberlo ahora que más adelante. Pero aun así sus palabras le dolieron.
-Bien.-Dijo sin poder pensar en decir algo más.-Matilde te busca.
-Ahora bajo.
Ananda con ojos húmedos fue a terminar el baño de los niños. Álex por su parte quitó los ojos fríos que había usado con Ananda y se dispuso a hablar con Matilde. Él sabía que le había hecho un mínimo daño a Ananda. Mejor, pensó. Así no se acercará más. Siempre que alguien bueno se acerca termina mal, muy mal. No conocía del todo a la chica, pero por lo que había podido ver era muy buena, cariñosa...un ángel. Algo que él, por supuesto nunca sería. Él no merecía a nadie a su lado, y menos a una chica como ella. No es que se hubiera enamorado ni mucho menos, pero más vale prevenir que curar, dicen.
-Hola Señora.
-Por favor, llámame Matilde.
-Matilde, ¿querías verme?
-Sí. No sé si te habrá contado Ananda pero esta noche tengo un compromiso, y os voy a dejar solos con los niños. No os darán muchos problemas, hoy han hecho mucho así que están cansados.
-Muy bien.
-Sé que lo harás genial, hoy te he visto con ellos. Y creo que con Ananda no habrá problemas. Es una chica muy maja. Pero por favor, ayúdala en lo que te pida. Y aunque no lo pida a veces en voz alta, porque es muy cabezota y trabajadora, intenta ver que necesita.
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Nadie es lo que parece.
RomanceElla, una chica de lo más inocente, buena persona, cariñosa, amable y con el corazón abierto a todo el mundo. Él, un chico arrogante, egoísta, sin corazón ni sentimientos algunos y lo más importante, un delincuente, o eso decían... ¿Podrían ellos do...