Capítulo 2.

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Al decir eso Matilde, los policías agradecieron y salieron.

-Menos mal que Matilde tiene un gran corazón...

-Oye, ¿realmente no va a hacerles nada a los niños y no es un sujeto peligroso?-Preguntó el policía 

-Eso espero.


Ananda se fue a casa intranquila, iba a entrar en la Casita un completo desconocido por dios! Y no un desconocido normal, no, un miembro de una banda. Entró en casa y sus padres la esperaban con cara preocupada.

-¿Que os pasa?

Les preguntó.

-¿Sabes que hora es?

-Si, se que es tarde, pero veréis, cuando iba a venir han entrado en la Casita dos policías

-¡Que! ¿¡Porque!? ¿estás bien? ¿están bien los niños? ¿y Matilde?

-Tranquilos, estoy bien, los niños y Matilde también.

Ananda les contó todo y sus padres le pidieron que no se preocupara porque si los policías le habían dicho que era seguro el tipo, era cierto.

Subió a su cuarto e investigo sobre el caso de ese chico, no ponía nombres ni edades ni nada, solo ponía que se trataba de una banda de chicos, sabían que había cinco pero en realidad podría haber más. Ananda se fue a dormir con dudas, pensando en que mañana tal vez, estas se acabarían.


El día siguiente al acabar el instituto, Ananda se junto con Aida para hacer su ritual, fueron a una pequeña tienda y compraron chucherías y patatas de todo tipo y dos Nestea. Fueron al parque más cercano, era pequeñito y acogedor.

-Bien, suelta la bomba.-Soltó Aida de repente.

Ananda llevaba todo el día distraída con el tema del chico de la banda y la Casita. Ademas hoy era viernes y ella iba a quedarse a dormir los viernes y pasaba allí el fin de semana entero con los niños.

-¿Que bomba? ¿de que hablas?-Dijo Ananda inocentemente.

-Llevas todo el día en otro mundo, así que desembucha. Algo te tiene intranquila y me gustaría saber que es.

-Se trata de la Casita.

-¿Que a pasado?

Preguntó Aida con curiosidad. Se esperaba cualquier respuesta menos esa.

-Pues veras, ayer estaba con Matilde por la noche y antes de irme a casa, sonó el timbre y entraron dos policías

-Mmm, ¿eran guapos?

-Esa no es la cuestión pervertida, nos dijeron que necesitaban que acogiéramos a alguien.

-¿A quien? ¿Otro niño?

-No, al chico ese de una banda que sale por la tele.

-¿Que dices? ¿no te lo estás inventando verdad?

-¿Porque iba a inventarme algo así?

-Tienes razón pero ¡que fuerte!

-¿Porque? ¿Sabes algo de él? En la investigación policial que han colgado en Internet no pone casi nada.

-Tía se oyen rumores de que es un delincuente, y de los buenos, es mala gente, ten cuidado.

-¿Porque? ¿cres que le haría daño a los niños?

-No, bueno vigilado también con los niños, pero ten cuidado tu también.

-Bueno, vale.-Respondió Ananda no muy segura.

Al terminar su ritual, Ananda fue a casa a saludar a la familia, comieron y se se echaron una siesta. A las siete o así Ananda fue camino a la Casita.

Al llegar, vió los dos policías de la otra noche y entre ellos había un chico. No le vio bien porque estaban hablándole a Matilde y portanto le daban la espalda. Pero solo con ver eso, se podía ver que era un chico atractivo, tenia la espalda ancha y musculosa, y a medida que bajabas hacia su cadera se iba estrechando. Era bastante alto, ya que sobresalía bastante de los policías y sobre todo de Matilde, eso hizo que Ananda se tranquilizara, ya que ese chico, si hubiera querido ya tendría derribados a esos polis y encanvio estaba allí quieto. Iba a avanzar para ver a todos mejor y poder entrar en la conversación, cuando Matilde hizo callar a los policías con la mirada para hablar a Ananda.

-Hola cielo, ¿que tal?

-Muy bien tía.

-Los policías están acabándome de contar unas cuantas cosillas.

-De acuerdo. ¿Y los niños?

-Oh están haciendo los deberes, ¿puedes hacerme un favor? Són las siete y media y Martina e Isaac tienen que

-Tienen que bañarse, cenar y dormir, lo se empiezo ahora con Martina, después me ocuparé de Isaac, no te preocupes de nada tía-dijo Ananda sonriendo.

-De verdad que eres un ángel.

Ananda sonrió y tomo rumbo hacia la sala, saludó a todos los niños y se fue a la cocina. Dejó allí preparado dos super biberones para después de bañar a Martina e Isaac darles de cenar directamente. Ellos eran los más chiquitines, sobre todo Martina, ella tenia unos dos meses. Isaac unos 5 meses.

Ananda preparó el baño y cuando se disponia a coger a Martina en brazos la voz de la policia más cerca que antes la alarmó. Entraron los dos con el chico siguiendo a Matilde en la sala grande donde estaban casi todos haciendo los deberes.

-Chicos, estos hombres hoy se quedaran a cenar!

-Bieeeeen!-Dijeron todos los niños a la vez.

-Quien quiera puede dejar de hacer deberes y jugar con ellos mientras hago la cena.

-¿Que hay para cenar?-dijeron los niños entusiasmados.

-A mi eso verde de ayer no me gustó-dijo un niño.

-Hoy no hay hay verdura. Hoy es viernes!-dijo Ananda.

-PIZZA!!!-dijeron todos a la vez, y se lanzaron contra Ananda a abrazarla.

-Si, pero darle el abrazo a la tía que yo hoy no cocino.-Dijo Ananda divertida.

-Gracias tía!-le dijeron mientras la abrazaban.

Se oyeron unas risas por lo bajo y Ananda se giró hacia los policías y por primera vez vio al chico. Era fuerte y alto, moreno de piel y pelo oscuro. Sus facciones eran muy masculinas, tenía la mandíbula tensada. Ananda subió su mirada para toparse con los ojos chocolate del chico. Avergonzada de que la hubiese pillado aparto el rostro. Pero quedaron en su memoria, los profundos y bonitos ojos marrones que tenia ese hermoso chico.


El chico por su parte, también la había observado, era más bajita que él, pero quien no, pensó arrogantemente. Tenia el pelo moreno claro y con muchos, muchísimos rizos. Su piel era blanquita, lo que hacia ver a la chica frágil y delicada, desde el primer momento en que le había visto la cara estaba sonriendo. Le gustó eso de ella, del mundo de dónde venia nadie sonreía con frecuencia. Al querer mirarle los ojos se encontró con los suyos observándole a él. Pero ella rapidamente bajó la mirada. ¿Que habria visto en él? ¿Le habría gustado el aspecto? No lo sabia, pero si sabia que esa chica no lo iba a dejar con las ganas de observar el color de sus ojos.

Nadie es lo que parece.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora