Ananda la llevó con sumo cuidado al baño y la bañó. Le encantaba hacerlo. Era tan pequeñita, que cuando la vestía y perfumaba, se sentía cómo si volviera a ser una niña jugando con sus muñecas. Ananda bajó con Martina en brazos. Quería lavar a Isaac, pero ¿que hacia con Martina de mientras? Se notaba que ya empezaba a tener hambre. Miró hacia el sofá y allí estaba él. El supuesto "delincuente" sentado sin hacer nada. Algo es mejor que nada pensó Ananda. Todo el mundo merece una oportunidad ¿no es así?
-Emm, hola!
-¿Me hablas a mi?-preguntó duramente el chico.
-¿A quien sino? respondió sonriendo le.
El chico la miró fríamente y giró su cara.
Ananda prosiguió.
-Me llamo Ananda, ¿y tu?
-¿Es necesario?
-¿El que?
-Intentar tener una relación conmigo, ¿es necesario? Sabes, no eres mi tipo.
-Oye, ¡no te pases! ¡Si! Es necesario llevarnos bien porque resulta que vas a vivir aquí por tiempo indefinido. ¡Y por mi mejor no ser tu tipo! ¡No me interesas en absoluto!-Mentira como una catedral pensó Ananda, era muy atractivo, cualquier chica se habría fijado en él.
-Bonita, no sabes con quien te estas metiendo. A mi no se me habla con este tonito.-Dijo arrogante mente.
-Mira me da igual tu nombre entonces, solo quiero tu ayuda.
-Mi ayuda para...
-Sujetar a Martina-dijo señalando a la pequeña-hasta que termine de bañar a Isaac.
-A mi no me interesa.
-Pues te va a tener que interesar porque sino no saldrás de esta casa.
-Eso ya lo veremos bonita.
Y sin decir nada más, abrió la puerta hacia el jardín donde estaban todos los niños jugando.
El policía más joven que había medio observado la conversación, fue al salón a ayudarla. Él, que acababa de terminar sus estudios para ser policía, estaba asombrado de en su "primer caso", encontrar a tal belleza como Ananda.
-Oye no he podido evitar sentir parte de la conversación. ¿En que puedo ayudarte?
-Me harías un favor enorme si mientras yo baño a Isaac, tú das el biberón a Martina.
-Por supuesto. ¿Dónde esta el biberón?
-Esta en la encimera de la cocina, calientas y listo.
-Bien.
Ananda le dio al policía a Martina, este la cogió con entusiasmo.
-Discúlpeme por no haberme presentado. Soy Ananda.
-Si, tu tía nos lo ha contado. Bonito nombre. Yo soy Pablo. Y por favor háblame de tú, solo tengo 24.
-Encantada, y gracias por el favor. Baño a Isaac y bajo.
-De nada.
Ananda se fue con una sonrisa a bañar a Isaac. Pablo era simpático y su rostro y cuerpo no quedaban atrás. Era una belleza distinta a la del "sujeto posible delincuente del cual no se su nombre porque es un borde". Realmente a Ananda le gustaba más la belleza de este último. ¿Como podía ser tan guapo y tan imbécil a la vez? En fin. Terminó de bañar y poner el pijama a Isaac y bajo a ver a Pablo. Este se encontraba dándole el biberón tranquilamente a Martina en el sofá. Ella le sonrió, preparó la cena de Isaac y se sentó a su lado.
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Nadie es lo que parece.
RomanceElla, una chica de lo más inocente, buena persona, cariñosa, amable y con el corazón abierto a todo el mundo. Él, un chico arrogante, egoísta, sin corazón ni sentimientos algunos y lo más importante, un delincuente, o eso decían... ¿Podrían ellos do...