Capitulo 2

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Era sábado por la mañana, no tenía ninguna obligación así que me quede un rato más sobre la cama, sentí unos pasos y también sentía como movían muebles, ¡¿LADRONES?! ¡Jamás me habían entrado a robar!, me levante de la cama y tome lo primero que tuviera al alcance, me puse las pantuflas y salí silenciosamente de mi habitación, me asome por las escaleras, ¡no había ningún mueble!-¿Sera posible?-me pregunte bajando las escaleras lentamente.

-¡¿Qué hace un embargador en mi casa?!-grite al hombre regordete que se encontraba parado frente a la puerta de mi comedor, al menos no era un ladrón como yo pensaba y eso me alivio bastante.

-Señorita muévase por favor, no deja que mis chicos trabajen-respondió sin darme la mínima atención.

-Óyeme! A mí me hablas mirándome a los ojos-dije poniendo mi mano sobre su agenda- tengo todas mis cuentas al día, no puedes ni tienes el derecho de embargar mis muebles

-Claro que lo tiene, muévete-una mano grande me tomo de la muñeca suavemente y me llevo a mi habitación, ¿y este quien se cree que es?

-Suelta, quien demonios eres?-dije intentando ver bajo aquel tapabocas y todas esas cosas que llevaba puestas-no me cojas así, basura.

-Ahora tratas de basura a tu propio hermano?-espeto quitándose las gafas de sol y el tapabocas.

-A-Akira?-puse mis manos sobre mi boca en un acto por callarme-¿Qué pasa, porque estás aquí?-fruncí el ceño y me cruce de brazos oponiéndome a entrar en el baño.

-Te dije que todo había acabado, o no fui claro?-se acercó nuevamente a mí para hacerme caminar, obviamente me forcé a no avanzar-Cariño avanza si no quieres que te lleve en pijama a mi casa, y date prisa que no tengo todo el día.

-Con qué derecho vienes a mi casa y me dices estas cosas?-pregunte fastidiada sin moverme aun, no lo haría, no cedería- no puedes hacerme esto-continúe y aproveche de alejarme de la ya cercana puerta.

-Tengo todo el derecho, si no recuerdas tienes 18 años-levante mis hombros y mire expectativa- para la ley y para mi sigues siendo una cría

-no me iré de aquí-le afirme para luego lanzarme al otro lado de mi cama para que no pudiese agarrarme-¿Por qué me haces esto?

-Azahi, déjate de juegos infantiles, sabes que si me atrevo a sacarte así-se cruzó de brazos y bufó- y no seas sínica, sabes bien porque lo hago.

-Akira déjame en paz, tu hiciste lo que quisiste contigo y nadie se quejó!-grite cuando me tomo de la cintura- bájame Akira!!

-Patalea todo lo que quieras Hana-finalmente me saco de la casa y me subió al auto así, con el cabello revuelto y mi pijama mal acomodado, abrocho el cinturón y activo la seguridad para niños he infantes.

-Akira! Déjame salir!!-grite agitada mientras golpeaba la puerta del auto, cuando me iba a cruzar a la del piloto para salir Akira se subió, dejándome de brazos cruzados y teniendo que volver a ponerme el cinturón solo por mi seguridad, me quede mirando la ventana furiosa mientras refunfuñaba.

-deja de farfullar pareces gato enojado si quieres decir algo dilo fuerte y claro-hablo Akira, no le respondería, lo ignoraría totalmente para que se sintiera mal por lo que me hizo, antipático-bien, no me lástima que me ignores así que ni te molestes en ponerme triste- lo mire sorprendida, este sonrió y yo comencé a hacerle muecas mientras que no podía verme, me canse de hacer muecas y le levante el dedo de en medio decidida a dejar de prestarle atención-te estoy viendo tonta.

-Te odio-murmure encogiéndome en el asiento y resignándome a todo.

Llegamos a lo que parecía ser su hogar ya que paro y me coloco una manta enrollándome completamente y cargándome, me dejo inmóvil, comencé a revolverme pero simplemente no podía zafarme de su agarre y el de la maldita manta! Suspire frustrada y tire mi cabeza hacia atrás.

Aprendiendo de ti (The GazettE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora