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"Va a ser genial. Mañana iremos ya a la residencia, y empezaremos la carrera. Aún no me lo puedo creer"

"Ni yo tampoco. Y lo mejor es que seguiremos juntos"  

Es en lo único en lo que ella puede pensar en ese momento. Ni en la universidad, ni en Periodismo  ni en nada más. Solo en él , como de costumbre, y en que pasará el siguiente curso viviendo con él . ¡Ella  si que no se lo cree! Quizás sea ya la hora de avanzar, de dar un paso más. En ninguno de estos años ha sido capaz de decirle nada. Quizás en este curso se atreva, pasarán más tiempo juntos y ella podrá llegar a sentir lo mismo que él. Algún día... suspira la joven.

"Tú y yo llegaremos juntos hasta el fin. Siempre estaremos juntos y con los demás. Somos un equipo"

Claro que llegarán juntos hasta donde quieran, pero no de la forma que ella quiere.

"Bueno, nos vemos mañana, que me muero de sueño"

Jope. Ella quería seguir hablando con ella, aunque lo cierto es que él también está cansado y tiene sueño. Ya han hablado mucho esa noche, más de lo habitual.

Así que también se despide del chico  deseándole buenas noche.

Mañana empieza la etapa de su vida más importante y ella en cambio, se duerme pensando en él.

Ha sonado el despertador y ella sigue enredada entre las sábanas.

Aún no ha abierto los ojos y no piensa hacerlo. Se está tan agusto ahí.

Ayer se durmió tarde. Hace memoria y recuerda una larga conversación con Alex. Sonríe al recordarlo. Alex es muy especial para ella. Es su persona favorita, se atrevería a decir. Y es su mejor amigo. Por encima de todas las cosas.  Se encontraron en el lugar indicado en el momento perfecto, y el tiempo les hizo convertirse en su otra mitad. Y ella pronto empezó poco a poco a enamorarse.

La chica empieza a desvariar y cuando recuerda el motivo de su larga charla con su amigo salta de la cama, sobresaltada.

¡Es el día! El primer día del resto de su vida. Y no se había acordado, que mala pata. Se mira en un espejito que tiene.

Sigue siendo la misma, con el pelo azabache y los ojos azules. Aunque ese día su vida va a cambiar, comienza una nueva etapa.

De fondo escucha los gritos de Daniel y Mónica y de su madre pidiéndoles que se calmen. Sus hermanos están discutiendo nuevamente . ¿Los echará de menos? Sabe que irremediablemente lo hará. Tanto las peleas con el mayor y los piques con la pequeña.

Una melodía inunda la ha itación. El móvil. Alguien la llama. Es Leila.

-¡Beaaaa!-grita ella entusiasmada.

Los gritos de su amiga terminan por despertar a Beatriz por completo.

-Leila...-se queja.

-Anda, arriba esos ánimos- sonríe Leila al otro lado de la línea. Está muy ilusionada. Y aún no se cree que por fin llegara ese día. Lloró mucho al recibir la carta de admisión. Ella hubiera jurado que no entraría. Nunca se le habían dado demasiado bien los estudios, y tras la inminente separación de sus padres su nivel había bajado considerablemente. Fue increíble el ver que podría estudiar psicología -. Hoy es el día, nena.

-Sip-la alegría de su amiga contagia a Bea que no puede evitar sonreír al imaginar a su nueva vida junto a sus amigos-. Estoy muy nerviosa.

-¡Anda que yo!-protesta-. Tú te desenvolverás muy bien. Yo en cambio estoy como un flan... ¿Y habrá chicos guapos? Porque yo ya...