--Ya Samuel, sal de mi habitación.-- Guille corrió entre risas a su compañero de piso, quien igual no podía dejar de sonreír.
Samuel frenó colocando ambas manos en el marco de la puerta, haciendo fuerza para que el menor no lo sacara.
--Anda tonto, dime si sí o no.-- giró su cabeza para mirar como el pelinegro reía negando con su cabeza.
--Si te digo que sí me dejarás grabar-- Guillermo pudo ver como Samuel asentí seguro, soltó un bufido y terminó aceptando --. Eres un pesado, solo por eso te digo que sí.
La sonrisa de ambos se ensanchó y Samuel, por fin saliendo de la habitación de su compañero, le habló con velocidad --No te arrepentirás chiqui.-- y le brindó un sorpresivo beso en la mejilla, paralizando al menor.
Guillermo solo vio como su compañero se fue corriendo por el pasillo para luego desaparecer en la sala, y segundos después escuchó la puerta principal cerrarse. Una pequeña sonrisa adornó sus labios a la vez que acariciaba la zona besada y murmurara --Es que es tonto.
Retrocedió solo unos pasos recordando la conversación de hace unos minutos.
"¿Una cita?" había preguntado él cuando Samuel apareció en su habitación y le ofreció pasar la noche juntos.
"Llámalo como gustes." le sonrió de esa manera que le encantaba "Eso sí, es una sorpresita."
Como siempre se negó excusándose de los vídeos que tenía que preparar para el especial de Noche de Brujas, pero Samuel se salió con la suya.
Por las calles de Los Angeles, Samuel caminaba de forma apresurada revisando en su móvil que cosas necesitaría para esa noche, que estaba seguro sería magnífica e inolvidable noche. Vaya que lo sería.
*****
Guillermo sin duda se estaba arrepintiendo de haber aceptado aquello. No estaba seguro si eran por ver a Samuel tan necio con el tema, o por tener todo el apartamento a obscuras, o por la forma en la que Samuel cerró todas las puertas de la casa, o por la como su compañero se esmeraba en acomodar con simetría las velas entre ellos.
--Samuel-- murmuró confundido, logrando que este solo soltará un pequeño sonido en señal de que le escuchaba --¿Qué haces?
Finalmente elevó la vista, observando al pelinegro frente a él que se hallaba sentado con las piernas cruzadas --Ya te dije que es una sorpresa-- le guiñó el ojo. En otro momento aquel gesto hubiese provocado que Guillermo sonriera, pero no en esta ocasión
--Parece que vamos a invocar a un espíritu-- murmuró logrando que Samuel sonriera más, Guillermo comenzó a negar con la cabeza --¿Es en serio?
Samuel empezó a reír logrando que su compañero se molestara --Tranquilo Guille.
--Joder Samuel, no me lo creo-- chocó ambas manos con su rostro, sacando un suspiró --. Pensé que íbamos a ir a cenar, no a llamar a Casper. Vaya definición de noche romántica tienes.
--Shh, calla chiqui-- le miro con calma y con una sutil sonrisa, para luego comenzar a encender las velas con un encendedor --, relájate. Nos divertiremos.
Guillermo solo respondió con una mueca y suspiró, no muy seguro --Esto es una tontería Samuel, sabes que soy un miedoso pero no creo en estas cosas.
--¡Es Halloween!-- habló fuerte Samuel, emocionado. Sacó del bolsillo de su pantalón una hoja y la desdobló con cuidado --En cuanto acabemos de llevo a cenar.
Guillermo sonrió, ya pensando a dónde irían ambos esta noche --Vale, acepto-- ambos se sonrieron, ansiosos pero por distintas cosas --, ¿Y de dónde sacaste el ritual? ¿Tonterías .com?
--Town me lo pasó, dijo que es uno de los más sencillos.-- Samuel tomó la hoja y comenzó a leerla en silencio, cuando ya estaba seguro de cómo pronunciar aquellas extrañas palabras extendió u mano izquierda esperando a que su compañero la tomara.
El mayor empezó a recitar en un extraño lenguaje los canticos escritos en la hoja, a la vez que Guillermo le miraba confundida o sintiéndose cada vez más extrañado. Escuchó pasos, ligeros susurros y hasta el rechinar del suelo, pero confiaba en que era su mente jugando con su nerviosismo.
Cuando Samuel dejó de hablar y cerró los ojos, Guillermo dudo en hacerlo pero igual bajó los parpados. Bastaron solos unos segundos para que no se escuchara nada en la casa y para que Guillermo desease reír.
El pelinegro espero paciente a que se hiciesen cinco minutos, pero luego de eso estalló en carcajadas escandalosas. Burlándose del mayor. Soltó la mano de Samuel para tirarse de lado al suelo y sostener su pancita mientras seguía riendo.
Samuel frunció el ceño, confundido e intentando encontrar cuál había sido su error --Uf Samuel, sin duda fue una experiencia aterradora ¿Nos vamos ya a comer?-- cuestionó Guillermo volviendo a sentarse derecho.
--Acomode las velas, recite la invocación completa, cerré los ojos ¿Qué me falto?-- se cuestionó, ignorando al menor.
--Se me antojan unas alitas Samuel, pero de las buenas eh, nada de esas llenas de aceite ¡Buah chaval! Se te pegan horrible a la garganta.-- siguió hablando Guillermo dentro de su mundo de comida. De pronto Samuel recordó en que erró.
--¡Claro!-- se agachó y de un soplido extinguió la luz del apartamento.
--¡¿Qué haces?!-- al estar rodeado de obscuridad Guille se puso nervioso y con dificultad se puso de pie, tratando de localizar a Samuel.
--Así ellos podrán andar con calma en el apartamento.-- dijo Samuel orgulloso de lograr su cometido.
--¡Enciende la luz ya Samuel!-- Guillermo estaba nervioso, sin la luz se sentía desubicado.
De la nada una potente luz impactó a los ojos del peligro, logrando que maldijera en voz alta y que Samuel se disculpara, accidentalmente había encendido la linterna en dirección a Guillermo.
--Hay que esperar.-- susurró apuntando al suelo, directo a las velas apagadas.
El menor sacó su móvil del bolsillo trasero de su pantalón e intento alumbrar a su alrededor con él. Estaba por comenzar su lista de ofensas hacia Samuel cuando se escuchó algo tras el sillón, parecía que alguien se arrastraba.
Guille se puso tenso, pero no se lo demostraría a Samuel --Vale. Hola señor fantasma, le presento a Samuel, el parguela. Deja de hacer esto Sam.
--Yo no fui.-- el castaño respondió con una pequeña sonrisa.
Luego se cayeron las velas, rodando un poco hasta chocar con los pies de ambos --Muy gracioso, pero para ya.-- Guillermo comenzaba a enojarse.
--¡Yo no estoy haciendo nada Guille!-- junto con aquel grito, algo se cayó en la cocina, estrellándose en el suelo y sobresaltando a la pareja.
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Publicado el 2 de Octubre del 2015.
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La fiesta del terror ¤ Wigetta
FanfictionGuillermo sabía perfectamente que los seres paranormales y los fantasmas no existían, pero su compañero de piso, mejor amigo, confidente y pareja, Samuel, estaba dispuesto a mostrarle lo contrario. Que mejor que en la noche de Halloween. ----- Espe...