Guillermo por un momento recordó dónde estaban y que era lo que sucedía a su alrededor. Samuel había tenido la fantástica idea de invocar a las Creepypastas, y ahora estaban cara a cara con un ser extraño. Que bien podía ser un ladrón que al ver las luces de la casa apagadas, pensó que estaba vacía.
--Jeff The Killer.-- la voz de Samuel le sobresalto. Reconoció el nombre, varias veces había leído sobre este personaje tan famoso en Internet.
El macabro personaje rió de forma tétrica y espeluznante --¿No soy hermoso?-- cuestionó sin dar ni un solo paso, pero analizando a los hombres.
--Llamaré a la policía-- Guillermo retrocedió, de forma apurada tomó su móvil dispuesto a marcar al 911 --, salga de mi casa hombre repugnante.
Fue un alivio para el menor escuchar su voz tan firme y amenazadora, pero aquel valor desapareció cuando notó la mueca de tristeza del intruso. Su sonrisa marcada de forma permanente en su rostro solo hizo que se viera más escalofriante, que provocó que Guillermo se congelara completo, sin ser capaz de presionar la tecla de "Marcar"
--No creen que soy bello-- habló con su voz rasposa y apagada --, no son capaces de apreciar la verdadera belleza. Uhm, pero apuesto a que si sonríen más-- de cuenta nueva mostró sus dientes, presumiendo una todavía más aterradora sonrisa --, veréis al mundo de manera distinta.
En un fugaz movimiento, la pareja presenció como sacaba del bolsillo de su chamarra un afilado y largo cuchillo resplandeciente. Lo lanzó al aire hacia arriba, logrando que diera una vuelta y cayera de nuevo en su mano, aferrándose al mango de madera.
Samuel tomó por el brazo a Guillermo, tratando de hacerlo reaccionar, debían huir. No pudieron avanzar si quiera dos pasos cuando los pies del menor pisaron una vela y cayó al suelo con violencia hacia atrás. Vio con desesperación, como su móvil se fue hasta bajó el sofá y como la linterna rodó un poco, gateó para alcanzarla y el pánico le inundó al ver que alumbraba a unos convers gastados y sucios.
Elevó la luz para encontrarse con otro hombre, este portaba una sudadera azul obscura, no se veía sucia pero su rostro, completamente azul, con sus cuencas vacas escurriendo un horrible líquido negro le hicieron temblar a Guillermo. Vio como este personaje se agachó a su altura y mostró, en sus manos cubiertas por unos guantes de latex, un bisturí ensangrentado y como lo acercaba al rostro del congelado pelinegro.
Guillermo sintió un repentino tirón de su pie, logrando que se alejara de ese monstruo. Se giró solo para ver como Samuel extendía su mano y le ayudaba a ponerse de pie --Hay que escondernos.-- le dijo comenzando a correr, aún sujetando la mano de su novio.
Llegaron al baño, Guillermo se adentró en él pero la puerta se cerró de golpe a sus espaldas. Se giró e intentó abrirla, preocupado por Samuel quien se había quedado fuera --¡SAMUEL!-- golpeó la puerta, solos dos veces para escuchar una serie de quejidos del otro lado y un grito de su compañero.
Estaba por volver a gritar el nombre de su pareja cuando escuchó algo aún más perturbador para él. La cortina de baño siendo arrastrada.
Se giró con velocidad alumbrando a la bañera, donde una niña de cabellos castaños llenos de nudos cubriendo la mayoría de su rostro, vestido sucio de tierra y sangre ligeramente roto, sus mallas blancas estaban igual y de su mano derecha colgaba un osito de felpa, igualmente maltratado. Rió levemente, estirando su temblorosa mano hacia el pelinegro quien grito lleno de pánico.
No perdió ni un segundo en tratar de abrir nuevamente la nuevamente la puerta, seguía atorada.
La continuaba empujando con su cuerpo, tratando de no mirar a la niña y escuchando sus pies descalzos acercarse a él --Juega conmigo.-- susurró tocando el hombro de Guillermo, quien finalmente abrió la puerta para huir.
Miro a su alrededor, esperando encontrar a Samuel pero no vio nada. Seguramente este en su habitación, pensó.
Se dirigió a pasos apresurados hacia allí, abrió de golpe la puerta y nuevamente gritó con pavor.
Un horrible payaso, que recordaba haber visto fotos de él en Internet toda su vida, se arrastraba bajó la cama tratando de salir. Soltó una burlesca carcajada al notar la luz sobre su rostro, mirando con diversión a Guillermo. Con velocidad salió de la cama y se dirigió hacia el hombre, quien cerró la puerta y retrocedió espantado. Comenzaba a sentir las lágrimas salir de sus ojos por el miedo.
Oyó un quejido, y tan rápido como iluminó aquel sector de la casa, sonrió. Era Samuel. Estaba de pie, en la sala de la casa junto a las velas. Guillermo fue hasta él para sacudirle el brazo.
--Vayámonos Samuel.-- susurró tomando su extremidad y tratando de hacer que se moviera, no sucedió --¿Sam?
Se apartó apenas un poco para mirarle, sus ojos entrecerrados miraban al suelo, susurraba cosas incoherentes e inentendibles. Preocupado hizo más fuerza en su agarre y la jaló decidido a marcharse de ese lugar.
Dio un par de pasos antes de detenerse, frente a la puerta principal Jeff The Killer se hallaba recargado en la puerta, acariciando a su fiel amigo, su arma --¿Ya os marcháis?
Si quiera tuvo tiempo de huir cuando sintió que Samuel se liberaba de él y con bastante fuerza le empujaba hacia el asesino. Guillermo perdió el equilibrio y cayó al suelo, no dudo en arrastrarse para alejarse de los hombres.
Miró a Samuel con dolor, ese ya no era su amigo. Presenció como ambos se dirigían a pasos lentos hacia él y tuvo que ponerse de pie para seguir huyendo.
Avanzó con velocidad por su casa, recorriendo lo que parecía ser un infinito camino hasta su recamara. Vio como de distintas habitaciones y cuartos salían los personajes que había tratado de atraparle. El hombre azul, la niña, el payaso e inclusive hasta una versión aterradora de lo que parecía ser un teletubbie.
A este punto de la noche Guillermo estaba a punto de sollozar de miedo, del terror y de la desesperación. Había perdido a Samuel, y seguramente dentro de nada igual perdería la vida.
Chocó con la puerta de madera de forma ruda, empujándola para que se abriese. Con sus manos temblorosas, aún sosteniendo la linterna, abrió la puerta. Se adentró a la habitación cerrándola de una patada, poniendo seguro.
Luego corrió hasta su cama, para adentrarse entre las sabanas como si fuesen una guarida de hierro y cerrar los ojos, repitiéndose que todo eso solo era una pesadilla y que al amanecer las cosas estarían bien. Luego recordó algo importante abriendo sus ojos de golpe, no había revisado si alguien estaba en su habitación.
Apenas asomó sus ojos por sobre la orilla de la sabana, mirando con sus ojos llorosos alrededor. Iluminó de forma tambaleante la habitación, ahogando un gritó de terror al ver un rostro saliendo de las ropas de su closet. Lo que más le aterró fue no ver ojos, ni boca, ni nariz en esa cara, solo las facciones de hombre. Le arrojó la linterna, y se hundió nuevamente entre las sabanas, cerrando sus ojos y repitiendo una y otra vez, no es real.
Escuchó pasos, como quitaban el seguro y luego todavía más pasos. Comenzó a sollozar realmente, sumido en la histeria, sabía que su hora había llegado. Los seres, le atraparon.
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16 de Octubre de 2015.
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La fiesta del terror ¤ Wigetta
FanfictionGuillermo sabía perfectamente que los seres paranormales y los fantasmas no existían, pero su compañero de piso, mejor amigo, confidente y pareja, Samuel, estaba dispuesto a mostrarle lo contrario. Que mejor que en la noche de Halloween. ----- Espe...