3. Sigue siendo demasiado para asimilar.

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Abrí los ojos. Era todo negro, y oscuro así que intenté volver a dormirme, pero alguien me llamó.

-Helena.- lo decía de un modo sereno y agradable. Me llamó unas 3 o 4 veces. Pero yo no le hacía caso. (No la veía, ¿como quería que le hiciese caso?) Cuando (supongo) que ya se había hartado de mi, apareció y andó hacia mí. Tanto miedo daba que dije lo primero que pasó por mi cabeza:

-Chocolate.- dije. Tan bajito que parecía un susurro.

-¿¡Vengo a visitarte en tus sueños y piensas en chocolate!?- era muy agresiva. Llevaba una túnica sencilla y sus ojos parecían de color mantequilla. Creo que tengo hambre... - Me llamo Hécate, la diosa de la magia y hechicería. En el Olimpo tenemos problemas... Y no tenemos mucho tiempo. Hace ya casi un año despertó Gea y creemos que su hijo Urano va por el mismo camino. Menos mal que conseguimos pararla, (¿Conseguimos? Si los dioses no movisteis un dedo) te necesitamos a ti y a los demás semidioses. Que patético... Zeus me manda a mí cuando podría haberte avisado él...

-Yo... em... estoy desmayada ¿verdad?- sólo asintió y cambié de tema- ¿por qué me he desmayado? Que yo sepa no le he visto nada raro, no será tan fea la muchacha.

-No te has desmayado por eso, te has desmayado por quién es tu madre...

-¿Tú sabes quién es? ¿Me lo dices?

-Helena.- una voz lejana me llamaba.

-Helena, te llaman. Bueno, tu madre te lo contará todo, espero que te lo aclare y te lleve al Campamento...- suspiró.- Se me hace tarde. Adiós Helena, semidiosa hija de...

Desperté. Estaba acostada en un sofá. Vi dos rostros: uno no muy reconocido y otro bastante familiar...
No, no, no, no, no y no. Ese rostro es de..., no puede ser... Entonces el otro es su novio (supongo). ¿¡Ella es mi madre!?, ¿¡y él es mi hermano?!

Ella. Ella era... ¡Bua! Parecía la madre perfecta. Apuesto lo que sea a que lo es. Llevaba una sonrisa en la cara y no sé...
No era de esas madres guapísimas que salen por la tele y te dan ganas de matarlas (yo pienso eso no me acoséis por ello, a algunos/as os veo capaces) pero ella, Manhattan, el hombre, que si no me equivoco se llama Paul. A mí no me molestaba, además pienso que hizo bien en intentar reconstruir su vida.

-Helena, ya estás despierta. Me alegro mucho.- se sorprendió al ver mi libro que al parecer seguía en el suelo (nunca maltratéis así a los libros o yo os...) pero tranquila, siguió hablando- ¿Es tuyo?- asentí, lo cogió y lo dejó en la mesita al lado del sofá, dejándolo a mi alcance - Entonces ya sabrás sobre este mundillo y sobre la historia de tu hermano.- hizo una pausa larga para que pudiera asimilarlo.

A ver, entonces era verdad. Él es mi hermano. Y sé su historia. Me sentía como cuando te ocultaban algo pero tú ya lo sabías. Por ejemplo: Cuando le cogí el móvil a mi "madre" y vi lo que me iban a regalar por mi cumpleaños y después, decían que no, pero luego, en realidad, sí que te lo regalan y finges sorpresa. Tranquilos, es mucho peor. Te sientes culpable y mal y...

-Sé que es difícil y...

El hombre entró- He traído zumos.

-Tranquilo Paul- le dije. Me miró con cara de sorprendido pero miró a mi madre y asintieron.

-Te voy a contar la historia desde el principio para que entiendas todas y cada una de las razones por las que estamos aquí.

Entonces si él es mi hermano, él es mi padre. Siento tanto la intriga pero si empiezo desde el principio lo entenderéis mejor.

-Hija, todo empezó 1 año y medio después de que naciera Percy.-Era verdad. Perseus Jackson es mi hermano- Poseidón se fue -y él, mi padre- poco después que tu hermano naciera. Pero él me juró que volvería y apareció en esa puerta 1 año después. Me explicó que Zeus no le dejaba estar conmigo- tenía la voz entrecortada y derramaba varias lágrimas. Le ofrecí un pañuelo.- porque le volvía humano y por una profecía que como sabes se volvió realidad.Y la otra...también. Bueno me ilusioné porque estaba aquí, se ilusionó y... No volví a verlo hasta el treceavo cumpleaños de Percy, que es la única vez que viene. Y bueno, también conoces a Tyson, tu medio hermano. Tu hermano no se enteró de nada, era pequeño. Me advirtieron que dos semidioses en una casa no sería buena idea y te dejé con Medsa y su familia. Una buena Gorgona, sorprendentemente. -hizo una larga pausa para luego incluir- Me uní a un seboso y horrible hombre para ocultar el olor de semidiós en mi casa. Cuando ya lo supo bueno, me deshice de él.- puso una sonrisa traviesa. Sonreí.

-Echo de menos a Percy... -Continuó.- Todas las noticias buenas que le dan... A cada noticia le pasa una cosa mala. Ya sabes. Hijo de uno de los tres grandes... Por eso te voy a pedir que no le digas nada de tu relación con él. No quiero que os pase nada malo. Y sé que es muy tarde 16 años, pero me preocupaba que te pasara lo mismo que a Percy... No te importa ¿verdad?- Negué y ella continuó.- Como aquí aún hay instituto vas a ir a uno de aquí cerca. Quiero que pases desapercibida. Haremos que eres una estudiante de intercambio. Quizá conozcas a alguien y hagas algún amigo, como hizo tu hermano.

Helena y el secreto de UranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora