Avalancha.
Fue lo primero que se me vino a la mente. De ahí, comencé a recordar cómo había salvado a mi pequeña hermanita, diciéndole que todo estaría bien, que yo estaría bien...Y pude ver en sus ojos que, por más miedo y peligro que hubiera, me creía.
Oh pequeña Sophie, lo lamento tanto.
Ni crean que no volví. Siempre lo hacía, desde el día uno de mi vida inmortal. Pude ver crecer a mi familia, lo destrozados que estaban... Mis padres tuvieron niños gemelos dos años después de mi...bueno, muerte.Se llamaban Luke y Vincent. Para los inviernos, creaba especiales nevadas para ellos. Luego, los veía jugar en la nieve y reír.
-Tienes que dejarlos ir-había dicho una voz tras de mí.
Jack me observaba desde un árbol, pero con una expresión seria y distante, diferente a la burlona de siempre.
-Déjame en paz, Frost-bufé y me fui a "jugar" con mi familia.
-Hey, no te molestes Snowie. Pero créeme, dolerá más si sigues apegada.
Lo ignoré a pesar de que sabía tenía razón. Aún así, la pasamos genial. Y sí, hablé en plural, porque ese día me di cuenta que Jack amaba a los niños. Su sonrisa, todo él era totalmente diferente al de siempre. Si no fuera inmortal, pensaría que podría ser un buen padre cuando creciera.
-Qué tanto me miras?-me preguntó riendo luego de recibir una bola de nieve de mis hermanitos que eran los únicos que lo veían, y a mí, solo que no sabían que éramos hermanos.
Me sonrojé-. Nada, nada.
-Con que nada, eh?- sonrió maliciosamente y me tiró varias bolas de nieve.
Fue un buen día de invierno.**************************************************************************
Cuando desperté, estaba en mí cama.
Esperen, QUÉ?!?
Enfoqué mi vista. Estaba en mi cuarto, en mi cabaña de la montaña. Acaso no se había congelado? Me levanté hasta sentarme lentamente. Cómo demonios había llegado allí?!? Lo último que recordaba era morir. Y cuando un inmortal, sonará raro, pero cuando uno de nosotros muere, simplemente se desintegra en lo que fue su fuente principal de poder. No se suponía que estuviera viva. No era correcto, no estaba bien.
Salí a mi balcón, era una hermosa noche. Respiré profundamente y en eso, una vestisca helada llegó.
Temblé.
-Pero qué...?!?-exclamé sorprendida. Aquella ventisca me había dado un escalofrío. Cómo era eso inmortalmente posible??!? Yo era el espíritu de la nieve, yo no sentía frío, jamás.
Me abracé a mí misma. Mis pies descalzos estaban helados, como todo mi cuerpo.
Miré hacia el cielo nocturno, millones de estrellas y a lo lejos los grillos cantando. La luna llena brillaba como nunca.
Sé que estarás confundida, mi querida. Pero te he dado una segunda oportunidad pir lo valeroso de tu sacrificio, pagado con tu vida. Como bien sabes, los inmortales no pueden morir, pero sí les pasa lo que a tí, renacen en lo que eran antes. Como mortales. No te preocupes, tienes mi bendición para esta nueva vida, aunque si lo deseas es lo contrario, solo lo más puro y verdadero podrá cambiar tu destino.
-NO!-exclamé-. Luna, no! Yo no quiero esto! NO! No..no sé como ser mortal, yo...-rompí en llanto y caí en las baldosas congeladas de mi balcón, tiritando de un frío desconocido.NARRA JACK:
Había pasado una semana.
Una semana desde que la perdí. Me sentía terrible por haber desperdiciado tanto tiempo. No le hablaba a nadie, estaba aislado de todos, descuidando mis obligaciones. Pero ya no me importaba nada. El resto de Los Guardianes aún así, estaban conmigo aveces, pero yo los ignoraba. No podían culparme. Ella había muerto por mí.
En mis sueños ella estaba, siempre. No la podría olvidar, y dolía muchísimo. Una vez me encontré con Otoño y..,bueno, estaba muy enojado así que...digamos que provoqué una gran ventisca, nevada, avalancha y otros muchos desastres.
En la noche del octavo día, la luna brillaba intensamente.
-Por qué?-fue lo que le pregunté-. Sabes que daría todo por recuperarla. Ahora...ahora quien hará el invierno conmigo?
Haz lo que te dice tu corazón.
Levanté la mirada. Había hablado. A mí, luego de siglos de silencio.
Y qué me decía mi corazón?
Búscala.
Volé en ese mismo instante, guiándome solo por mi corazón. No tenía la menor idea hacia donde iba, pero estaba emocionado. Una ventisca me ayudó a ir más rápido.
Llegué a su cabaña y la vi. No era un sueño ni una ilusión. Ella estaba allí. ESTABA VIVA! Durmiendo en su balcón congelado, pero viva. Podía ver su pecho subir y bajar con cada respiración. Pero había algo extraño. Mi Nieve tiritaba de frío.
Me le acerqué, preocupado y la cargué en mis brazos, para luego arroparla en su cama.
- Snowie-la sacudí levemente-. Hey, _____.
Pero nada, solo mi cercanía la hacía temblar más.
En eso, despertó de un sobresalto.
Le sonreí inmediatamente-. _____!
-Pero cómo...? Juraría que yo...bueno, no importa.
-_____....?-pregunté curioso.
Ella se paró y comenzó a dar vueltas por su habitación.
-Ahora tendré que ir a la escuela y comprar ropa y comida y zapatos...ugh, odio esto. Yo no lo pedí...yo...
Una vestisca recorrió el lugar.
-Y ODIO EL FRÍO!
Ella lo sentía. Santa Luna, qué había pasado.
-Wow, así se siente el hambre-dijo cuando su estómago rugió.
-____-la llamé por su apodo y le toqué el hombro.
Ella tembló-. Debo conseguir una chompa...-se quejó.
Fue entonces cuando me di cuenta:
Ella no me veía.
Ella era mortal.
*
*
*
*
*
*
La seguí a la cocina, vacía salvo por unos macarrones que preparó en 15 minutos. Me encantó verla cocinar. Moverse por la cocina, totalmente inexperta. Casi quemar todo. Tener que empinarse para llegar a las ollas porque no podía volar...ni crean que miraba sus caderas moverse al ritmo de una canción que ella cantaba con hermosa voz y...woha, se me hubiera visto habría sido vergonzoso porque seguro tenía tremenda cara de bobo enamorado.
Dije enamorado?
Quice decir templado.
Lo malo es que no me veía. Y yo no era mortal. No podría darle el futuro que ella querría, familia, hijos, un futuro....
-Lo extraño..-la oí murmurar-. Claro, la luna me hace mortal, pero no puedo ver, como si no creyera. ($#&@%)
Y ahí dijo un par de palabras que no pensé supiera.
Me le acerqué un poco, pero en eso subió a su cuarto. Comenzó a revisar sus cajones y sacó un polo blanco. Ay me irías al infierno.
Se sacó su anterior polo y se puso el nuevo. Pero lento. Camino en brasier un buen rato y yo estaba experimentando problemas de concentración (entre otros problemas físicos). No resistí más y apenas se puso su polo, la acorralé conta la pared y la besé. No tengo idea como funcionó esto, pero respondió al instante, con sus brazos en mi cuello y piernas a mi alrededor. Bajé los besos por su cuello, clavícula..dios, la adoraba. Volví a besarla y pude sentir sus manos en...bueno, por ahí. Pero cuando le quité la blusa, comenzó a temblar y ponerse azul. Me asusté y la arropé en su cama, alejándome de ella.
-Jack...-dijo al irse durmiedo-. Sé que fuiste tú.
Oh oh....
-Te voy a extrañar Jack...Tenía una misión ahora. Hacer que me volviera a ver.

ESTÁS LEYENDO
Amor Congelado: Jack Frost & Tú
FanfictionHola, mi nombre es ____ Whitesnow. Tal vez no muchos me conozcan, así que les diré quien soy en el mundo inmortal: el espíritu de la nieve, es cómo me dicen Los Guardianes formalmente. Y esta es mi historia.