Capitulo 3.

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Solo escucho mi respiración y el sonido de la pluma contra la mesa tan odiada de lugar donde antes vivía. Sigo escribiendo cada paso que doy, no quiero que te pierdas de nada. Hoy quiero contarte que camine hasta nuestro lugar, esta cálida como tu piel, de pronto dejo de escribir y de respirar, pero las dos son cosas que necesito para sobrevivir.
Al igual que a ti.
Mi mama entra por ratos al comedor y me sonríe, pero, se que esa sonrisa es mas un "te lo dije" . Quiero contarte que hoy hacia mas calor que el ultimo día de clases juntos, hoy el sol solo quema, el ambiente me hace extrañarte aún más aunque sé que me escuchas tal vez más que antes; hoy mientras caminaba a nuestra casa, vi cada cosa que nunca vi mientras caminábamos a nuestro lugar, siempre caminábamos muy deprisa. Tú siempre jalabas más de mi mano, en lugar de solo tomarla, no hablabas, solo decías cosas que algunas veces no tenían nada que ver con nuestros silencios, solo eran quejas sobre el clima, el desayuno, comida o cena, mi forma de vestir o de maquillarme ese día aunque siempre al terminar me besabas en la frente y decías entre fumadas largas y deliciosas -pero así me encantas- terminabas y jalabas de mi mano. El lugar sigue igual que como lo dejamos, el sofá café con parches rojos y guindas sigue igual de cómodo y hundido en el centro, aun lo golpea el sol naranja y las nubes tornasol que dejan a la vista los dibujos que hicimos con el polvo en el ventanal, hacen sombras sobre la alfombra manchada de café, no hablaré sobre el pasillo o los dibujos a acrílico sobre todas las paredes, no pude entrar a la habitación y es que esta cerrada con cinta amarilla, es "la escena del crimen" según el policía poco experimentado y con dos hijos mal agradecidos que nos ayudo con este asunto tuyo, nuestro asunto.
Hoy pasaron varias cosas, hoy sentí que pasarían años sobre mi, camine por el lugar donde antes vivía y me deje caer con las mismas ganas de siempre por las puertas del balcón que antes me daba como recompensa las mejores vistas, ahora, todo se ve igual. La gente que pasa es igual, ahora el sonido del tráfico y el viento yo no son armoniosos, ahora me molestan hasta el punto en el que lloro y comienzo a extrañar cada parte de ti. No es que ya no podamos volver a vernos, pero, ahora mismo, quisiera que vinieras hasta aquí, no importa si traes uno o dos cigarros o tu estado de animo, solo quiero recargar mi cabeza sobre tu hombro desnudo, que mi oído pueda escuchar el ritmo de tu organismo y antes de que pueda entrar en el mejor de los sueños, ya sabes, el en que somos astronautas vagabundos que tocan sin miedo el sol, tú con los guantes azules con manchas amarillas y yo con los cafés, ambos hechos para hornear, me despertaras y me darás un beso sobre lo caliente de mi cabeza.
Mientras aumenta mi llanto, y la gente idéntica pasa, mi mamá llega y no viene sola amor, quien la acompaña me hace sentir de nuevo sobre tu hombro.

Tú no me salvaríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora