Capitulo 2.

21 2 0
                                    

Vamos golpeando las puertas, una a una. Tú las atraviesas en camilla y yo a pasos rápidos. Cuando el calor se me sube a la cabeza, como cuando estas a punto de caer , y no caes. Todo se pone muy borroso y ya no puedo seguir.
Paso mis manos aun temblorosas por tú cabello, mi mano se detiene en lo pálido y sin vida de tu cara. Te ves como nunca.
Lo blanco de la habitación me hace pensar en lo que dirías y río sola mientras lloro. Lo sé, es patético. Creo que comenzare a saber que es sentir más de algo a la vez. Sé que te estas burlando de mi, puedo sentir tu risa en mi oído, justo como en la clase de deportes.
Solo estamos tú y yo, como siempre.
Pasan las horas y cada que puedo aprieto lo huesudas de tu manos, están heladas y eso me hace pensar que ya no eres tú.
Hoy es tu primer día en coma. Se ha pasado volando, así como nuestra primera ruptura.
No es momento de sermonearte, pero te lo dije cada vez que llorabas por el dolor, o caías en tus jodidas depresiones, siempre te lo decía, "cada quien se estrella en la pared que quiere" , pero creo que nunca me escuchaste.
Henos aquí, tú ahí tan pacifico, y yo a tu lado por siempre, aun cuando la marea suba y aun cuando la arena vuele. Puedo escuchar tu voz repitiendo la última frase mientras rompo mi promesa y salgo de la opaca a habitación, donde lo único que resalta ahí, eres tú.
Siempre tú.

Tú no me salvaríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora