Capitulo 5.

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Vamos caminando por la calle, parece que nos arrastramos, te cuesta hoy mas que nunca atravesar con tu brazo mis huesudos y asquerosamente helados hombros. Llevas en la boca tu típica tootsie-pop, de vez en cuando la sacas de tu boca y la introduces en la mía cada vez que abro la boca para preguntar a donde vamos, a veces solamente me lastimas. Solo te ríes y eso me hace pensar que ni tú lo sabes.
Llevamos mas de 20 vasos de vodka rodeando y girando sobre nuestro organismo, tú por tu cuenta. Me sostengo de tu cadera, tengo mi mano por dentro de tu gastada chamarra de cuero, tú a diferencia de mi, estas tan cálido que mis dedos arden; caminamos por horas, donde tropezamos y algunas veces cualquiera de los dos cae, hoy es mi cumpleaños.
Cuando tratamos de llegar al último vagón del bus, llevas tu ultimo cigarrillo de marihuana en la boca y tratas con una sola mano y yo atrasa a tu cadera de sacar tus audífonos ya conectados a tu celular, quito mi brazo de tu cadera y camino sola pasando mi mano por los murales de la estación. Cierro los ojos e imagino que de estado no hay nadie, pero lo arruinas, de un jalón ya me tienes sentada a lado tuyo en el bus, dejo caer mi pesada cabeza sobre tu hombro y lo beso, no importa nada, escucho tu respiración y después tu música en uno solo de mis oídos. Pasas tu delegada mano por mis hombros y escucho que sonríes, sé que tú estás feliz.
Subo una de mis piernas al aviento y alguien se sienta justo frente a mi, no se a ciencia cierta si es una mujer o un hombre, todo se ve borroso y sin luz, mi cabeza sangra. La persona te observa extrañado y con pena, no la entiendo. Pasamos mas de diez estaciones y cada que cambias d e canción trato de ver la hora con los ojos entrecerrados. En mi ultimo intento veo que son las doce en punto. Cierro los ojos y solo te veo a ti, tu boca sangra y aunque es mi cumpleaños lloro y tomo tu cabeza con ambas manos, mi barniz pasa de ser carmín a tu sangre, los dos estamos en el centro de una pista de baile, solo que nadie baila, todos tienen foco en nosotros, algunos parecen espantados, pero no se que paso, la música ya no suena. Mi único compañero y estabilidad en mi jodida vida esta del otro lado del lugar, esta lastimado y cuando trato de averiguar que es lo que le paso y correr a curar sus heridas como él a hecho con las mías, tu cabeza y la sangre que escurre por mi frente me lo impide. Tus puños sangran y ahora entiendo.
Tú lo goleaste.
Tu me alejas de mi única estabilidad. Despierto al sentir tu boca sabor a fresa sobre mi cara, no puedes besarme, tu boca sigue sangrando y tu aliento me molesta. Me dices que nos vallamos a casa y antes de que pueda irme a otro lugar donde no estés tú, estoy en ropa interior y calderones rojos, estoy entre tus brazos sobre el sofá, tú estás completamente desnudo, la luz de la noche apenas ilumina tu cara y puedo ver lo brilloso de tus lagrimas corriendo por tus mejillas, yo también estoy llorando, pero no recuerdo el por qué, solo me duele la cabeza. La habitación apesta a hogar de drogadictos sin cura y antes de que pueda salvarme de tus brazos y besos tóxicos, tu boca ya esta sobre la mía y por la sensación que recorre mi cuerpo, no es la primera vez en el día que estas dentro de mi.
Me lastimas.
Me pides perdón y lloras conmigo y lloras conmigo, gritamos por el extasis y volvemos a caer en el ciclo de diario, aun fuera mi cumpleaños.
Tu boca me pide perdón y se rompe con el humo de lo que choca contra mi pendiente al pie del ventanal, ya entran apenas rayos de luz y tu cabeza esta sobre mi pecho.
Me duele la cabeza y no siento los brazos, aun sigo mareada. Ya no estamos en la estancia, ahora mi cuerpo esta envuelto en el naranja y rojo madrugada y nuestra habitación es mas un basurero repleto de botellas de vodka y cerveza cara, algunos cigarrillos no terminados y las típicas manchas de café sobre la alfombra, esto se vuelve algo típico; cuando logró salir de tu agarre, salgo sin pensarlo de nuestro lugar.
Ahora tu lugar.
Las calles aún están oscuras, camino sin rumbo hasta sentirme sola y recuerdo mi vida, ayer fue mi cumpleaños y no te importo. Antes de que pueda detenerme ya estoy devuelta en tu casa, me sorprende y duele tu resivimiento.
Despierto.
Estoy recostada con la cabeza sobre tus manos. Sé que puedes escucharme así que pongo mi mano sobre tus mejillas y lloro diciéndote que te perdono.
El día de mi cumpleaños no te lo dije, pero te perdono y esta no será la última vez que lo haga.
Si quiero estar contigo por siemp
Me voy por hoy, estoy muy cansada y aunque te necesito, hoy también me siento a mi, solo a mi.

Tú no me salvaríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora