Padres indiferentes.

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Principalmente la reacción de Jake me la esperaba. No es bueno que alguien te rechace un beso y luego vaya con otro y se lo dé a la primera pedida. Aunque no se que es lo que me pasa con Jack, nunca me había atrevido a besar a alguien tan pronto. Si, mi vida se basaba en fiestas y alcohol pero eso no me hacia besar a alguien de una sola noche. No es mi tipo. Pero con Jack es algo muy distinto, es como si me atrajera enseguida, como si cayera en sus pies con tan solo mirarlo.

Jake es lindo y carismático pero me cuesta estar con él al igual que estoy con Jack. Él simplemente hace que me espere como mis antiguas relaciones.

A la final Jake simplemente me soltó y dijo algo como que siempre pasaba lo mismo y luego me dijo que me fuera de su habitación. Me dolía verlo de esa manera y quería abrazarlo, pero había algo que me decía que lo dejara pensar mejor y opté por irme sin más.

Después de aquello decidí irme a buscar la ropa en mi casa. Adam se ofreció a llevarme y yo enseguida dije que si. En el camino, Adam me contó un poco de su vida y se abrió un poco hacia mí, al igual como lo hice yo. Él era realmente agradable y maduro, no era sólo fiestas y alcohol como lo pensé. Al decir verdad, se parecía un poco a mí.

-¿Hacia donde? - Preguntó refiriéndose a las calles.

-Izquierda, luego derecha. - Le dije.

Cruzó hacía la izquierda y luego a la derecha como le dije. Esperé que pasara las tres casas primeras y después le pedi que se detuviera. Papá estaba regando la grama del jardín con una manguera en su mano derecha y en la izquierda sostenía un cigarro. No me impresionaba en lo absoluto, él estaba todo el tiempo con un cigarro en la mano.

-Deseame suerte. - Le pido a Adam.

-Suerte pequeña. - Dice colocando su mano sobre la mía. - Aqui estaré si necesitas ayuda.

Asentí y decidí bajarme del auto. Papá enseguida volteo a mirarme y pude notar que estaba drogado por sus ojos rojos. El peor padre que puedo tener es el padre drogado. Este saca lo peor de él.

-¿Donde estabas mugre? - Preguntó mientras caminaba hacia dentro de la casa.

Decidí ignorarlo y seguir, pero a los segundos pude sentir su mano agarrar fuertemente mi brazo y hacerme voltear hacia él.

-¡Ah, duele! - Grité con dolor.

-¡TE ESTOY HABLANDO MALDITA BESTIA! ¡¿DONDE MIERDAS ESTABAS?!

-Ese no tu problema.

-Lo es, soy tu padre.

Río con ironía y digo: -Ahora eres mi padre.

Él iba a contestar pero la puerta le interrumpió. Mi madre salia por esta con la misma mirada de mi padre, totalmente roja.

-Mira quien decide aparecerse, el maldito estorbo de esta casa. - Dice mi madre bajando los escalones de la casa.

-Si y ya me iba.

-¿A donde? - Preguntó, con un poco de mas tranquilidad que mi padre.

-A trabajar. Conseguí un trabajo que me hace estar fuera las veinticuatro horas del día. Así que me mudaré al centro de la ciudad.

Mis padres se miraron mutuamente y chocaron sus manos con alegría. Rodé los ojos y seguí mi camino hacia dentro de la casa.

Ya en mi habitación agarre unas maletas y empecé a meter cosas dentro de ellas. Unos minutos después tocaron la puerta con lentitud, pedi que pasarán y en ella se asomo mi hermana menor. Sus ojos estaban cristalinos, y rojos, apunto de llorar. Al verla de esa manera, fui hasta ella y la abracé.

Una niñera para adultos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora