Ella

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Solo el hecho de pensar que solo me quedaban 5 minutos mas para poder dormir me volvía loca. Mi nueva vida acababa de comenzar. Matemática a primera hora, excelente forma de empezar.

Tenia que levantarme porque ya se me estaba haciendo tarde, y llegar tarde a cualquier lugar violaría una de las tantas reglas que mi madre tiene en casa. Me puse mis jeans favoritos y uno de los sweaters que tanto me gustaba. Tome el bus temprano. El viaje -por suerte- no fue tan largo como lo imagine.

Al llegar entre sin llamar tanto la atencion, vi el ultimo asiento de la 3 fila vacío y lo tome. Faltaban tan solo 5 minutos para que la clase comience cuando una voz interrumpe mis pensamientos. Era un chico de pelo oscuro que al parecer era el dueño de aquel asiento. No tarde ni un segundo en solo correrme a otro lugar que este vacío. Note muy incómodamente que en medio de la clase aquel chico me estaba observando. ¿Que le ocurría por dios, porque no dejaba de mirarme?. Me estaba empezando a molestar, cuando la profesora lo miro fijo dejo de observarme.

Una nueva escuela tenia sus beneficios. Podría tener amigos, aunque eso no me molestaba tanto, podría decirse que soy bastante antisocial. La gente que me rodea no me conoce, así que esto me aliviaría el peso de sentir que cada vez que alguien me miraba conocía toda mi vida y sabían de quien era hija.

Pero también estaban las desventajas. No quería ser la chica rara del curso, no quería que me tomaran como un juguete de broma. Los chicos no eran ningún problema. Jamás tuve que lidiar con un problema de romance, nadie se fijaba en mi, era prácticamente invisible. Dolía a vecés, pero que mas da, prefería ser invisible antes que el centro de atención.

Lo único que tenia que tener en mente era : Universidad, Estudios y obviamente el Ballet.

(Suena la campana del recreo.)

100 Dias para EnamorarlaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora