Capítulo 2: Inevitables encuentros

34 0 1
                                    


-Supongo que debo avisar a tus padres –afirmó con algo de fastidio en su voz.

-Disculpe, ¿podría no avisarles? –me desconcertó su actitud, digo primero me ve con una expresión amenazante y luego me dice que va a avisarle a mis padres.

- ¿Te has escapado? –cuestiona

-No, bueno más o menos, sí. –Susurre apenada, digo no es mi mejor comportamiento.

-No te han dicho que las calles son peligrosas cuando anochece –sentencia en forma de un reclamo, pero sin alzar la voz.

-Lo sé, lo siento...se me hizo tarde y decidí tomar un atajo, pero los encontré. Trate de alejarme lo más rápido que pude. Pero me siguieron –conté tratando de justificarme, de alguna manera.

-Bueno –suspira - ¿Dónde vives? Te acompañaré hasta tu casa –sus facciones al igual que su cuerpo pareció relajarse –Levántate. –extendió su mano hacia mí para ayudarme.

-Señor, ¿usted es un vampiro? – En cuanto tomé su mano lancé la pregunta, les he contado que soy muy curiosa, ¿no? Pues lo soy.

-No, soy un humano –sonrió –mejor dicho,  un cazador. – Me ayudo a incorporarme. –Lo dice por los ojos ¿verdad?

-Sí, sus ojos son rojos al igual que los vampiros, lo siento no quería incomodar. –me sonroje notablemente, digo hablé muy descuidadamente.

-No te preocupes lo escucho a menudo, ¿qué hubieras hecho si fuera un vampiro? ¿Hubieras huido? –sus preguntas me dejaron pensando. ¿Qué es lo que habría hecho si intentaba atacarme?

-No creo que hubiera huido, lo intenté antes con esos chicos y no funcionó, no creo que hubiera hecho la diferencia con usted. –Seguí reflexionando –Pero no importa. Después de todo usted me salvo, no creo que me fuera hacer daño. –Expreso mis pensamientos honestamente.

-Eres extraña –su rostro formó una mueca rara -¿acaso confías en todas las personas ya sean vampiros o humanos? –cuestiona de manera amable.

-Pienso que no todos son iguales, así como hay humanos buenos, los hay malos. Es lo mismo para los vampiros ¿no cree?, debe haber vampiros buenos y también malos –al menos eso es lo que quiero creer.

-Eres ingenua pequeña. –sus labios formaron una sonrisa sincera. –todos guardamos maldad en nosotros, a veces es muy pequeña, otras puede ser tan grande que la persona no puede con ella y termina liberándola causando mucho daño a los demás. No importa, olvida lo que he dicho. Será mejor que nos vayamos, se hace tarde. –Su rostro me decía que sus palabras le afectaron, pero en cuestión de segundos comenzó a caminar hacia la salida del callejón.

Me apresuré a llegar a su lado y me fijé detenidamente en él. Parece una persona bastante amable, pero desprende un aura solitaria, tal vez por eso me cae bien y no siento que corra peligro.

- ¿Es usted un cazador de esta nación? –no he sido buena en iniciar conversaciones, pero creo que una pregunta cómo esta, es buena para comenzar.

-No. Llegué a la ciudad hoy. Pertenezco a la Orden de los Cazadores, pero viajo constantemente, no me quedo mucho tiempo en cada lugar al que llego. –su respuesta me deja más que satisfecha.

- ¿Cuánto se quedará aquí? – tal vez solo está de paso y yo pensando que puedo convertirme en su amiga.

-No sé, tal vez tarde más tiempo, depende de las ordenes que reciba. –a cada palabra que salía de su boca me infundía una esperanza un poco rara. Hace poco que lo conozco, pero no puedo dejar de sentir tristeza de pensar en que se irá.

IN THE SHADOWSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora