No juegues conmigo...
KYLE
El vampiro leyó de nuevo lo que tenía escrito en su laptop, no podía creéselo, ¡él, el gran escritor de canciones, estaba buscando canciones románticas en Google! Oh, sus amigos pagarían millones por ver eso.
Pero todo fuera por Aris, y por no quedar solo, literalmente.
Dio click en buscar y comenzó a ver las distintas canciones que aparecían; todas y cada una de ellas dedicadas a mujeres bonitas, pero hubo una que, a pesar de que parecía hecha para una mujer en sí, no decía nada acerca de que fuera dedicada a una mujer específicamente, así que decidió que sería una buena opción para dedicársela a Aris mientras a su cerebro lograban llegarle ideas.
Escribió el título de la canción en un papel y comenzó a buscar las partituras de guitarra que llevaba la canción, si la iba a dedicar, iba a hacerlo bien. Él no dejaba las cosas - la mayor parte de ellas - a medias. Y, por ahora, conquistar a Aris era el número uno en su lista.
Después de buscar por una hora entera, encontró una parituras que estaban decentemente parecidas a las de la canción. Él bien podría copiar las partituras escuchando la canción pero... Ciertamente era un flojo de primera.
Después de ensayar con su guitarra por un buen par de horas, los dedos ya le dolían y estaban demasiado rojos para su gusto. Eso sólo le había pasado cuando había comenzado con sus lecciones de guitarra.
Vio la hermosa noche desde su ventana, la luna se veía tan triste, un sentimiento de melancolía se instaló en su corazón, no le gustaba cómo se sentía. Cuando se sentía así le daban ganas de ir a ver a Aris pero, a pesar de que bien podría colarse en su loft sin que nadie se diera cuenta, sabía lo paranoico que Aris podría ponerse al descubrir que Kyle se había metido en su loft violando la "seguridad" de, ¿James? Bueno, - según Kyle - el idiota, mediocre, posesivo, asalta cunas - Kyle no se quedaba tan atrás con sus 356 años vampíricos -, celoso y manipulador, vigilante del complejo de lofts donde vivía Aris.
Kyle regresó su vista a las partituras y decidió dejarse dormir un poco, al día siguiente tendría una nueva oportunidad de enmendar las cosas que hizo con Aris. Sólo esperaba que el chico pudiera perdonarlo por lo que había hecho.
ARIS
De una u otra forma sabía que se había perdido de algo el día que se quedó dormido en la azotea porque Charlotte había comenzado a actuar de forma extraña, más sobreprotectora, y más enojona de lo normal. Aris le había insistido a su amiga y hermana en que le contara qué diablos le pasaba pero siempre recibía la misma respuesta de ella:
- Son cosas de mujeres, Aris, así que no te metas.
Así que lo único que había atinado a pensar y procesar de forma seria y estricta fue que a Charlie le había llegado la "temporada de patos", o conejos, dependía de en qué mes estaban; a los pares les tocaba la de patos y a los impares la de conejos - así es cómo llamaban al período de Charlotte entre ellos- pero había algo que no concordaba con eso. Y eso era que Charlotte tenía una rutina esos días:
- En la mañana, despertar a Aris con mensajes de aviso de que era el día hasta que Aris estaba completamente despierto y en todos sus sentidos. Después lo molestaba diciendo que era un hijo de perra por tener más culo que ella - cosa que Aris negaba fervientemente-, y al legar a la escuela se metía con todo aquel que se atreviera a mirar de cualquier forma a Aris.
- Después, en la tarde, era llorar con películas como Titanic o La vida es Bella, sólo para no acabar muerto por los berrinches de la chica.
- Y, en la noche, la chica cenaba con él y Aris se encargaba de pedir un taxi y hacía que la llevaran a su casa, no sin antes haber pagado para que fueran directamente hacía allá.
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Enamorado de un vampiro
VampireAris es un chico tímido y antisocial en la escuela pero en su trabajo de medio tiempo se quita esa máscara y es toda una fiera en el tubo. ¿Qué pasaría si uno de sus compañeros de clase descubriera su secreto? ¿Se dejará arrastrar por el placer o...