Capitulo 2

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"Eras tu Dalton"

La voz de mi hermano sigue sonando en mi cabeza, cuando voy de camino a clases, aun no puedo sacar de mis pensamientos el sueño que Damien me contó hace una semana, incluso hace unos tres días sufrí otro ataque, donde mi cabeza casi explotaba de dolor, durante el cual vi imágenes de mi mismo sangrando y Damien acercándose a mi con un puñal, y con el mismo semblante que tenia la mujer la noche que mato a mi padre. Espero que esto no sea algo de lo que deba preocuparme.

La mejor noticia de todas, es que mi cabeza seguía en silencio, por ahora.

- ¡Dalton amigo! - Una voz conocida me saca de mis pensamientos.

Jay, mi mejor amigo,desde hace unos tres años, se acerca con una gran sonrisa en el rostro - ¿Que pasa no recuerdas al guapísimo de Jay? ¿Tu mejor amigo? - Añade y se señala el rostro con ambos pulgares.

No ha cambiado nada, es el mismo tipo musculoso, alto y con un sentido del humor siempre a tope.

¡Ah! Y pues también está su sentido de la moda, no entiendo cómo se puede ver tan bien con unas pocas prendas de ropa, vaqueros negros medio desgastados, una sudadera del mismo color, un par de botas gruesas y sin amarrar, y como único toque de color, su pasamontañas rojo de siempre.

Me pregunto si será el mismo de siempre o lo renueva cada año. Río por lo bajo.

Analizándolo bien, no comprendo como se mezclan el buen animo con su figura de matón. Es como si te encuentras a alguien muy intimidante, te le acercas con recelo y de repente te suelta una como "A que soy guapo eh?" Y solo te toca reír. Si, así se resumen mis días en la universidad.

Como sabrás, me acecha un pasado oscuro, el cual, podría o no, mezclarse conmigo directamente, es por esto que casi nunca me ven en la escuela con otras personas aparte de Jay. Siempre trate de no mezclarme con muchas personas o nadie. De no generar sentimientos hacia nadie, aparte de mi hermano y, bueno... De mi mejor amigo, aunque me cueste aceptarlo. Pues no quiero, que si algún día mi problema se transforma en algo como lo de mama, empezar a asesinar a los seres que mas quiero.

- Como olvidarte amigo - Digo con algo de sarcasmo, sonriendo.

- Oye, puedo notarlo, ahí mismo, el sarcasmo - Me dedica una sonrisa muy amplia - No seas idiota, ven y dame un abrazo ¡Hermano!

Y pues aquí lo tienen, esta es la razón que me mantuvo cerca de Jay y de no poder evitar convertirme en su amigo. Aunque yo no quisiera, él se juntaba conmigo en el tiempo de descanso o en la cafetería, se sentaba a comer en la misma mesa que yo, ignoraba todas mis excusas, y simplemente partía por la mitad su desayuno, lo colocaba en mi bandeja y hacía lo mismo con el mío propio.

Bueno qué tonterías digo, aún lo hace el muy idiota. Siempre desayuno dos mitades distintas, si lo conocieras entenderías por qué no puedo negarme al entusiasmo que siempre lo invade, o a la alegría que siempre irradia.

- Venga - Acepto a regañadientes y extiendo bien mis brazos, pues créeme, diferimos un poco en estatura, pero eso no importa en este momento.

- Vamos a clase - Dice Jay en un tono muy entusiasta, luego de soltarme del abrazo que me dejo sin respiración.

¿Es que este chico aún sigue aumentando su fuerza? No lo creí posible.

Mi lista de seres queridos, o más bien familia, estaba ocupada ahora por dos personas, espero no se reduzcan.

Ni que aumenten.

A mitad de la clase de historia, el señor Fields, sigue hablando de tantas fechas, batallas y descubrimientos sin sentido, al menos para mi lo son, así que trato de llamar la atención de Jay pero parece muy concentrado en la clase como para escucharme.

Mi Yo AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora