Prólogo

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- NOOO! - Gritaba mi madre fuera de sí, lloraba a cántaros - ¿Como me hicieron matarlo? ¿Cómo lo lograron? - Preguntaba a la nada, con las manos a ambos lados de la cabeza.

Su sudadera blanca estaba manchada de sangre en varias partes, al igual que sus manos, supongo que los vecinos escucharon los gritos de dolor de mi padre, pues ella lo apuñaló múltiples veces en el estómago, así que llamaron a la policía.

- ¡Dalton! - Me gritó, su rostro se contorsionaba en muecas imposibles y reía por lo bajo, una risa socarrona, como si disfrutase en parte lo que acababa de hacer.

Así que yo solo me dedique a llorar, aferrado a la camiseta, ahora roja de papá, me llene de sangre pero no me importó, necesitaba asegurarme de su estado.

Si, se que puede sonar asqueroso o macabro, pero no puedes esperar otra cosa de un niño cuyo héroe y mejor amigo habia sido apuñalado a muerte, frente a sus ojos.

Nada menos que por su misma madre.

- ¿Papá? - Le susurre al oído, y no hubo respuesta, solo se quedo ahi, mirándome pero sin verme.

- ¡Escúchame! - Grité desesperado, mientras mi rostro se contraía y las lágrimas caían una seguida de la otra - ¡Responde! - Solo una mirada vacía y opaca fue su respuesta.

Mi papá jamás tenía la mirada apagada, siempre rebosaba de brillo, como que algo lo mantuviera de buen humor en todo momento, por eso el shock de su muerte fué tan devastador, en una fracción de segundo puedes ver cómo la vida abandona el rostro de una persona.

La alfombra de nuestra sala estaba inundada de sangre, lo que se apreciaba de ella eran unas rosas blancas bañadas de rojo, era la escena de terror perfecta si me lo preguntas, pero bueno de eso sabrás más adelante.

- ¡PAPÁ! - No conseguía nada con gritarle, el no me iba a escuchar, sus ojos estaban abiertos, su boca formando el último grito de dolor - Te amo papá! - Susurré para que le tocara el alma - Espero que tengas un lugar espléndido para ti allá arriba, adiós colega!

Si te soy sincero, esto último salió de mi más como un pensamiento muy poderoso, algo que sientes que gritas con tu mente, pero de tu boca jamás saldría algo así en un momento como ese.

Y mucho menos a esa edad.

Mientras tanto mi madre seguía gritando y los policías, que nunca noté llegar, la arrastraban al exterior. Ella se sujetaba a todo lo que se encontraba en su camino, hasta que los enfermeros del manicomio se acercaron lentamente a la escena y le inyectaron un sedante en el cuello.

- Solo...asegúrate- Me dijo, con los dientes muy apretados y los ojos inyectados en sangre - De que no lleguen a ti.

El sedante comenzó a hacer efecto poco a poco y su mandíbula se relajó, así que ya no apretaba los dientes, su mirada pasó de mi hasta quedar hacia abajo completamente.

Yo estaba escondido detrás del mueble favorito de la familia, con la pared detrás de mi, me abracé y juré para mis adentros que no vería más nunca a aquella mujer, se me había borrado del pensamiento y del corazón la imagen de una madre, pero en cambio la de mi papa, mi héroe y mejor amigo estaba intacta, tal y como lo recordaba.

El peor momento, fue cuando querían llevarse el cuerpo de  papa. Me quede a salvo detrás del sillón y vi como lo arrastraban fuera de la casa, dejando un grueso trazo de sangre en la alfombra, y con el se llevaban un pedazo muy importante y fuerte de mi.

Mí infancia.

Los agentes de la policía no notaron mi presencia, cerraron la casa y me dejaron solo, con el rastro de sangre del cadáver de mi papá, y un silencio tan ensordecedor que no podía soportarlo más, así que me dediqué a pensar, a ahogar mis penas en llanto, y por primera vez en la vida a extrañarlo. Mi mente por un momento me dijo que me quedara hasta las 6 pm, pero yo sabía que no llegaría del trabajo, que no lo tendría para abrazarlo cuando llegara.

Abrí la puerta y salí corriendo de la casa, siempre asegurándome de que nadie estaba alrededor, y huí, corriendo hacia la nada, con el miedo irracional a que mamá pudiera estar detrás de mi para matarme. No miento cuando digo que me sentía perdido en mi propio pueblo, tenia los sentidos nublados. De pronto...

"Corre de vuelta" Dijo una voz en mi cabeza, "¡Encuentrala y matala! No te pasará nada" tal vez a eso se refería mamá cuando me advirtió, así que volví a casa, esperando entrar por la puerta delantera y encontrarla, pues alguien me había ordenado matarla, y tenia que hacerlo, aun no recuerdo por que.


Hola amigxs, espero hayan disfrutado el prólogo de esta obra, si así fue deja un comentario con una palabra que describa lo que vivió Dalton 🤘🏻💀

Y si puedo contar con tu voto, estaré eternamente agradecido ✌🏻✨

Mi Yo AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora