Una pesadilla más.

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Una pesadilla más.

-Jenette, cariño ya me voy.

-No mamá no te vallas- Lloro, pero ella no me presta atención.

-Cariño, te cuidara Richard-Al escuchar su nombre me estremezco y rompo en llanto, esperando a que mamá se quede con migo.

-Ven cariño-Dice Richard acercándose a mí para cargarme, con esa sonrisa que tanto miedo le tenía.

-¡NO!¡NO!¡¡MAMÁ!!

-Nena no te preocupes, jugaremos solo tú y yo.-Y precisamente a eso le tenía miedo, a quedarme a solas con él.

-Eso es verdad.-Dijo mi madre-Nos veremos luego, diviértete cielo.-Cuando mamá salió de casa Richard habló.

-Bien Jenette, ya estamos solos. Así que...-Me mira con una sonrisa tan grande como el gato de Cheshire.

-No-Susurro-Por favor no-Me coge de la cintura alzándome para llevarme a su habitación, cuando ya estamos adentro empieza con lo que el llama divertirse, aunque para mí no tenía ni pizca de diversión

Empieza a quitarme la ropa ignorando mi llanto desgarrador.

-Shh, calla o alguien puede oírnos-Empezó a tocarme por mucho tiempo, por mis piernas, brazos e intimidades.

Estaba desprotegida, sin nadie a quien acudir y con un padrastro que solo abusaba de mí.

Cuando ya queda satisfecho con su "trabajo" me suelta para que pueda irme, aunque sé que si no lo hago rápido volverá a aprovecharse de mí.

Me pongo mi vestido lo más rápido que soy capaz y echo a correr descalza.

-Cariño-Dice con voz juguetona-Vuelve aquí, si nos la estábamos pasando de maravilla.

¡NO!-Volví a gritar-¡Auxilio!- Aunque mi voz sonaba apagada tenía la esperanza de que mamá regresará o alguien me escuchara.

-No te atrevas a decirle nada a tu madre mocosa- salí de mi casa escuchando sus advertencias, pero me detuve cuando vi a un niño parado al lado de mi casa, tenía hermosos ojos color miel que me hipnotizaron por unos segundos, hasta que me acorde del porque huía de casa, corrí con todas mis fuerzas, o lo que quedaban de ellas, corrí hasta llegar a un parque. Fue ahí cuando pude descansar, me sentía protegida, en paz, aunque fueran como las 10:30 pm y estuviera sola.

Mis parpados empezaron a cerrarse, y no recuerdo más, hasta la mañana siguiente que desperté en cama...

Me despierto en mi habitación, estoy sudando y son las 03:22 a.m.

-Otra vez la maldita pesadilla- Susurro para mí misma, ya han pasado siete años desde que Richard fue llevado a la prisión acusado de violación. En ese entonces solo tenía 14 años, mi mayor preocupación se había ido, pero no regreso mi felicidad, me costó mucho trabajo volver a sonreír, para ese entonces yo ya consumía drogas, al principio solo era tabaco, pero en mi soledad empecé a experimentar más y luego empecé con hiervas e incluso cuando no tenía dinero yo compraba gasolina o la robaba de talleres mecánicos.

Años des pues mi madre volvió a casarse con Fernando, que a diferencia de Richard, Él si era un buen padre, el cual me protegió como si fuese si hija. Él tenía una hija, su nombre era Vanessa, ella se convirtió en una gran hermana, y a decir verdad todos me estaba apoyando para salir adelante y poder olvidar el suceso con Richard.

Éramos felices, pero a nuestra casa llego otra luz. Laura, la hija de mi mamá y Fernando.

Todos éramos felices, pero como esta nunca dura para siempre, yo seguí con más drogas como la ketamina y DMT... bueno, y para poder pagar todo comencé a ir a carreras, soy muy buena en eso. Bueno, logre saldar casi la mitad de la deuda, pero solo en carreras no podría pagar todo, así que empecé con las peleas, tenía buen estado físico, ya que los últimos años e incluso antes de que Richard fuera a prisión, yo hice defensa personal, boxeo, y la mayor parte del tiempo estaba en eso, estuve un tiempo en New York, hasta que reuní todo el dinero necesario para pagar mi deuda.

Con mis demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora