Capítulo 14

27 2 0
                                    


Miré el reloj para ver qué hora era, las 8 am. Era realmente temprano, normalmente no suelo despertarme hasta las 10 am, pero esto es lo que tendré que aguntar hasta que consiga un piso para mí.

Abro mi maleta para buscar algo que ponerme, no sé para que se inventó tanta ropa.

Cojo un leggins negro, una camisa blanca, unos tenis del mismo color y me hago una coleta alta.

Busco mi móvil antes de bajar, según Alex, me iba a mandar un mensaje cuando se levantara, asi que mejor tenerlo a mano, no vaya a ser que se ponga a llamarme como un loco porque no le contesté.

*WHATSAPP*

+Alex: 8:45. ¿Ya está despierta mi pequeña princesa?

+Yo: 8:47. Por desgracia si, creo que los hecho mucho de menos.

+Alex: 8:55. ¿Cómo que crees? Claro que nos hechas de menos, obvio que me echas de menos.

+Yo: 9:02. Ja, lo que echo de menos es mi desayuno en la cama, solo eso. ;P

+Alex: 9:06. Tan graciosa como siempre, ¿verdad?

+Alex: 9:08. Ahora en serio.

+Alex: 9:10. ¿Qué tal te va tu primer dia? ¿Te han tratado como te mereces?

+Alex: 9:10. Mira que si no, voy y los pongo a todos en su sitio.

+Yo: 9:13. Tranquilo, estoy perfecta. Gracias por preocuparte.

+Yo: 9:15. ¿Qué tal todo por ahí?

+Alex: 9:19. Como siempre, nada va a cambiar aunque te vayas, y eso lo sabes.

+Yo: 9:23. Ya lo sé, pero tenía la necesidad de preguntártelo.

+Alex: 9:30. Bueno, me tengo que ir, hay que seguir haciendo recados. Te quiero y nunca olvides que son solo 3 horas de viaje.

+Yo: 9:33. Adiós, jajaja. Yo también te quiero y no me he olvidado.

No podía dejar de sonreír, Alex siempre hacía que empezara el día feliz, creo que por eso es mi mejor amigo.

-¡Estef, baja a desayunar! ¡¿O quieres que tus creeps con chocolate se enfríen?!. -me llamó Dylan.

Espera, oí bien lo que acaba de decir.

-¡Que nadie se coma mis creeps!. -dije mientras bajaba corriendo por las escaleras.

-En esta casa no se corre jovencita. -dijo un chico sentado en la mesa de la cocina.

Era rubio, ojos verdes, alto y musculoso, no se veía mal, pero no me va a caer muy bien si sigue dando lecciones.

-¿Acaso tú eres...?. -pregunté indiferente.

-Pues alguien mayor que tú, por lo que veo. -contestó mirandome de arriba a abajo.

-Saca una foto que te dura más.

-Esteffanie deja de molestar a nuestro compañero de piso. -dijo Dylan riñendome, cómo se atreve.

Le lancé una mirada asesina, a la vez que le arrebataba el plato con creeps.

-Si comes eso vas a volverte gorda. -dijo el rubito.

-Ojalá se pusiera gorda, pero tú no sabes la porquería que mete en ese diminuto cuerpo y sigue en forma. -dijo Scott entrando por la puerta.

-Ahora qué están los dos aquí, quería preguntarles una cosa muy importante. -dije mientras me comía otro trozo, creo que esa sería mi comida cuando vaya al cielo o al infierno, eso ya se vera cuando me muera.

-¿Que pasó bebé?. -dijo Scott concentrado bebiendo leche del cartón, uhjj.

-¿Habéis pensado en qué academia de baile me vais a meter? ¿Y con qué discográfica voy a firmar?. -dije mirándolos intensamente, Scott se atragantó y empezó a toser cómo si lo hubiera poseído el demonio.

-¿Acaso cantas, eh enana?. -dijo el rubio.

-Nooo, si te parece rubito, estoy diciendo esto porque me aburro nada más. -dije sarcástica.

-Primero, no soy rubito, soy Miguel y segundo no hace falta que te pongas sarcástica, eres nueva y no se nada de tu vida, ¿entendido enana?.

-Sí, pero no soy enana, soy Esteffanie y si según tú no sabes nada de mi vida, no juzgues, ¿entendido Miguel?.

Miguel se quedó callado y se fue al salón a ver la tele, nadie se mete conmigo sin salir ileso.

-Estef, creo que deberíamos decirte algo. -dijo Dylan.

-Suéltalo. -contesté ya cansada de que me ocultaran todo.

-No hemos mirado ninguna academia o discográfica para ti -dijo esta vez Scott.

-Bueno, no pasa nada, ahora por la mañana no tengo nada que hacer, así que buscaré alguna por mi cuenta.

-¿Estás segura? Podemos ayudarte.

-Claro que me vais a ayudar, ¿quién creíais que va a pagar las dos cosas? Porque yo te aseguro que no. -dije saliendo de la cocina con una sonrisa triunfante en la cara, acaba de salirme genial el plan.

*2 horas y media mas tarde*

-No puedo más, estoy cansada de buscar.

-¿Pero si no has salido de casa?. -dijo Miguel.

-¿Que crees que he estado haciendo delante del portátil tanto tiempo?. -pregunté.

-No sé, ¿hablar con tu novio?.

- Já, pues si lo encuentras dale saludos míos.

-¿Acaso alguien cómo tú no tiene novio?.

-¿Alguien cómo yo? ¿Acaso yo necesito un novio para tener una vida? Bueno, en realidad...

-¿Él te dejó, verdad?.

-¿Qué?.

-¿Qué si fue él quién corto contigo? Por que sí es así, no pasa nada por admitirlo.

-Qué va, tuvimos que romper porque yo me venía a vivir a Los Ángeles y no quiero depender de alguien que no está conmigo, al menos unas veces a la semana, osea, tener una relación a distancia. Y también, no me importaba romper, estaba con el por puro compromiso de mi madre.

-¿Tu madre te obligaba a salir con él?.

La sonrisa de mi cara se fue borrando poco a poco hasta que solo quedo una mueca. -Exacto. -dije en bajito.

Él entendió que yo no quería hablar del tema así que me preguntó. -¿Quieres que te ayude a encontrar una academia y una discográfica?.

-Si no es molestia. -le dije sonriendo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 11, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

The Secret Of PrincessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora