Cap 1

34 0 0
                                        

Sintió un frío por su pie derecho, tanteó la cama en busca de la manta pero no la encontró. Se levantó, todavía adormilada, ya no cogería el sueño. Miró su reloj, eran las diez y media, una buena hora para levantarse, era verano así que no tenía que preocuparse por el trabajo. Se puso las zapatillas y una chaqueta de lana, porque aunque ya fuese julio las mañanas eran frescas. Entró en la cocina y se preparó un café bien caliente, como siempre.
Miró su móvil, un mensaje de Hank, su marido: 

'Cariño, he salido temprano para hacer la compra, llegaré sobre la hora de comer,un poco antes, cuando te levantes mira a ver que necesitas que compre y me lo mandas.Besos'.

 Claire se acercó a la despensa y fue enviándole los mensajes.

Cuando acabó, salió fuera de casa, para ver si ya le había llegado el paquete. Dentro de casi dos semanas era el aniversario con Hank, 25 años juntos, se dice pronto. Se casaron muy jóvenes, ella tenía 21 y el 23. Así que Claire pidió por Internet uno de esos álbumes personalizados, con las fotos más bonitas que tenían juntos. Ya lo pidió hace una semana y todavía no llegó. Lo único que esperaba es que cuando llegase no estuviera Hank en casa, le pediría explicaciones, y ella con las escusas no es muy buena.

Entró en casa, y se sentó en el sofá.Echó una mirada a la foto de Alex, en el mueble que tenía enfrente. Alex era su hijo. Se fue de casa con dieciséis años, fue muy repentino, una mañana cualquiera desapareció, dejando únicamente una nota diciendo que lo mejor era que el se fuese. Al día siguiente llamó desde la casa de la hermana de Hank, en otro estado, y les dijo que viviría allí. Intentaron hacerle cambiar de opinión, pero no pudieron, habló con Hank pero no sirvió de nada, y a su madre ni siquiera le quiso dirigir la palabra. Pasaron los años, y todo seguía igual. Alex llamaba a Hank en navidad y en su cumpleaños, y mantenían una conversación de apenas diez minutos. A Claire ni siquiera eso, lo raro es que ella tampoco intentaba nada con el, para ella no existía, según los psicólogos, fue una experiencia traumática y su cerebro reaccionó así. Ellos les enviaba un regalo en navidad y otro el día de su cumpleaños. Cuando murió su abuela, por parte de madre, no vino al entierro. Las ultimas noticias que tuvieron de el fueron, hace años, que después de haber estudiado medicina, se especializó en enfermedades mentales en una prestigiosa clínica. 

También había una foto de ella y Hank en una bonita puesta de sol en Jamaica, cuando fueron de luna de miel. El era todo lo que tenía. Su matrimonio estaba realmente unido desde el primer día.
Miró a su derecha, al espejo que compraron en unas rebajas hace unos años. Que pelos tenía, ahora mismo iría a plancharse esos mechones rubios, teñidos desde hace unos años. Aunque primero se daría una buena ducha caliente.

Se empezó a enjabonar el pelo, y escuchó la puerta de la entrada abrirse.
- ¡Buenos días! Ya estoy en casa - gritó Hank

- ¡Buenos días cariño!, ¿Vas haciendo la comida? -dijo Claire desde la ducha

- Vale! Hoy toca pasta! - casualmente siempre que cocinaba el, tocaba pasta, como no.

Se puso la ropa y bajó las escaleras, caminaba arrastrando las zapatillas contra el suelo, llegó al salón, y se quedó paralizada al ver a Hank . Mientras el, sin levantar la vista hacia ella, seguía hablando.

- ¿dormiste mejor esta noche? Si estos vecinos nos siguen molestando tendremos que hablar con ellos...¿no te parece? Si no son sus gritos, es el perro, y sino una fiesta...

Al ver que no le respondía, alzó la vista.

- ¿que te pasa? Si me respondieses cuando te hablo sería mejor.

- ¿quien eres tú? ¿Que haces con la ropa de mi marido? - Claire estaba muy nerviosa, y los nervios no le dejaban actuar con claridad, estaba impactada, ¿que hacia ese hombre, idéntico a su marido, en su casa? El no era su marido, estaba segura. Se sentía extraña e insegura.

- ¿que estas diciendo? ¿Como que no soy tu marido? - Hank seguía cocinando.

- ¿Cómo has entrado a mi casa?Mi marido está apunto de llegar y ...

- Hay, no tiene gracia, venga ayúdame con esto por favor. 

- ¡Márchate!¡Tu no eres mi marido! -Gritó Claire. Estaba muy asustada.

 - Si no fuese así, ¿como es que tengo su ropa puesta?

- no lo sé, dímelo tu, ¡He dicho que te marches! - se estaba estresando.

- ¡Claire que dices! Si es una broma no tiene ni una pizca de gracia - Hank no sabía lo que estaba pasando, ¿que le había ocurrido a su mujer?

- ¡Llamaré a la policía!

- Cariño tranquilízate por favor - intentó acercarse a su mujer, pero ella se apartó rápidamente.
¿Que le estaba pasando? Hank sabía que la madre de Claire tuvo alzheimer ¿acaso su mujer tenía alzheimer? Sería muy raro, todavía era joven para eso. Pero tendría que salir de dudas.

Su mujer estaba realmente nerviosa, así que prefirió hacerle caso y salir de su casa. ¿Y ahora que hacía? ¿Llamaba a una ambulancia? No, no era necesario, no había ni heridos ni nada. Tendría que ir el mismo al hospital y pedir ayuda. No le hacía mucha gracia dejar a su mujer sola, pero no tardaría mucho.

En menos de una hora ya llegaba a su casa, acompañado de un psicólogo del hospital, junto con una enfermera, por si acaso. Hank no se supo explicar muy bien allí, ya que ni el mismo sabía lo que estaba pasando.

Se bajaron del coche y entraron a casa.

- ¿Claire?Soy yo, Hank, ¿Dónde estás?

- ¡Cariño! Menos mal que has vuelto, ha entrado un...- Y en cuanto Claire le vio -  ¿Que?¿Que haces tu aquí otra vez?He dicho que...

- Es usted Claire ¿verdad?, soy Philiph, encantado,vengo del hospital ¿cual es su problema?

- A bien, mire, este señor de aquí- dijo señalando a Hank- ha entrado a mi casa hace unas horas, haciéndose pasar por mi marido. Además el no tardará en llegar, me dijo que estaría aquí antes de comer.

- Entiendo, y ¿porque no le llama?

- Esta bien - sacó su móvil del bolsillo de la chaqueta y marcó el numero de teléfono, lógicamente, empezó a sonar una melodía en el pantalón de Hank.

- ¿Qué?¿Que haces con el móvil de mi marido? Mire - ahora dirigiéndose a Philiph - quiero denunciar a este hombre, ¡nos ha robado!

- Tranquilícese por favor, escuche, me gustaría que se viniese conmigo al hospital

- ¿Al hospital?¿Para que? Mire yo lo que necesito es que este señor se vaya de mi casa, no necesito ningún hospital, solo eso. Además mi marido está a punto de llegar. No puedo marcharme así sin más. - Claire se sentía muy perdida, ¿Y si acompañaba a Philiph al hospital? Se sentiría mucho mas segura.

- No pasará nada, porfavor, solo quiero... hacerle unas pequeñas pruebas.

- ¿Pruebas?¿ Usted me ha escuchado? El único problema es este señor, ¿porque sigue aquí? - que confuso era todo.

- Es solo...para descartar algunas cosas, no le resultarán molestas.

Claire se lo estaba pensando, por un lado no quería quedarse sola en su casa, el hombre idéntico a su marido podía entrar y salir de allí sin ningún problema, estaba muy confusa, y quizás ir al hospital sería la mejor opción. Pero también pensaba en su marido, ya estaba pensando que a lo mejor le había pasado algo...Se sentía realmente mal, y muy muy confusa. No podía pensar con claridad. ¡Nada encajaba!

- Bueno...está bien, le acompañaré al hospital, espere aquí, iré a cambiarme.

- Perfecto, esperamos aquí.






Pequeña posibilidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora