Dope. Yoonmin & Lemon

By Suga.

¿Qué significa esto? ¿De donde saco que yo y el pelinegro íbamos a tener un problema? ¿Un problema de qué? ¿Amoroso?

Lo mire buscando alguna respuesta, alguna ayuda para entender de qué habla el rapero o que idea tiene ahora en su cabeza. Seguía sin entender cuál era el punto de Suga. .

- No entiendo – murmure, suspiró ante mi ignorancia – no sé de qué hablas.

- Vamos, Jimin, no soy estúpido. Sé que aún sientes cosas por él.

- ¿Por Kookie? – murmure asustado al decir el susodicho.

- ¡¿De quién más?! – levanto la voz exasperado.

Agarre sus brazos y lo tire hacia mí quedando cara a cara.

- No sé de donde sacaste la idea que yo aún siento algo por él.

- ¿No te parece poco como te sonrojabas mientras él te decía cosas al oído?

Abrí la boca para negarlo rotundamente. Yo nunca he hecho eso, es más, nuestros acercamientos disminuían cada vez más. Sin embargo, al hacer memoria recordé ese momento.

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- Ves – apunto- el silencio otorga –dijo girando su cabeza y mirando hacia arriba, una de las manía que tiene cuando busca algo de paciencia en él.

- Habló de ti.

- ¿Qué?

Con mi mano derecha toque suavemente su fría y pálida mejilla, girando su rostro hacia mí.

- Habló de ti, por eso me sonroje – murmure alzando las cejas, esperando que me creyera.

- ¿De mí?

Le sonreí y asentí. La tranquilidad inundo mi cuerpo al saber el problema que torturaba al peliblanco, y creo que a él también.

Sus hombros cayeron y su respiración se tornó más pausada.

- Ahora que sabe lo de nosotros, – dije refiriéndome al pelinegro- dice tu nombre para que yo me ponga nervioso y me sonroje...

No obtuve respuesta de su parte, parecía estar procesando cada palabra.

Lo mire esperanzado a que este respondiera de buena forma ante mi explicación y que finalmente me creyera.

Los segundos pasaron como minutos eternos.

Sin decir ni una palabra, sus brazos me rodearon y sentí su suave calor. Me encantaría estar siempre así con él. Su pálido cuerpo arropándome.

"Lo siento, Suga, no aguanto ni un minuto más", pensé.

Busque sus labios, uniéndolos con desesperación. Ya llevaba mucho tiempo sin su suave y húmedo contacto.

Con una fuerza desconocida me subió al lavamanos haciendo que me sentara en este.

- Están esperándonos afuera – susurre entrecortadamente sobre sus labios.

- Sí, y es por eso que no meterás ruido – me ordenó mientras sacó con rapidez mi corbata negra y desabotonó la camisa.

- Entendido, capitán.

Con una sonrisa triunfal me sacó el cinturón. Por mi parte me encargue de bajar su pantalón.

Ambos estábamos impacientes, necesitábamos con urgencia la unión de nuestros cuerpos.

Un sonido metálico aviso que su pantalón estaba al suelo y le sonreí coqueto mientras me mordía los labios. Oh sí, lo estaba deseando con muchas ganas.