Capitulo 5: Roseados días.

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Desperté en una habitación que sin ninguna duda no era la mía. La cama era rosa, las paredes, peluches, muebles... ¡Todo era rosa...! Amo el rosa pero esto es obsesión por la dueña de este cuarto.

-¿Hola?- grité.

Un chico salió del balcón y se acercó a mí. Era alto, tenía el pelo marrón clarito y ojos marrones café.

-Buen día- sonrió

-¿Nada más que decir?

-Te has pegado un golpe con el armario y tu novio te ha dejado en la habitación de su hermana, nuestra hermana.

-Otra vez. No es mi novio. ¡Le acabo de conocer hoy!

-Yo no te veía tan zorra... ¿Ser novia de alguien que conoces de hace unas horas?

-¿Tu eres imbecil?

Me levanté dispuesta a irme de esa casa. Cuando una chica de ¿15 años? Entra por la puerta envuelta de una toalla en su cuerpo y otra en la cabeza.

-¿Estas mejor? Ian está abajo.

-Si... Vale.

Pasé unos pasillos y llegue a las escaleras, las bajé y me fui directa a la ¿cocina? Si, la cocina, donde estaba Ian comiendo algo. No me pregunten el qué.

-¿Estas bien?- asentí- preparate, llegamos tarde.

-¿Tarde a que? Mi madre debe estar preocupada, no se que horas son pero seguro que es ya de noche.

-¿De noche? Son las 7:30 de la mañana, creó que ni diferencias el amanecer del anochecer...

-¿He dormido aquí? Tengo que llamar a mi madre...

-Ya le llamé, bueno, te llamó y le respondí y se lo pase a mi madre.

-Gracias...

-¿Quieres?- dijo ofreciendo un bol de cereales. Negué- ¿Que quieres?

-¿Tienes una manzana?

-Las chicas y la dieta...- dijo extendiendo la mano con la cual cojia la manzana para dármela.

-Llevo comiendo fruta toda mi vida. No me conoces, así que callate.

-Ya te dije que llevas conmigo en el mismo curso desde infantil. - dijo comienzo unas llaves

-Lo que sea. ¿Me puedes llevar?

-No, te dejo aqui con mi hermana si quieres.

-Vamos.

Nos subimos en el coche y tras 10 minutos de viaje ya estábamos en el instituto. Iba mirando mi móvil todo el rato.

-¡Vamos! Se hace tarde.- dijo Ian quitándome la vista del telefono y abriendo la puerta del copiloto.

Salí del coche y cojí mis cosas de la parte de atrás, me dispuse a buscar a alguno de mis amigos pero ni rastro así que fui caminando a la entrada. Cuando notó una mano agarrándome por el hombro.

-Hola preciosa, mira no te lo voy a decir otra vez. No te acerques a Ian.- una fresita plástica me estaba gritando en medio de todo el patio. Bien, Ashley, bien.

-Sólo era un trabajo. Y no te lo tomes a pecho, que lo tienes operado y el plástico no piensa.- le sonreír y seguí mi camino

-Jennifer, ¿Que haces?- Ian llegó detrás de mí, regañandola. Después de esas palabras la barbie se fué.- Lo siento por eso- Ian miró a alguien que estaba atrás mío y guiño un ojo.

-Luego te veo- le dije antes de girarme y saber que Melany está ahí.

-Tranquila. Sólo era un trabajo y bueno, me di un golpe y no me desperté hasta ahora. ¿Por que todo el mundo piensa que tengo algo con el?

-El nunca lleva a las chicas al instituto por la mañana. Y bueno, ya sabes como son...

-¿Es mujeriego?

-No lo se. Por algo te mandé a ti eso ¿no?

-Si, es verdad.

Me dirijí a clase de Artes que compartía con Ryan y Emm. Entré y divisé un sitio al lado de Emm. Mientras que me dirijía al sitio no ocupado había varias personas chismorreando. "¿Esta saliendo con Ian?" "Nadie les había visto antes juntos" "¿No es la exnovia de Jack?" "Vaya zorra". Este último me hizo gracia. ¿Zorra? ¿Yo? Claro y también saco matrículas eh. Claro, si.

Las clases pasaron lentas y cada una más aburrida que la anterior. Sólo falta una clase ¿Adivinad cual? ¡Biologia! ¡Si! A esponer un trabajo para toda la clase ¡Que ilusión, por favor! Que se note la ironía.

Entré a la sala y me senté al lado de Daniel. Estube un rato hablando con el sobre cosas sin importancia cuando una voz me resalta por detrás.

-Ahsley... Tenemos que entregarle el trabajo al profesor.- Ian sacó un USB de su bolsillo, enseñandolo.

-Pero si yo me di el golpe y nos faltaban cosas.- arrugo la nariz extrañada.

-Lo acabé yo. Me debes un favor.

-Dos

-¿Dos?

-Lo del trabajo y todavía no me dijiste lo de la apuesta...

-Ah sí. Ya se que quiero.

-Dí.

-Pero lo tienes que hacer.

-Que sí.

[Daniel en multimedia.]

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