Valentía

90 7 2
                                    

... esa palabra daba vueltas en la cabeza de Italia mientras bajaba del coche y entraba en la pequeña capilla.

-¡Italia!- grito una señora de mediana edad.

-Señora franco- saludo Italia reconociéndola de inmediato.

-oh vamos querida, siempre eh sido Mimsy para ti y lo seguiré siendo- hizo un ademán con la mano mientras abrazaba a Italia- tu deberías ser quien se case con mi hijo este día- Mimsy tomo a Italia del rostro con ambas manos. - no debiste venir-

-lo sé, Mimsy, pero Arturo envió la invitación- dijo mientras dibujaba una sonrisa falta en su rostro- estoy aquí para apoyarlo.-

-apoyarlo a arruinar su vida- suspiro - patrañas, ven a sentarte junto a mí, para sufrir juntas durante la ceremonia-

-Qué cosas dice Mimsy-

-Soy vieja y puedo decir lo que se me venga en gana.- dijo mientras ambas tomaban asiento en la segunda fila del lado del novio.

Italia observó la capilla, era pequeña y muy pintoresca, además que la decoración por la ocasión le daba un hermoso toque. Recorriendo con sus ojos el lugar, lo vio.

Arturo, la vio.

Italia, lo vio.

Con una mirada viajaron justos entre recuerdos al tiempo que compartieron, a ese pasado donde se amaron.

Y sonrieron, con sincera felicidad al verse, pues no se puede odiar a quien una vez realmente se amó.

-vez lo que te digo - interrumpió Mimsy- el uno para el otro, si señor.-

-Mimsy! Están los familiares de la novia aquí -

-Para lo que me importa, son una bola de...-

-Mimsy!- grito entre dientes Italia

-Como sea, esto debería de haber iniciado hace 15 minutos- resoplo mirando su reloj.

Y pasaron 15 minutos, y otros 10 más, Italia no podía dejar de mirar a Arturo, y la incertidumbre que a cada minuto era más evidente en su rostro, Hasta que un desconocido fue hacia Arturo y le entregó una nota.

-Lo plantó- dijo Italia antes de que Arturo leyera la nota. -Maldita sea lo plantó- esta vez lo dijo viendo a Mimsy directamente a los ojos, mientras Arturo salía de la capilla por una puerta detrás del altar.

Ambas mujeres se pusieron de pie y lo siguieron, Italia a un paso más aprisa que Mimsy.

-Lo siento no puedo hacer esto- dijo Arturo en cuando Italia abrió la puerta.

Se encontraba en un salón de la capilla, donde seguramente se guardaba todo lo necesario para las ceremonias.

-lo siento no puedo hacer esto- volvió a decir Arturo, tendiéndole la nota a Italia, Mimsy llegó junto a ella y ambas leyeron, era un trozo de papel doblado en 4 partes, en el centro con tinta negra y una letra clara decía:

"Lo siento, no puedo hacer esto"

-¿Qué vas a hacer?- preguntó Mimsy tomando por los hombros a su hijo, pero este ni siquiera la miro.

-¿Qué necesitas que hagamos? - pregunto Italia.

-Hagan que todos se vallan-

-De eso me encargo yo, llevo queriendo hacer eso toda la mañana- Mimsy camino con pasó decidido y cerró la puerta tras ella.

-Debes creer que soy patético- dijo Arturo mientras se dejaba caer en un sillón del salón poniendo su rostro entre sus manos.

Italia se agachó frente a él, y puso las manos en sus brazos.

-¿Qué necesitas que haga yo por ti?-

Arturo quito las manos de su rostro, y ambos se miraron nuevamente a los ojos.

-¿huirías conmigo?-




Historia escrita por una Dislexica.

Para las personas sensibles a las faltas de ortografía, no soy ni ignorante, ni tonta SOY DISLEXICA.

Gracias por darle una oportunidad  a mi historia, actualizo todos los días.

Maybe this timeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora