Por puro amor.

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- de donde salió esa guitarra-

-Cállate y escucha- le dijo él desde la sala mientras ella lo observaba del balcón, con un moño alto mal hecho y un libro en las manos.

-No vayas a cantarme- dijo entre risas.

-Italia en una serenata se canta- contesto señalando la guitarra.

-no, no cantes - rió- se supone que irías por comida-

-si traje comida, pero también conseguí una guitarra- comenzó a tocarla.

-pero no cantes- interrumpió - cantas feo-

-¡oye! Cuando éramos novios te gustaba que te cantara-

-corrección- señalo- cuando éramos novios tenía que fingir que me gustaba-

-justo en el corazón - dramatizo poniendo una mano sobre el pecho- creo que se ha roto otra vez -

-la verdad duele - abrazo el libro - y apesta, ahora solo toca -

- quiero cantar- dijo con un tono de puchero

-vale, canta- apoyo sus manos sobre la madera- no me gustara de todas maneras-

-eres un encanto- dijo poniendo sus manos sobre la guitarra- ¿ya te lo habían dicho?-

- lo sé -suspiro- empieza antes de que me arrepienta-

Y él lo hizo, canto la canción de amor más cursi que pudiera existir. Italia solo lo escucho, con el libro cerrado sobre su pecho, usando las gafas como protectores para contener las lágrimas.

Existen personas transparentes, que muestran sus sentimientos sin tapujos, y sus gestos las delatan en más de una ocasión. Personas tan libres de ser ellos mismos que lloran con el simple hecho de escuchar una canción de amor desafinada. Italia era una de esas personas.

Las lágrimas rodaron una a una por sus mejillas. Pero por primera vez en mucho tiempo eran lágrimas de auténtica felicidad.

Porque así funcionan los sentimientos las lágrimas son demostrar la tristeza más profunda pero también para demostrar esa alegría tan grande que no cabe en el pecho.

-Italia...- Arturo termino de cantar y miro a la chica que trataba de esconder sus lágrimas- ven aquí-

Ella bajo las escaleras

Él la espero con los brazos abiertos.

Y se refugió en su pecho, mientras él la acunaba con los brazos.

-¿porque lloras?-

-realmente cantas feo- sonrió la castaña separándose de él- muy mal si me permites opinar-

-¿y por eso lloras? - sacudió el cabello de la castaña con una mano.

-no - se abrazó a si misma- casi creí que jamás nos habíamos separado mientras tu tocabas-

-estaríamos juntos si tú lo quisieras-

-estaríamos juntos si no me hubieras engañado- señalo la castaña, sin ningún rastro de reclamo en su voz - pero lo hiciste, así que, tienes que conquistarme de nuevo-

-pero ya me quieres- dijo quitándose la guitarra - porque tendría que conseguir algo que ya tengo-

La castaña soltó una carcajada y se dirigió a la cocina. Con Arturo siguiéndole los talones.

-¿qué trajiste para comer hoy?-

-pollo, pero no has contestado mi pregunta-

- Arturo, yo te quiero, si eso es correcto- decía esto mientras se acercaba despacio a él- pero no me tienes, no soy tuya, eso cariño es la gran diferencia entre querer y tener-

-Soy un hombre- paso una mano por su cabello tratando de verse seductor para ella- necesitare que me expliques, que significa eso-

-significa- poso la mano sobre el pecho de el- que tienes que ser extremadamente caballero- el poso su mano en la cintura de ella- tierno... - una mano más- paciente...- a esta altura los labios de ambos podían rosarse, Italia lo miraba fijamente, mientras que él iba de sus ojos a sus labios- para tenerme- dicho esto ella se alejó.

-Italia... - fue dicho como una súplica en suspiro - por favor-

-¿por favor? - rio mientras abría las bolsas de plástico buscando la comida

-¿sabes qué? estoy harto- dicho esto cruzo la cocina, tomo a Italia de la cintura con una mano y con la otra la atrajo hacia él, uniendo sus labios de una manera desesperada, como si respirará a través de ellos.

-Arturo yo...- pero no la dejo terminar, no le permitió pensar más, con ambas manos la levanto, haciendo que ella envolviera sus piernas alrededor de él.

-¡para para! - puso sus manos en el pecho de el para alejarlo- las cosas no pueden ir tan rápido-

-cómo yo lo veo, podemos pasarnos la vida siendo miserables, o podemos pasar nuestra vida siendo felices el uno con el otro- lo dijo entre susurros, manteniendo su rostro cerca de ella.

-tengo miedo- le susurro de vuelta- me aterra que las cosas se vallan al carajo y esta vez no pueda repararme a mí misma-

-yo también tengo miedo, pero todo lo que tenemos es esto- le dio un beso corto en los labios- el presente, en el que quiero estar contigo y solo contigo-

Ella lo beso.

En la beso.

Y como todos los momentos mágicos de la vida, no se permitieron pensar, solo sentir, mientras él la llevaba en brazos al sofá de la sala, sentir ese amor tan profundo que peleaba por ser demostrado mientras se fundían uno en el otro, por puro amor.







HISTORIA ESCRITA POR UNA DISLEXICA

Para las personas sensibles a las faltas de ortografías: no soy tonta ni ignorante soy Disléxica, y merezco la misma oportunidad que todos al escribir mis historias.

Se que no tengo perdon de Dios, pero cai en redes de un mostruo maligno llamado universidad, pero me e propuesto volver.

A los lectores fantasmas y no tan fantasmas, Gracias por darle una oportunidad a mi historia, les prometo que falta valdrá la pena  mi ausencia.

Nos estamos leyendo.



Maybe this timeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora