CAPITULO QUINCE

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Después de todo, mi hermana no quería que la cuidara...Pero mi instinto me decía que lo haga.

Era un sábado a la mañana, los pajaritos cantaban mutuamente y los árboles se tambaleaban con el aire y todo eso parecía ... Una melodía relajadora y estimulante.

El paisaje era asombrosa mente bello, y yo estaba aquí arriba de un árbol observándola a mi indescriptible y tranquila hermana mientras hacia una fogata a la luz del claro sol.Delia y sus inefables pensamientos...Por lo que se veía, ella quería entrar en la casa de papá sin su permiso, lo cual es allanamiento y yo no quería que le sucediera nada, pero no estaba en contra de su plan.

Me senté en el árbol y casi me caigo...Por suerte no ocurrió nada y Delia, mientras el fuego de su fogata se propagaba, arreglaba sus bolsos para entrar en la casa de su padre (por qué no quiero decir nuestro).

A las 16:30 horas Delia estaba atrás del patio de su estúpido papá. Era una casa pequeña y tenía una granja atrás lo cual no era normal para papá ...Él nunca le gusto esas cosas. Pero, quien sabe, el cambio mucho desde la última vez que lo vi. Tenía muchos árboles atrás, donde cualquiera se podía esconder y espiar si lo deseaba. Era fácil, para Delia lo era.

Estaba abierta una ventana de madera, lo cual hizo todo más fácil de lo pensado. Entonces, mi hermana se escabullo y entro lentamente adentro de la casa y todo porque alguien dejo la ventana abierta. Yo la seguí, sus mismos pasos, caminos y escuchaba sus pensamientos de angustia y desesperación.

Pensamientos de Delia:

-¿Qué haré si me ve? ¿Qué le diré? Creo que nunca me va querer después de esto...-Se peinaba la melena de su claro y castaño cabello lacio.

- Creo que si se lo que le voy a decir, todos esos años mintiéndome en la cara ,esas promesas falsas para su frágil e inocente hija...Ya vera lo inocente que soy-Delia era muy sarcástica las veces que podía.

-Por su culpa mamá está muerta, ella no se hubiera ido a ese viaje de avión a áfrica, si él no le hubiera buscado...Idiota.

-No puedo soportar ese dolor...Sin padre y ahora sin madre, creó que él no tiene ni siquiera corazón por sus propios hijos...Ya ni se, si soy capaz de llamarme su hija.

Oía esas palabras y empecé a saltar sin parar en el medio del cuarto de lavabo, creo que está mal escuchar sus pensamientos, por ahora...No lo haré más. Estábamos entrando en la sala de estar/ comedor, donde se podía claramente ver que su techo era de madera podrida y las baldosas de mármol del piso estaban rotas y sucias.

-Así terminaste-Pensé.

Papá estaba sentado viendo en la televisión, mientras su "esposa" la mujerzuela que trabajaba en la estación de servicio se estaba pintando las uñas...Creo que le importaba más como se veía que su hogar y marido...Creo que nunca le importo.Se pintaba con un esmalte rojo fuerte, y su cabello rubio estaba suelto y parecía pulido...Es decir, parecía tan limpio y suave ¿Cómo lo hacía?

Estaba escuchando la conversación, cuando de repente escuche los gruñidos de mi panza, tenía hambre.Mierda. Volví a la cocina, y abrí el refrigerador y saque unas galletitas de sal. ¿En el refrigerador? Y entonces volví y lo que escuche fue:

- Tengo un nuevo trabajo en el interior...y creo que nos vamos a mudar, será todo mejor desde ahora. Todo mejor desde ahora...-Miro hacia abajo en el piso mugriento y roto.

-Espero que sea así, estoy harta de vivir aquí –Desagradecida, rubia maldita.

-Lo será, lo será. Lo prometeré.

-No sé si hacer más promesas contigo, no sé si confiar más en ti...Solamente no lo sé, estas raro desde hace días.

- No hace falta promesas, no hace falta nada, esta noche haremos un viaje largo...Arregla los bolsos y no me hables más.

-No era eso lo que quería decir...Sabes que te amo y sin ti...No soy nada.

-No sé si yo diría lo mismo-Se marchó.

Ella solo lo imito y supe desde ese momento que ella no iría al cielo. Mi intuición me decía más de lo que debería. Por eso era Ángel, Delia estaba escondida detrás de la pared y ponía su oreja para oír.

No sé por qué en ese momento sentí un escalofrió, me sentí helada pero a la vez cálida, era algo que me llevaba, algo que me daba confianza y a la vez inseguridad. Vi de repente, que desde la sombras, se escabullía algo idéntico a mi...Pero sin alas, era un chico... Pálido que trascendió desde la oscuridad cercana, era alguien misterioso, frió...y  calor.

Pálido, misterioso y con ojos grises...Sentía una atracción hacia a él, algo...Nuevo pero a la vez, conocido. Sabía que llevaba un secreto en su interior, que lo conocía y el a mi desde hace tiempo, y supe de ese momento que era perfecto...Todo de él, su pelo, sus labios rojos fuertes, su mirada...No había nada de él que no sea perfecto, él y su escalofrió inundaban mi cuerpo.

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