28 ; compañeros de cuarto.

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Seba's POV

–Buenos días –dije en un vago ingles a Meredith, donde Cami y Nina estaba quedándose.

–Buenos días –sonrío de vuelta con un notorio acento australiano– ¿Qué se te ofrece?

–Vengo por mi hermana, Camila.

–Ah, ¿te enteraste de lo de la anemia? –asentí.

– ¿Puedo verla? 

–Claro –sonrió con dulzura– Está arriba. Su pieza es la primera puerta a la derecha.

– ¿Sola? –pregunté y ella asintió, a lo que yo suspiré.

–Pasa –sonrió.

–Gracias –dije y subí la escalera.

Entré a la pieza y vi que no estaba, en su lugar estaba su maleta, con cosas desordenadas sobre la cama, entre ellas una cajetilla de cigarros y un encendedor. Suspiré y boté ambas cosas a la basura.

– ¿Cami? –pregunté, pero no obtuve respuesta. 

Salí de la pieza y caminé al que supuse que era el baño y toqué, pero nadie respondió. Apoyé la oreja en la puerta, por muy psicópata que suene, para escuchar si había alguien dentro. Escuché sollozos e instantáneamente supe que era ella. Abrí la puerta sin volver a tocar y pude ver a mi hermana pequeña sentada el suelo. De su brazo izquierdo caía sangre y se acumulaba en el suelo, mientras que el brazo derecho reposaba débilmente sobre el otro con una navaja entre los dedos.

– ¡Cami! –grité preocupado, haciendo que levemente girara la cabeza para mirarme con los ojos llorosos e hinchados. Rápidamente me acerqué a ella, con cuidado la tomé en brazos y bajé corriendo la escalera. 

Salí a la calle y llamé a Nina.

¿Aló? –dijo susurrando al otro lado del teléfono.

–Nina, ¿dónde mierda hay un hospital? –pregunté.

¿En Santiago?

–No, en Australia.

– ¿Para qué quieres saber eso?

–Estoy en Australia y Cami se está muriendo.

¿QUÉ? –Preguntó claramente preocupada– ¿Estás en "nuestra casa"? –hizo énfasis a las últimas palabras.

–Sí.

Pídele ayuda a Meredith.

– ¿Ella sabe de lo de Cami?

Mm... No. Llama a una ambulancia y nos vemos en un rato -dijo y cortó.

–Nina –dije volviendo a llamarla– No tengo idea de los números de emergencia de aquí ni de qué me van a decir por el teléfono...

Olvídalo, yo llamo –pude sentir como lo decía con una sonrisa y volvió a cortar.

Me senté en el borde de la calle abrazando a Cami mientras esperaba que Nina llegara. Al rato llegó corriendo, seguida por una ambulancia. Gracias a Dios, sin las sirenas, evitando llamar la atención. Ambos subimos rápidamente a la ambulancia y el camino a hospital se mantuvo tenso y silencioso.

Nina respondió en un inglés fluido cuando nos preguntaron sobre Cami, ya que a pesar de que yo sabía todo sobre mi hermana, no entendía nada de lo que preguntaban, ni sabía cómo decir las respuestas en inglés.

Al llegar al hospital bajaron a Cami y nos dejaron en la sala de espera y por fin pude hacer lo que llevaba tiempo esperando a hacer otra vez, me acerqué a Nina, le dije cuanto la había extrañado, y le di un beso corto.

Before Us ; 5sosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora