Estaba casi dormida cuando escuché un ruido proveniente del sótano, era esa puerta otra vez. Pensé un poco en lo que me había dicho mi padre anteriormente, pero cuando fui consciente de lo que hacía ya estaba caminando hacia la puerta. Mientras más me acercaba, más se escuchaban esos ruidos, me temblaba incansablemente la mano mientras lentamente se acercaba al pomo de la puerta, lentamente fui doblándolo hasta que la abrí, la famosa puerta, por fin podría ver todos los secretos ocultos: la razón de la desaparición de mi abuela, la razón del divorcio de mis padres, todo, todo por fin a solo un paso. Cuando la abrí, para mi sorpresa, solo vi unas escaleras dentro del oscuro y un poco tenebroso paraje, pero cualquier sótano se vería así a las 2am, y más allá de las escaleras, otra puerta más abajo. Pensé un poco en sí debía bajarlas o dejar las cosas como estaban, pero ya había llegado hasta ese punto, no podía retroceder, no más. Era momento de obtener las respuestas que tanto había anhelado. Pero, cerré la puerta unos segundos después, y fui en busca de una linterna.
Linterna, linterna, ¡Carajo! ¿Dónde están las linternas de esta casa?, refunfuñé.
Busque en los gabinetes de la cocina, nada. Mi cuarto, nada. Los estantes en la sala, nada. Solo quedaban dos habitaciones, la biblioteca y el cuarto de mi padre, y teniendo en cuenta la hora él podría estar en cualquiera de esas dos habitaciones. Pero no iba a retroceder, no iba a esperar un segundo más. Tomé una vela de la cocina, la encendí y volviendo al sótano, me dispuse a bajar las escaleras. Escalón por escalón, lentamente, las piernas me flaqueaban, el por qué estaba clarísimo. Cuando por fin estaba en el último escalón, frente a la puerta, pude darme cuenta que tenía algo escrito: "Bienvenido viajero, acabas de encontrar la puerta mágica, detrás de esta puerta se encuentra el país oculto, no temas, encontrarás cosas fuera del entendimiento de los impuros ciudadanos de arriba". Ese fue el texto más raro que había leído en mi vida, pero aun así abrí la puerta.
—Wow, esto es... Increíble... —Musité..
Sentí como la puerta se cerraba detrás de mi mientras veía —de la manera más impactada en la que una adolescente de 18 años puede ver un mundo completamente diferente— enfrente de mí el bosque más hermoso que alguna vez hubiese visto, lleno de flores de todos los colores, un riachuelo de aguas cristalinas junto a un gran árbol. Parecía, sin dudas, un lugar que solo podría existir en mis sueños. Cuando volteé, la puerta ya no estaba pero no le di importancia, el paraje frente a mi faz era lo más precioso que había visto en toda mi vida. Quise tomarle una foto con mi celular pero me di cuenta que había desaparecido. Seguro lo dejé en la cocina mientras buscaba la vela, pensé. Comencé a caminar alrededor de tan maravilloso mundo, mis ojos no podían creer lo que estaban viendo, seguí caminando un buen rato, aspirando el seductor aroma de la naturaleza cuando, de repente, choqué con alguien.
—Di-disculpa, yo...
Cuando iba a excusarme por haber sido tan distraída —¿Y cómo no?—, me di cuenta de la semejante creatura que tenia frente a mí, era, sin dudas, el chico más lindo que había visto. No parecía demasiado mayor que yo, uno o dos años tal vez. Un chico alto, esbelto, muy bien formado, tenía unos ojos celestes que podían confundirse con el celeste del cielo, o también con la cristalinidad del mar. Podrías perderte en esos inocentes ojos cada vez que los miraras, y por si fuera poco, tenía el cabello negro azabache. Perfecto, pensé. Pero no podía dejar de ver sus ojos.
—Eh, disculpe, usted. Parece forastera, ¿Es usted? Podría llevarle al pueblo si usted desea. Estos lares pueden llegar a ser muy peligrosos.
Me di cuenta que estaba idiotizada por aquel extraño, parecía ser un príncipe de cuentos, lo único que logré hacer fue asentir y avanzar por donde aquel chico me indicaba, llegado el momento, mi curiosidad pudo más que mi timidez y le hable.
—Disculpa, ¿Dónde esta...
Antes de que lograra articular otra palabra una bestia apareció frente a nosotros, era... La cosa más grande que alguna vez haya visto, nos mostraba sus colmillos en señal de que estábamos en su territorio, era como un pitbull, pero mucho más grande y mucho más terrorífico.
—No se mueva... —La actitud del desconocido cambió visiblemente.
Antes que pudiese decir una palabra esa bestia se nos echó encima con todos y cada uno de sus afilados colmillos a punto de tragarnos. Pero el chico fue más rápido de lo que alguna vez creí que un ser humano podría serlo, me cargó y llevó a un lugar un poco alejado de ahí donde supuse debía ser seguro y antes que pudiese pestañar estaba encima de aquella bestia, embistiéndola con lo que parecía ser una especie de cuchillo o estaca. Estaban debatiéndose en lo que, a mi parecer, se veía como una guerra bestia/hombre y se me vino a la mente la imagen de mi padre mostrándome su cicatriz. A eso se refería, pero, ¿Por qué no podía decirme? Mientras me cuestionaba más a fondo las razones por las cuales mi padre seguía regio en no contarme nada sobre el mundo tras la puerta mágica, aquel extraño estaba defendiéndome como si me conociese; pronto vi como la bestia le clavaba uno de sus colmillos en el brazo izquierdo mientras él la apuñalaba con el otro. De un momento a otro ese chico se saco el colmillo del brazo y se lo clavo a la bestia en un ojo, la bestia huyó herida y antes de que pudiese pestañar aquel extraño estaba nuevamente frente a mí.
—¡¿Cómo coño hiciste eso?!
—¿Co...ño?
El chico parecía confundido, supongo que no sabía a qué me refería y no tenía la paciencia para explicarle, al contrario, mi adrenalina estaba al 100%, mi curiosidad estaba a punto de llegar al colapso.
—Olvídalo, dime, ¿Dónde estamos? ¿Qué era esa cosa? ¿Por qué nos ataco? ¿Cómo es que eres tan rápido? ¿Cómo es que tuviste la fuerza suficiente para atacar a esa bestia? ¿Quién eres? ¿Por qué me ayudas?
—Estamos en "El Bosque Perdido", esa cosa era un Gracken, una bestia nacida de los malos pensamientos de las personas, nos atacó porque es malo, solo tengo la fuerza proporcional a la de cualquier hombre de mi pueblo, mi nombre es Santiago Blanco y bueno, si quiere la puedo dejar aquí pero otro Gracken podría aparecer y permítame decirlo pero usted no se ve en condiciones siquiera de huirle a alguna mosca.
Auch...
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La puerta mágica.
Science Fiction“¿Qué pasaría si abro esa puerta?” Mi nombre es Christina Salas y mi padre siempre me dijo que no debía abrir la puerta del sótano, porque cosas inexplicables e inimaginables se encontraban detrás de ella, y que una vez que entrara, nunca habría man...