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Apariencias

Comenzaba ya...
Eran las 12:00 del día, las puertas principales se abrían para la llegada de los padres, me quede viendo como entraban, había dejado a Haru descansando, ya que me preocupaba su salud, veía como se reunían padres e hijos mientras estiraba mi cuello para tratar de ver sobre la multitud, una vez que entraban todos, se cerraban las puertas
-5 segundos para el cierre de puertas... 4... 3... 2... 1...
Las puertas comenzaban a cerrarse con el contar del director
-¡Alto! -Una voz por detrás de la puerta se oyó, me pareció muy peculiar, me subí en una banca que encontré cerca de mi para ver mejor sobre la multitud
-No cierren todavía
-¿Que? Ella es... ¡Es mi mamá! -corrí hacia la puerta empujando con mi hombro a la multitud, mis ojos se llenaban de lágrimas de felicidad, cuando llegue, una mujer lo acompañaba -¿Quién es ella? -pregunte a mi madre
-Me la encontré en el camino, vino a ver a Mado
-¿Mado?
-Si, ¿lo conoces?
Mado se acercó por detrás mío, voltee a verlo, sus ojos se llenaron de lágrimas en un instante
-Madre...
Corrió a abrazarla, llorando desenfrenadamente de felicidad, no lo había notado, habíamos logrado atraer la atención de todos, el director se acercó a nosotros vistiendo un traje color crema, era un hombre elegante, alto, canoso, con muy buen carácter, muy buena persona en todos los aspectos, nos observo a los 4 y dijo con voz suave y firme
-Es un placer que hayan podido asistir, adelante, pasen... Sientan se libres de pedirme cualquier cosa que necesiten
-Muchas gracias -dijo mi madre, el director de alejo- ¿donde esta Haru?
-En cama, descansando, recuperándose de un resfriado
-Vaya, quería verlos a los dos juntos recibiéndome, ¿podemos ir a verlo?
-Si, vamos -dirigía a mi madre por los pasillos para que por fin, luego de caminar un rato, llegar a la habitación, me acerque para despertar a Haru, quería sorprenderlo -Haru, ya es hora de comer, tenemos que estar con los demás abandonados... ¿Vienes?
-No quiero...
-Haru, que manera tan maleducada de plantar así a tu madre
Haru se levanto de golpe
-¿Mamá? ¡Eres tu!
Afortunadamente antes de salir, lo deje bien vestido con el uniforme, estábamos felices