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Encender la mecha

Entre al cuarto, enojado, desesperado, triste e impotente, sabia que tenía que hacerlo de una vez por todas porque entre más rápido mejor, me encerré en el baño por un momento, abrí la llave de la regadera y salí por ropa limpia, me desvestí dentro del baño y llore por casi media hora en la regadera, salí, como si no hubiera llorado, salí pareciendo que estaba enojado, me enrolle las cobijas en la cama y me acurruque
Haru se me había quedado extrañado todo el tiempo, luego de unos 15 minutos me pregunto:
-Hioshi, ¿estás despierto?
-¿Que quieres? -conteste con un tono amargo, frío, me dolía contestarle de esa manera, pero solo haciendo eso iba a poder protegerlo
-¿Estas bien? -dice algo nervioso, como si estuviera a punto de golpearlo
-Me molestas Haru
-¡Hioshi!, ¿Mado te dijo que hicieras esto verdad? -sabia que había empezado a llorar porque empezaba a sorberse los mocos
-No... Déjame en paz -no podía evitar que se me saliera una lagrima, pero seguí con mi tono frío- Quiero dormir, así que no molestes
-Esta bien, si eso lo que mi hermano quiere
-No quiero que me vuelvas a molestar nunca...
Haru lloró durante toda la noche, no pude resistirme a yo también hacerlo, me dolía el haberle dicho todo eso pero era para protegerlo, para protegernos a ambos, no lo soporte, tuve que salir a caminar, tenía que despejarme un momento, camine hacia el parque trasero, ahí había una estatua del fundador
«Inmortalizado en piedra»
Recordé las palabras del director en nuestra bienvenida, de repente, un sonido muy peculiar invadió mis oídos, venia de la estatua, era el sonido de una guitarra, acompañando una voz melodiosa, dulce, decidí seguirla, conocía esa canción, era Demons, de Imagine Dragons, adoraba esa canción, empece a cantarla junto con la voz mientras me acercaba, al oírme, la persona dejo de cantar, pero seguía tocando, aun no sabia quien era, me detuve
-No te detengas...
-Oh, lo siento
Seguí cantando hasta el final, tembloroso, me mantuve alejado de el por un momento, tienes muy buena voz, la persona se levanto, y caminó hasta que pudo verme
-Linda noche... ¿No lo crees?