Hasta Donde Narran Los Hechos

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Yo voy por la mochila. Cato me cubre las espaldas. Yo voy por la mochila y Cato me cubre las espaldas.
Ese era el plan. Era fácil. Era sencillo. Era fácil de recordar. Y aun así salió mal.

La chica pelirroja salió. Pude matarla. No lo hice. A la larga seria peor. Es mi turno. Volteo la cabeza una ultima vez para ver a Cato. Pero el ya esta oculto entre los arbustos.
Estoy por salir cuando la chica en llamas sale. Empiezo a correr también. No quiero matarla, pero debo hacerlo. Por mi y por Cato. Cuando lanzó el cuchillo cierro los ojos y seguí corriendo, buscando mi mochila para poder irme y terminar con todo. Pero abrí los ojos y la veo viva, solo tiene un corte en la frente. Sentí la voz de Enobaria en mi mente y por una vez decido escucharla, por lo que me lance sobre la chica en llamas ignorando el hecho de ser veinte kilos mas liviana.
Me superaba en fuerza. Siento como mi cuerpo cede y trate de enloquecerla con insultos y burlas que jamás siquiera imagine llegaría a pensar. Estaba por ganar, pensé, y luego sentí como una fuerza sobrenatural se me abalanzaba. Era el chico del once. El pánico me inundo. No había forma de que pudiera ganar. Lo vi tomar una roca y los chillidos veo tan de mi al natural.
En cámara lenta vi el movimiento que trazo la roca desde su mano hasta mi cráneo. Cuando recibí el impacto, me sentí atontada.
Todo sucedió tan rápido.
De la nada Tresh ya no estaba a mi lado y Cato si. El me hablo, me pidió que no lo abandone. Dijo que me ama. Quería responderle, pero no podía. Siento como sus labios rozan los míos, oigo unas palabras y todo se volvió negro.

Cato y Clove ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora