[...] 6:13 Am.
El niño corrió por toda la casa. Revisando habitación por habitación. Buscando que no haya ninguna de esas dichosas pesadillas.
-¡Fue una pesadilla!.- grito a los 4 vientos.
No, no lo fue.
-... Por favor dime que es broma.- dijo alzando en peluche.
No, no lo es.
-¿Sabes que no ayudas en nada?.- le pregunto el niño.
No, no lo se.
El niño se golpeo la cara fuertemente con la mano. -Ahg.... Dios. ¿Que hago contigo?...- se lamento el niño.
Derrepente sono el tiembre de la puerta de la casa. -¿Quien es?.- pregunto el niño con el oso en la mano.
Creo que es tu padre.
-Soy yo.- Y si, era el padre del niño. Este abrió la puerta dejando pasar al hombre. -Buenos días.- saludo el hombre depositando un beso en la frente del pequeño.
-Hola.- saludo el niño.
Que se largué. Saldrá lastimado.
-¿Dijiste algo?.- pregunto el hombre.
El niño se quedo en silencio. No sabia si contarle esto a su padre o quedarce callado.
Que te... .
El niño se sentó encima del muñeco. -Que te esperábamos.- respondió. -Oh, que... ¿Bueno?. Ya, ¿Donde esta Ethan?.- pregunto el hombre.
El niño recordó aquella nota que su "sensual hermano" le había escrito. -Salio a la panadería.- respondió el niño
Idiota...
-Oh, bueno. Cuando llegue me avisas. Me iré a dar una ducha. La noche fue agitada y e sudado como pescado.- dijo el hombre dirigiéndose a su habitación.
-Uff...- suspiro el niño.
¿Uff?. ¿Estas bien tarado verdad?. Hubieras dicho algo. Si no, nada de eso hubiera pasado.
El niño se paro de la silla y saco al peluche. -En primer lugar. No se que quieres. En segundo. Tenemos que hablar de verdad sobre las cosas que estaban afuera y debajo de mi cama ayer. Y tercero. Si mi papá se entera que hablas, probablemente te despedacen y luego quemen.- contesto el niño.