■11:55PM■
Kenny... Kenny arriba por favor, van a ser las 12 de la noche, por favor.
El niño sólo se removió entre las sábanas. -No..-
Kenny, faltan 5 minutos, por favor.
Rogó el peluche pero el niño simplemente no se despertó.
El peluche trató de moverse sólo, pero se le hacía inútil, sólo era un peluche, así que intentó lo que siempre hacia. Apareció en la mesa de al lado, en donde se encontraba el despertador.
Este apenas se pegó a el empezó a soñar irremediablemente como si fuera de mañana.
El niño salto de su cama, estaba asustado, miro a su alrededor y vio a golden echado encima del despertador.
Te llame unas 20 veces n es mi culpa.
El niño pago el despertador y se destapó de las sábanas, no entendía que sucedía.
Sentía un terrible frío afuera, y derrepente sólo escucho un gran estruendo.
Un rayo acababa de caer, al parecer había una terrible tormenta.
-J-Joder, que... f-frío...- dijo el niño buscando una polera entre sus cosas. Y encontró uno de color gris que su padre, el verdadero, le había regalado.
¿Eso?.
-¿Esto?... Me lo regaló mi papá...- dijo el niño.
El... verdadero... ¿No?.
-Sip.- respondió el niño poniéndoselo.
Tu linterna.
Dijo aquel oso de felpa. El niño miro, y tomó la linterna que estaba sobre la mesa de noche.
-¿Porque está tan helado?...- preguntó. Kenny escondió sus manos en las mismas mangas de la polera, podía notar el calor de su aliento salir y chocar con el frío.
No se por que el clima siempre fue este, pero esto, y los animatronicos... créeme que no es una buena señal...
-¿Hoy también estará PlushTrap?.- preguntó Kenny.
Si, en la puerta derecha. Vamos, ya son las 12:00 PM.
El niño camino hacia la puerta derecha y la abrió, aquel largo pasillo negro apareció. Las puertas se dibujaron y al final aquella ventana, y en medio de todo, bajo la ventana, se encontraba aquella silla.
60 segundos, ya.
El niño apagó la linterna.
Se escucharon unos pasó correr rápido.
El niño encendió la linterna y vio como algo se metió por la puerta derecha. Volvió a apagará la linterna y espero.
Ten cuidado.
El niño cerró los ojos y escuchó.
No se oyó nada.
Pero derrepente escuchó las pisadas rápidas y abrió los ojos al mismo tiempo que encendió la linterna.
Y de ese modo, logró pillar al pequeño conejo.
A pocos centímetros de lanzarsele encima. El niño miro un poco asustado. Se quedó mirando cara a cara a aquel conejo, pero la expresión del niño cambio.
Y retrocedió pasos.
¡Bien hecho Kenny! .
Gritó aquel peluche dorado.
