Sedici Capitolo.

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"Todo en la vida es difícil, debes aprender a levantarte y volver a extender tus alas heridas por batallas, a volver a sonreír y no mirar atrás persiguiendo esos sueños y metas, a buscar esas salvaciones que nunca pudiste valorar. O puedes quedarte sufriendo, dejar como los demonios arrancan tus alas, aislarte de la vida atado al pasado oscuro y de burlas, escuchando a todas esas personas de lenguas venenosas, dejando atrás el mundo de infierno, buscando la forma de que ese débil ángel vuelva a casa, ese ángel eres tu." -✖.

Devon.

Las palpitaciones aceleraban a cada paso que daba aunque su rostro se mantuviese neutro y sin ningún tipo de emoción en sus ojos, todo era por Leah, valía la pena hacerlo de todos modos ahora. Había pasado unos tres días en los que no volvió a verla más pero solo pensaba en la meta de poder darle un mundo firme con él en donde estar, había pensado en proponerle matrimonio muy pronto y sabía que debía hacerlo si o si.

Pudo visualizar a lo lejos a Rodriguez quien lo contemplaba con su típica sonrisa demoníaca a la cual decidió hacerle caso omiso, inspeccionó el lugar familiar aunque cambiado al estilo moderno italiano con pinturas costosas de ángeles en guerra. Un carraspeo lo sacó de su pequeño transe volviendo la mirada a su jefe quien ahora sostenía una botella de vino.

-Aún me sorprenden verte por aquí otra vez mi querido Devon, pensé que estabas feliz con la esquelética de tu novia, no me digas que resultó ser como las demás y te la encontraste con otro más, las mujeres suelen ser así.- Comentó mientras bebía un poco de el vino recién servido. Pude ver como sonreía tras su comentario de Leah lo cual él también sonrió.

-Que divertido Rodriguez, ¿Y tu, dejaste de follarte a adolescentes sin cerebro para no dar en cuenta que en realidad eres un marica?.- El recién nombrado se tensó por tal comentario mostrando una mirada agría y psicópata la cual Devon imitó levantándose de su lugar para quedar cara a cara.

- ¿Te crees muy gracioso verdad?, no por mucho luego de lo que te encargaré.- Amenazó mientras me empujaba moviéndome apenas algunos centímetros, haciendome reír con ganas.

-Ten cuidado a quien amenazas, yo soy tu reflejo y lo sabes padre.

✘.

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