Capítulo 3

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Caí aterrizando con la cabeza contra el suelo, cosa que llegó a aturdirme, acabé delante de unos zapatos negros, eran los de Kalena que estaba de pie observandome.
- Patético aterrizaje Alyssa... Aquí en Ventus aprenderás como planear, y hacer todo lo que un miembro de este sector hace.
Observé a la mujer fijamente, debía de ser unos centímetros más alta que yo.
- Anda observa tu nuevo hogar...
Yo hice exactamente lo que dijo.
Aquel lugar era sorprendentemente extenso, los rascacielos de Neutral no se podían comprar con los de aquella gran ciudad, sus suelos y estructuras estaban repletos de colores verdes que jamás había visto, y el aire... El aire era fresco, natural, pero sobre todo... lleno de fuerza.
Delante de nosotras había una cabina en cada lado de una frontera y dentro un seguridad de Ventus.
- Señora Kalena...- Dijo el joven abriendo la frontera.
Ella caminaba a pasos firmes, recto sin girar ni una sola vez, entramos en el edificio más alto de toda la ciudad.
- Es la Torre de control de Ventus, aquí llevan el funcionamiento de la ciudad, ya sabes el oxígeno...
Delante de nosotras había un hombre de piel oscura, lucia una ropa negra con línea verdes.
- Te presentó a uno de los mentores que te ayudará a ubicarte en Ventus.- El hombre me observó con una pequeña sonrisa en sus labios.- la dejó en tus manos Trine.- Seguidamente se dio media vuelta y se marchó.
- Bienvenida Alyssa.
- Hola...
- Tranquila, aquí nadie te hará daño.- Apoyo su mano sobre mi hombro.- Primero que todo hay que encontrarte una ropa, avisaré que te traigan una, segundo enseñarte las instalaciones, tu cuarto y por último los horarios de entrenamiento que tenemos aquí.
Yo afirme con la cabeza, lo único que quería era llegar a una cama y dormir al fin sintiéndome segura ahora que Kalena y los del Tribunal estaban lejos.

. . .

Caminé recto manteniendo el ritmo que llevaba aquel hombre, habíamos caminado ni diez minutos, pero tenía la sensación de haber caminado toda una década, por un momento mis piernas me fallaron y eso hizo que cayera de rodillas contra el suelo.
- ¡Alyssa!- corrió a cogerme del brazo, pero su voz ya estaba muy distante, demasiado como para poder oírle.

. . .

Abrí los ojos, estaba tumbada en una cama, la habitación se encontraba a oscuras, únicamente iluminada por la débil luz de una lámpara, las cortinas del balcón delante de mi se movían de un lado para otro. Ya no me dolía la cabeza, de echo ni sentía mareos, y tampoco veía doble, quite la sábana que cubría mi cuerpo y pronto pude ver que llevaba unos pantalones cortos negros y una camiseta de tirantes del mismo color pero con una raya al lateral verde claro, la toque con la punta de los dedos, era gratificante ver un color distinto al blanco y a decir verdad me sentí feliz por un instante. Me levanté y apoye mis pies en el suelo, caminé hacia el balcón, extendí la mano para echar de lado la cortina y fue entonces cuando el ruido de una alarma sonó en todo el sector.
Me di la vuelta, y seguí hasta la puerta, pero entonces vi que al lado de la cama había un conjunto de ropa negra y pude deducir que tenía que ponermela.
Una vez vestida con los leguins, la camiseta de tirantes y las botas camine directamente hacia la puerta.
No me sientia preparada, porque lo que más me aterrorizaba era ver lo que podía encontrarme fuera, pero era un riesgo que tendría que correr.

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