I

25 3 0
                                    

Alexa entraba a clases como todos los días escuchando a Lindsey Stirling y su brillante violín. Se imaginaba asimisma en un escenario siendo aclamada por todos sus amigos. Pura imaginación, como siempre. Llevaba un libro en brazos, El Regreso del Joven Príncipe, cuando una hermosa la chocó por accidente y ambas cayeron al piso.

- Oh, discúlpame - dijo Alexa hipnotizada por los labios rojos de la chica.
- Descuida, fue mi culpa por no fijarme por dónde iba - dijo ella con una sonrisa cortés.
- Estaba leyendo mientras caminaba, obviamente es toda mía la culpa.
- Si insistes - dijo con tono de indiferencia.

La chica se dio media vuelta y siguió su camino. Alexa la observó atontada por su belleza. Se había ido sin siquiera despedirse. Que mal educada, pensó, Seguro no sabe nada de modales. Seguía su camino, leyendo y escuchando Phantom Of The Opera, mientras llegaba al salón de clases, donde encontró en su banco un papel doblado.

Aléjate de Brenda.

El papel plegado era rojo, igual que su cabellera. Ni siquiera sabía quién era Brenda. Recogió el papelito y lo lanzó al cesto como si fuese un balón de basketball. Todos la miraban con desprecio, y ella se sentía como una atrocidad. Se sentó en su banca, esperando a la profesora de Educación Cívica. Sintió un golpe en la espalda, seguido de varios mas. Al ver por el rabillo del ojo, se dio cuenta de que Helen y sus dos amiguitas le estaban tirando bollos de papel con algo que no quería saber. Ella se cubrió con su carpeta, que servía como escudo, escucha y desahogo.
Alexa sufría esos problemas todos los días de la semana. No veía la hora de que suene el timbre de salida, pero bien sabía que eso no iba a suceder tan pronto, apenas había ingresado a clases. Helen era la mas popular del curso y controlaba a un grupo de adolescentes que se creían la gran cosa y se hacían llamar "Lo Mejor de Lo Mejor".
Alexa escuchó que la puerta se cerraba de golpe y unos tacones resonaban en el salón, los bollos de papel cesaron. La señora hizo una mueca a Helen, Bianca y Daniela.

- Disculpe profesora, estábamos jugando a embocar en el tacho con papeles usados - mintió con facilidad Helen -. No volverá a pasar.
- Eso espero - dijo la profesora con voz rasposa.

Todos se sentaban en sus lugares cuando la profesora sacaba un bolígrafo para pasar lista. Todos la escuchaban con atención, mientras Alexa estaba distraída con el chico mas guapo de la clase, Fabián, el novio de Helen. Él estaba dibujando, quizás escribiendo, mientras ella suspiraba. Sabía que él era un objetivo imposible y que era la debilidad de todas, simplemente quería resistir a sus encantos. Era inútil, ella pensaba en él las veinticuatro horas del día, o quizá mas.

- Max, preste atención - le llamaba la atención la profesora mientras Alexa se ponía toda roja.
- ¡Miren! Ahora si que pareces un tomate de pies a cabeza - se burló alguien a sus espaldas.
- Sr. Aragón, sea respetuoso - reprendió la profesora.

Se escuchaban unos murmullos cuando Alexa escondía su cara tras la carpeta de Educación Cívica.
Nada Puede Ser Peor Que Esto, ¿o si?

La Chica del Labial RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora