II

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- ¡Oye, roja! - gritó Helen de lejos - Quiero que sepas que nada, ni siquiera lo de la clase, podrá evitar que seas una ñoña asquerosa de quinta.

Alexa ni siquiera la miraba cuando Bianca y Daniela le tiraron agua encima de ella y sus cosas. Se levantó rápidamente pero era tarde para sus carpetas y la mochila. Sacó todo lo que llevaba y lo dejó en el piso cuando a sus espaldas apareció la chica del labial rojo. Empezó a secar los útiles con una toalla celeste mientras buscaba alguna forma de hacerlo mas rápido sin romperlas.

- Eh... Gracias - dijo Alexa aún mojada.
- No hay de qué - sonrió cortésmente - ¿Necesitas ropa?

Ella asintió mientras se secaba las mejillas. Trató de no parecer intimidada por la chica que la miraba con unos ojos bastante profundos y azules. Alexa siguió sacando las cosas de su mochila hecha estanque mientras Helen se ponía detrás de ellas.

- ¿Qué haces? La loser puede hacer sus tareas sola - sonrió de lado y rió.
- ¿Qué te interesa buscapleitos? - la desafió - Ella es mucho mas inteligente e interesante que tú. Vete antes de que te aplaste como una uva.
- Huy, que miedo. La chica del labial va a golpearme - fingió estar atemorizada -. No tienes chiste, ni tú ni tu falda o lo que tengas.
- Ya sacaste boleto.

Se echó sobre Helen y le arrancó algunos mechones, haciendo que el resto de los que estaban en el pasillo se agolparan para ver qué sucedía. El perfecto rodete de la chica sin nombre no se desarmó ni un pelo, como si fuese de concreto. Los labios de Helen ya estaban rotos cuando Bianca y Daniela llegaron a detener a la desconocida.

-¡Suéltenme malditas! - forcejeó haciendo caer a ambas.

Alexa se levantó del suelo y sostuvo a las tres pegadas al suelo.

- ¡Ve a buscar una profesora! - le mandó a la chica.

Ella asintió con la cabeza y se fue corriendo. Al volver trajo al profesor de Matemáticas y a la profesora de Estudio.

- Srta. Max, deje a las tres chicas, nos haremos cargo - sentenció el profesor.

Alexa dejó de mantenerlas quietas y se fue al lado de la chica. Observó el rostro rojo de las tres y quiso acusarlas de su mochila inundada, pero seguramente ella ya se los había dicho.

- Ella me golpeó - dijo Helen señalando a quien estaba a mi lado.
- Fue en defensa de la chica de la mochila hecha acuario - dijo defendiéndonos.
- Ajá, ¿y cómo no sabemos que no fuiste tú la que le hizo a eso a Alexa? 
- ¡Ella no fue! - gritó Alexa - Fueron tus amiguitas, bien lo saben todos.

Todos se miraron sin proferir palabra. Tenían miedo de Helen y los chicos de Lo Mejor de Le Mejor. Alexa se sentía desepsionada por sus compañeros; todos habían estado ahí cuando las dos súbditas de la Reina Avispa le hicieron esa broma.

- Muy bien, señoritas, me llevaré a estas tres - dijo el profesor mirando a las arpías.

Alexa miró a la chica a su lado y le sonrió. Ella le devolvió la sonrisa y la llevó al baño, mientras habría su bolso.

- Toma - le extendió una remera blanca y unos jeans negros -. No sé si es tu estilo, ni tu talla pero...
- ¡Me encanta! Descuida, te devolveré la ropa mas tarde - le sonrió Alexa -. Gracias.
- Oh, y también esto - le dio ropa interior y zapatillas -. Es que estás totalmente mojada...

Alexa, sonrojada, se metió en un cubículo y empezó a cambiarse. Al salir, la chica del labial rojo ya se había ido. A lo mejor ya había sonado el timbre para volver a clases y no lo escuchó. Cuando fue al pasillo, todos estaban hablando o haciendo algo en particular, pero ni rastro de la chica generosa.
Alexa juntó sus cosas y le pidió permiso a la directora para dejar secando sus cosas en la dirección, lejos de las bastardas. La directora le dio permiso haciendo un gesto de desaprobación. Alexa le explicó el problema que había tenido, sin mencionar los nombres, pero no le creyó. Alexa se retiró de la dirección y ya había tocado el timbre, así que fue corriendo al salón.

- Lamento llegar tarde, yo... - miró al profesor de matemáticas algo cansada - Estaba dejando mis cosas para que se sequen en la dirección.
- Muy bien, srta. Max, tome asiento - dijo el profesor con una sonrisa gentil.

Definitivamente había hecho una amiga ese día, ¿verdad?

La Chica del Labial RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora