La Chica del Labial Rojo

IV

Todos estaban en el curso cuando algo inesperado pasó. La chica de labios rojos apareció repentinamente en el curso de Alexa, Xavier y Miranda. Los tres se miraron desconcertados y luego volvieron a mirar a Roja. El profesor de Biología levantó la mirada de una libreta de un integrante de "Lo Mejor de Lo Mejor".

- Disculpe profesor, necesito llevarme a Gaona Xavier, Mellard Miranda y Max Alexa - dijo la chica en el marco de la puerta con un papel en sus manos.

Con un gruñido el profesor le hizo una seña a cada uno de los nombrados para que se retiren. Tímidamente los chicos pasaron por los pasillos siendo ignorados por la mayoría de sus compañeros y con la mirada acusadora de Helen clavada en sus espaldas.

Una vez fuera del salón, Alexa cerró la puerta y Roja les sonrió a cada uno de los chicos ya fuera de la percepción del docente a cargo. La chica del labial rojo empezó a caminar mientras los chicos la seguían sin saber a dónde se dirigían. Alexa sentía que debía huir cuando Miranda tomó su mano.

- No te asustes, ya hemos ido antes - susurró Xavier.

Alexa asintió y siguió el camino mas aliviada. Llegaron a la puerta de la biblioteca que parecía estrictamente cerrada. Alexa miró a los chicos confundida.

- The Man In The Mirror - dijo Roja con su voz mas dulce que nunca.

La puerta se abrió y apareció una chica con el pelo rapado a los costados y el flequillo teñido de verde agua y negro, los ojos eran de un verde anormal y su piel era casi blanca.

- Hola Roja - le dio un beso en cada mejilla.

- Hola Cheshire - repitió la acción de la chica desconocida -. Ya conoces a Mirror y a Fox, pero ella es Fly - dijo dirigiéndose a los chicos de segundo año.

- No me digas que ella es la elegida - dijo con una sonrisa que asustaba.

Roja sonrió y Cheshire los dejó pasar. Dentro había chicos de todos los cursos, incluso de quinto año. Alexa miraba a todos lados, cuando llegó a ver a Fabián en un grupo de chicos de alrededor de dieciséis años. Miranda la miró de reojo mientras sonreía. Alexa cuidaba sus pasos ya que los bancos estaban colapsados y había chicos sentados en el piso. Un chico de negro y cabello rojizo y despeinado se paró sobre una mesa.

- Bienvenida, Roja - dijo el chico dejando ver sus ojos anaranjados.

- Bienvenida, Reina - respondió la masa de chicos, incluyendo a Cheshire, Mirror y Fox.

Roja sonrió nuevamente y el chico se volvió a sentar mientras que la biblioteca se sumergía en un silencio incómodo. Alexa miró de reojo a Fabián, pero ya no estaba en el grupo anterior. Él se estaba dirigiendo a Roja con un papel enrollado.

- Señorita, sepa disculpar las molestias de nuestro curso, no prometemos que no se vuelvan a repetir, pero dejamos constancia de nuestra lealtad a usted - dijo Fabián extendiéndole el papel enrollado.

- No hay cuidado Skull, Fly me ha ayudado a dejar en evidencia a las causantes del problema y está todo resuelto - respondió cortésmente Roja.

Fabián se sonrojó al encontrarse con la mirada de Alexa. Alexa bajó la mirada, sintiéndose intrusa en aquel nuevo mundo. Roja se subió a la mesa próxima con el papel de Fabián en un bolsillo y con el otro en su mano.

- Muy bien Aliados de La Resistencia - llamó la atención de todos -, hoy vengo a contarles unas buenas noticias. En primer lugar, he elegido a la siguiente reina, Fly - señaló a Alexa -. Ella es de segundo año y sus escoltas serán Mirror, Fox y Skull mientras que su orientadora será Cheshire.

Una aclamación vino desde todos los lugares de la biblioteca a acoger a los nombrados. Roja volvió a pedir silencio.

- En segundo lugar, Helen Ruíz y sus seguidoras fueron dejadas en evidencia gracias a la ayuda que obtuve de Fly y los que fueron molestados por éstas podrán sentirse más seguros ya que las profesoras están advertidas de sus actitudes - otra aclamación pero mas tenue -. En tercer lugar, quiero felicitar a los chicos de primero por lograr dejar en evidencia la actitud de Fernando Palavecino de cuarto año y, lamentablemente, hacer que los profesores lo echen.

Roja dejó el papelito en las manos del chico vestido de negro y él le sonrió. Sus ojos anaranjados destellaron y volvió a subirse a la mesa.

- Mi nombre es Hope - dijo a todos los chicos de la biblioteca -. Represento a los alumnos de primer año y agradezco a Roja por el reconocimiento de nuestra acción.

Algunos chicos lo aplaudieron mientras que el resto gritó tres veces Hope.

- Muy bien, me toca repartir las tareas de semana - dijo nuevamente sonriendo -. Chicos de quinto, les toca patrullar los tres pisos del instituto, separados por el equipo A, equipo B y equipo C. Chicos de cuarto, les toca hablar con cada chico acusado de hacer bullying para que no lo haga mas. Chicos de tercero, les toca auxiliar a los alumnos que son victimas de bromas. Chicos de segundo, les toca evitar las bromas más evidentes. Chicos de primero, les toca proponer proyectos a los profesores, ¿entendido?

- Entendido - dijeron todos al unísono.

- Muy bien, ya se pueden retirar de la biblioteca.

Sonó el timbre de recreo, que era fácil de reconocer ya que era más largo que el de cambio de hora, pero mas corto que el de comedor. Todos empezaron a hacer fila ordenados por curso para salir de la biblioteca. Primero Roja con los chicos de quinto, luego los chicos de cuarto que eran mayormente varones, seguidos por Cheshire con los chicos de tercero, luego Skull, Fly, Mirror y Fox con los chicos de segundo, y por último Hope con los chicos de primero.

Al salir, todos se dirigieron a sus puestos asignados por Hope. Los chicos de primero se dividieron en grupos de a dos y llamaron a distintos profesores. Los chicos de segundo se distribuyeron las puertas de las aulas para evitar bromas, Xavier, Miranda y Alexa estaban en el primer piso mientras que a Fabián le tocó el segundo. Los chicos de tercero empezaron a rondar individualmente todos los sectores del colegio mientras que estaban pendientes al celular en caso de una emergencia. Los chicos de cuarto tenían un papelito con el nombre de algún chico con el que tendrían que hablar. Se veía pasar a los chicos de quinto por todos los pasillos en busca de problemas. Todo era un plan sincronizado, tanto que Alexa sentía que su cerebro tenía guardado un esquema de todo el colegio y otro del plan. Un nuevo mundo quedó en evidencia frente a sus ojos, no sabía si ella sería lo suficientemente buena para mantenerlo.