Había terminado el invierno. Alexa, ahora llamada Fly por los chicos mas grandes, había cumplido con todo lo que requería La Resistencia. Entendió que no llamaron a ese grupo de gente resistencia por querer resistir una fuerza mayor o una sociedad. La Resistencia era para resistir unidos y cuidarse unos a otros entre todos los cursos del colegio.
Algo había cambiado en Alexa durante el tiempo que estuvo dentro de la resistencia hasta el invierno.
Sus mañanas eran aburridas y sin emoción antes de sentirse parte de algo, pero ahora tenía una sociedad de alumnos que la aceptaban tal cual era.
Empezó a levantarse con la canción clave. Se lavaba los dientes mientras la letra la hacía bailar inconscientemente. Se miraba con detenimiento en el espejo y se decía a sí misma "Hoy nada saldrá mal" y sonreía de la forma mas real que jamás había sentido ni visto en su rostro. Seguido a cambiarse, ella cuidaba a sus flores a las que llamaba "Zío" y "Bianca". Después de ocuparse de sus flores bajaba a desayunar y saludaba a su mamá y papá con un beso en la mejilla mientras que a su hermanito, un bebé de seis meses, lo levantaba en brazos y lo mimaba.
Todo parecía ser mejor.
Ella caminaba al colegio en compañía de Xavier y Miranda. Siempre de buen humor, aunque algunas veces Miranda estaba decaída por los problemas en su casa. Xavier y Alexa la mimaban y hacían reír si notaban que ella estaba mal. Xavier siempre llevaba su cámara de fotos y le sacaba fotos a las chicas cuando estaban distraídas.
Cuando ingresaron al colegio el primer día de la primavera, Fabián los recibió en la puerta del aula con un oso blanco con pantalón de colores.
- Roja propuso una mascota para la resistencia - dijo él dándole el peluche a Alexa -. Fly, tienes que cuidarla hasta el próximo año.
Se miraron entre los tres recién llegados. Alexa tomó el oso en sus brazos y lo ocultó en su mochila con cuidado.
- ¿Cómo se llama la mascota? - preguntó Miranda repentinamente.
- No lo sé, Roja no lo ha decidido - respondió Fabián -. Dijo que pondría unos buzones a un lado de cada escalera y que podríamos proponer nombres, pero no se me ocurre ninguno.
- Ángel - masculló Alexa -. Ángel es un buen nombre para un oso blanco que nos da confianza para seguir adelante, ¿verdad?
Fabián se veía sorprendido y se tiró el pelo hacia atrás dando por sentado que era un nombre perfecto para la mascota de La Resistencia. Miranda y Xavier se miraron y sonrieron de manera cómplice.
Alexa entró al aula y dejó su mochila en el banco que le correspondía. Sacó una hoja y escribió "Ángel" en grande. Debajo del nombre escribió una serie de razones por las que el nombre era perfecto. La emoción se le escapaba de los ojos como chispas de un fuego ardiente y vivo. Se sentía viva. Cuando terminó de escribir, salió corriendo en dirección a las escaleras mas cercanas. Buscó el buzón con unas energías que ella sentía desconocidas pero le encantaban. Cuando vio el buzón, con mucho cuidado puso la hoja dentro. Estaba feliz.
Regresando al curso, ya mas tranquila, una canción resonaba en sus oídos. Era la sombra de esas energías, era la adrenalina que le faltaba a su vida. Se sentía indestructible, como si nada en el mundo pudiese hacerle daño. La adrenalina había hecho que su mañana fuese mejor.
Pero cuando estaba tarareando esa canción alguien tomó su mano. Ella se volteó y se encontró con uno de los chicos mas grandes de La Resistencia.
- Fly - sonrió él tímidamente -. Hola... - la soltó - Yo soy Grex, un gusto - extendió su mano sonrojado.
- Hola - tuvo un apretón de manos con él -. ¿Pasó algo?
- Eh... No, no, quería conocerte - desvió la mirada -. He escuchado que eres la elegida y quería explicarte lo que significa serlo - dijo seriamente.
- Ah... - dijo ella incómoda - Bueno, cuéntame - le sonrió.
- Fly, sabes lo que somos, y ser la elegida es en realidad, ser una figura que nos protege y que nosotros protegemos porque sabemos que podemos confiar totalmente en la elegida. La elegida nos ayuda con lo que nos pasa, con lo que nos hace sentir presos, serías como una madre para nosotros, para todos nosotros - se colocó unos lentes que tenía colgados de sus jeans desalineados -. Sé que suena difícil, pero al ser la elegida, eres la única que sabemos que nunca nos va a abandonar cuando Roja se gradúe.
Alexa estaba pálida. Eso si lo cambiaba todo. Todos confiarían eternamente en ella, al menos hasta que se gradúe. Se quedó sin habla después de lo que aquel chico le dijo.
- Bueno Fly, sigue tarareando Dirty Diana, tienes una voz hermosa - sonrió confidente y se alejó por la dirección contraria a la de Alexa.
Alexa siguió su camino hasta el aula. No podía creerlo. Era demasiada presión para ella. ¿Cómo iba a lograr ser psicóloga de tantos chicos? ¡Era prácticamente imposible!
- ¿Te sientes bien? - Fabián puso su mano en el hombro de Alexa.
Alexa lo miró y asintió con la cabeza para dirigirse a su banco. Movió su mochila a un lado y se encontró con otra nota roja. "Te dije que te alejaras de Brenda" decía esta vez. Se sentía tan vacía que no le importó la nota y la lanzó al tacho de basura, mientras recordaba las notas rojas que le habían llegado desde la primera. Todas le decían que se aleje de Brenda, pero no podía hacerlo porque no sabía quién era ella. Miranda se acercó frotando sus manos... y una de ellas estaba lastimada.
- Miranda, ¿qué te pasó en la mano? - preguntó Alexa.
- No me pasó nada, solamente golpeé unas paredes, ya sabes - guiñó el ojo derecho.
Significaba que se peleó con alguien. Alexa puso los ojos en blanco y se rió sin ganas. Miranda hizo una mueca mirando su mano. Tenía un raspón en los nudillos, y estos sangraban. Alexa fue al armario del aula y sacó el alcohol y una gasa.
- Esto va a arder - le dijo a Miranda.
Miranda apretó los dientes mientras Alexa le limpiaba la herida con un algodón mojado con alcohol. Miranda quería gritar por el ardor que le causaba, pero no tenían nada mas para desinfectar la herida. Alexa le vendó la parte herida y sonrió.
- Sana, sana, colita de rana, si no sana hoy, sanará... - cantó Alexa.
- ¡Mañana! - se rió Miranda.
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La Chica del Labial Rojo
Teen FictionEsta es la historia de Alexa Max. Una chica preocupada por encajar, por armar su propia biblioteca, y encontrar a su chico perfecto. Amor, alegrías y penas, todo en un revuelto gigante. Conozcamos a nuestra querida Alexa.