El reto de Lara

2. "En la calle"

He cogido todo lo necesario al salir de casa: el spray antiviolaciones, la cartera con un condón, un cuchillo, la pistola de bolas que conseguí en la tómbola y un pepino. Lo del pepino tiene una explicación, y es que ha sido lo primero de comida que he encontrado por si me quedo con hambre.

Ahora me dirijo hacia los estudios del canal de televisión, y tal como me dijo Paco tengo que pasar por diferentes puntos en los que seguramente sufra. Pero estoy dispuesta a correr cualquier riesgo para que vuelvan a emitir "Las chicas y yo". Mientras hago el camino a un paso muy rápido le doy vueltas a mi cabeza sobre lo que acabo de hacer. He salido de casa tras tres meses encerrada hinchándome a palomitas en el sofá y no he cogido una paraguas. Estoy loca.

Miro a los alrededores despreocupada, me da igual lo que pase ahí o aquí porque ahora lo único que me preocupa es mi problema. Veo pasar los arboles rápidamente a mi lado, esta fila de arboles separa el espalón de la carretera y al ver los coches pasar me he preguntado porque no habré cogido la moto. Esto me pasa por ser una cagaprisas.

-¡Hey! ¡Muchacha! ¿Tienes una monedita?- me pregunta un indigente que está sentado en un lado de la acera cubierto con una fina manta.

-Lo siento, pero tengo prisa- le contesto de manera educada mirándole con cara de asco.

-¡Zorra! ¡Que eres una malnacida! ¡Pájara!- el vagabundo no pierde el tiempo en lamentos al parecer.

Es entonces cuando me he tenido que girar hacia el y me he agachado para decirle de manera tranquila y amenazadora lo siguiente: "El que lo dice lo es". Tras escuchar aquellas palabras tan profundas el indigente se ha quedado callado y paralizado, sin saber que decir. Me he girado y he continuado camino de los estudios. Cien metros después he escuchado algo a lo lejos, he entendido "la gente está como una cabra" y he pensado que sería el vagabundo quien lo ha dicho.

-Ya se ha dado cuenta el carcamal.