Capitulo 2

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Despierto por la mañana gritando como siempre, pero ahora por más personas, por Gale, por mi padre, por mi madre, ¡Porque los deje! Porque no morí en los juegos. Debería haberlo hecho. Han empezado los juegos. Hoy será la cosecha. Niños indefensos de cinco años morirán y yo aquí acostada sin poder hacer nada. Me siento impotente. Y en un mes nacerá mi bebe.
Salgo de la cama y me poco mi ropa, ropa de color gris, amo este color, que bien que no sea parecido al Capitolio. No quiero recordar. Bajo a ver a Prim y la veo acostada. Ella es hermosa. Le acaricio el cabello y la beso en la frente. Le canto y luego le digo que se siente. Le hago dos trenzas y le digo que todo estará bien, que ella estará bien.
-1 hora después-
Prendo el televisor y veo a Peeta, se ve enfermo, se ve muy mal. Me salen lagrimas de los ojos. Y pronto estoy nadando en ellas.
De pronto el dice:
-Me llamo Peeta Mellark y fui vencedor de los 74º juegos del hambre al igual que de los 75º, ahora seré el conductor de ellos, espero que el show sea de su agrado - dice con una sonrisa muy fingida, una sonrisa triste, sin ánimos.
¿Qué ha pasado con Caesar? ¿Lo habrán matado al igual que ha Seneca?
Todas esas preguntas sin responder me tienen mal. De pronto se escucha una alarma y una voz retumba en mis oídos: "El Capitolio ha hallado nuestro distrito, viene a matar a todos los que se encuentren en el"
¡Que! Me exalto, corro a buscar a Finnick y le digo lo que pasa, al parecer el no se ha dado cuenta. De pronto recuerdo: Prim. Le digo a Finnick que me ayude a cargar a Prim así que bajamos corriendo al ultimo piso y Finnick la carga y corremos hacia afuera el Capitolio ya ha matado a gente e inclusive a la presidenta Alma Coin. Finnick se esconde con Prim bajo una mesa que no se ve, y yo estoy tras una puerta, que si jalan podrían verme. No traigo ni arco, ni flecha, en un momento que los necesito mas que nada.
-No hay señales de la señorita Everdeen ni del señor Odair. - dice un agente de La Paz.
-Pues no me importa, búsquenlos hasta encontrarlos, o al menos solo a Everdeen. - una voz frívola e implacable dice eso, es Snow.
Ellos jalan la puerta y me han visto, le hago una señal a Finnick de que guarde silencio y muevo los labios diciendo: <<Cuídala, hazlo por mi>>, los agentes de La Paz me toman de los brazos y me llevan hacia afuera. Snow esta ahí parada, y en el momento que me iban a disparar Snow dice:
-Alto, tengo un plan mejor. La llevaremos al Capitolio y antes de convertirla en Avox, su hijo ira a los juegos. Y la dejaremos verlos.
Me llevan al Capitolio, al menos se que Prim esta a salvo.
En el Capitolio veo a Peeta y lo abrazo, el me dice al oído: Snow piensa que yo ya he olvidado todo, no es así, yo aun te amo Katniss Everdeen. Esto solo será una actuación.
De pronto el me ahorca, lo hace suavemente aun así siento el dolor. Pero uno de los agentes de La Paz me aparta de el. Y me mete a una reja, parece una carcel, es una carcel. De un momento a otro Snow aparece frente a mis ojos y el olor a rosas y a sangre aparece, al igual que lo hizo cuando el me visito en el distrito 12 antes del vasallaje.
-Mi querida señorita Everdeen, Peeta a olvidado todo. No te recuerda a ti, ni a tu sucio bastardo, ¿Necesito saber cuando nacerá?
-Dentro de un mes - digo con timidez y algo de astucia.
-Cuando cumpla cinco, lo mandaremos a los juegos. Sin un solo entrenamiento. Peeta será su mentor, sin saber que es tu hijo. Y... ¿Cómo se llamará?
-Alex Mellark Everdeen.
-Mmmm. Nos vemos mañana Katniss Everdeen.
Sale de la sala y desaparece completamente el olor.

Los juegos del hambre: Venganza colateral.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora