Capitulo 5.

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Y el es Finnick Odair, esta posicionado atrás de Snow, Finnick toma a Snow rápidamente y lo amarra metiéndolo en una celda. Un agente de La Paz llega pero Finnick saca el arma y le dispara, Johanna toma un pistola y dispara a cada candado, de cada celda. Cuando dispara al mío salgo corriendo y abrazo a Finnick, el trae una armadura color negro al igual que Boggs y Johanna que lo hace ver muy sexy. El me ofrece un azucarillo y yo lo acepto. Estaría de más no hacerlo, estoy flaca que las costillas se me notan como no aceptaría comida. Boggs lleva a Snow caminando y Finnick me carga y subimos en cuerdas al igual que Johanna. Le digo lo primero que se me viene a la mente:
-Peeta. Por favor, ayuden a Peeta. - mi comentario suena desgarrador, como alguien apunto de morir, no lo estoy. El azúcar me a reconfortado.
-Salvaremos a Peeta. - dice Finnick.
Me pregunto ¿Por qué no habrán venido en todos estos años? Pero eso no importa tanto, me importa Peeta Mellark. Y mi hijo Alex Mellark.

Entramos a una habitación obscura y ahí dentro hay un agente de La Paz que esta golpeando a Peeta brutalmente. Johanna le dispara al agente de La Paz y este cae muerto. Peeta me ve y me dedica una sonrisa chueca, como la que me dio el día en que cante la canción del Prado, la primera vez que mire esos hermosos ojos azules y su hermosa sonrisa blanca como las perlas.

Lo rescatamos y ahora el se sube con Finnick y yo con Johanna. El me va sonriendo, y yo lo voy mirando, tratando que no se me salgan las lagrimas. De pronto Johanna dice:

-Su hijo esta en la arena. Nadie a muerto. De eso nos encargamos nosotros. Les dijimos que en este año la rebelión comenzaría, fue así y por eso nadie a muerto en los juegos. Ahora los rescataremos.

Caminamos y Peeta me abraza y me besa. El primer beso durante años. Mi primera salida durante 5 años, la disfruto porque no había salido y ahora no me privare de los placeres de la vida. Johanna y Finnick entran a la arena. Y con un altavoz la voz de Johanna dice:
-Estos juegos han terminado. Vengan todos a la cornucopia. Somos los rebeldes.
Mientras tanto Peeta me voltea con su mano rozando mi mejilla y me da un beso. El me agarra la cintura y yo pongo mis brazos junto a su cuello, me muerde el labio y yo le sigo besando, muero porque este beso nunca acabe, pero Finnick sale y dice:
-Par de tortolitos, basta.
Me separo de Peeta y Finnick nos ve sonriendo. Como diciendo <<Se ve que están necesitados>> pero no, el dice:
-Me encargare de que su noche sea especial.
¿Especial? Veo a Peeta sonriéndome y le devuelvo la sonrisa. Alex sale corriendo de la arena y Johanna sale detrás de él con 23 niños más.
Alex me abraza y me dice:
-Te extrañe mamá. -aun me recuerda, estoy por soltar lagrimas de los ojos, pero aún así lo cargo y le beso toda su carita.
-El es tu papá, el es Peeta Mellark.
Peeta le sonríe y el igual, se abrazan y se sonríen. Y Finnick me jala del brazo y me dice:
-En una semana terminaras todo lo que has comenzado. En una semana mataras a Snow.
-Lo haré. ¿Pero porque dijiste lo de la noche especial?
-Mañana será su noche. Hoy disfruten el día con su hijo.

Los juegos del hambre: Venganza colateral.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora